Hoy en día la medicina veterinaria no es lo que fue hace unos escasos 40 años. La especialización que requieren los veterinarios ha cambiado. Se encuentran con nuevos retos, nuevas enfermedades, nuevas tecnologías y—¿por qué no?—con nuevas especies con las que se debe lidiar. Hay que dar solución a los problemas más variados de lo que una persona pueda imaginar, y que cada vez más llegan hasta la puerta de nuestros consultorios y hospitales buscando la mano amiga.
Por mucho tiempo los veterinarios se polarizaron en dos grandes grupos con algún grado de interacción entre ellos: el veterinario de grandes especies o especies productivas como cerdos, ganado, caballos, y el veterinario de pequeñas especies, que tradicionalmente se ha dedicado a ver únicamente perros y gatos. Con el paso del tiempo empiezan a haber grupos de veterinarios emergentes que, interesados por otras especies además de las tradicionales, empiezan a abrirse espacio en el medio veterinario. Sin embargo, estos nuevos campos no estaban bien delimitados y a veces no era tan práctico, pues no es lo mismo atender a un conejo que a un jaguar—no solo por lo diferente de las especies, sino por lo diferente de la interacción que tienen estos animales con el humano. El jaguar nunca tendrá interacción con el humano en un ambiente cotidiano, pero un conejo bien podía ser de granja o salvaje, y eso ya suponía un problema.
Con el paso del tiempo, en los coloquios y los congresos se empezó a hablar de animales salvajes o silvestres que son de vida libre y que no se deben tener como mascotas, y los animales exóticos o no convencionales. Este segundo grupo se compone de aquellos animales que por su naturaleza llevan algún grado de contacto o adaptación a los humanos desde hace algún tiempo, pero no son parte de la fauna local, y la mayoría son producto de una cría en cautiverio controlada. Un ejemplo son los conejos, que desde hace 4.000 años interactúan con los humanos.
Nuestro país no es la excepción a esta tendencia de la diversificación en el mundo de las mascotas. Con el paso del tiempo ha aumentado el número de personas que han sentido el deseo de tener mascotas diferentes a perros y gatos.. Muchas personas gustan de tener un conejo, o un cobayo (cuilo en Costa Rica) suelto por la casa, siendo animalitos que poseen una gran capacidad de interacción con sus amos. O bien un jerbo o un hámster en esas grandes jaulas llenas de tubos y laberintos. Otros prefieren un cockatiel, un periquito australiano, una serpiente de criadero, un dragón barbudo, una tortuguita o una iguana verde de criadero. Esas son algunas de las mascotas con las que tenemos que enfrentarnos hoy en día en nuestra profesión.
Esta tendencia hace que el veterinario se vea obligado a capacitarse en forma más extensa con cursos, seminarios, postgrados, para poder asistir mascotas que tienen necesidades muy particulares. Para muchas personas este esfuerzo es innecesario, porque sale más barato reponer el animal que tratarlo. Para sorpresa de esos que piensan así, hoy por hoy mucha gente invierte importantes cantidades de dinero y tiempo en darle la mejor atención y calidad de vida a su pequeña mascota cuando está pasando por alguna dolencia o para prevenir la misma.
Blanquita, una gallinita jardinera, es una de esas mascotas que tienen la suerte de tener dueños que ven valor en darle calidad de vida. Recientemente a Blanquita se le hizo una férula ortopédica: se le tomaron placas y se hizo un procedimiento de vanguardia con anestesia inhalatoria, sin escatimar, buscando lo mejor que se podría hacer por la gallinita. Hoy está en recuperación junto a sus tres polluelos.
Como Blanquita hay muchos casos. Paco el cockatiel, Blacky el cobayo, Tortilla la conejita, o hasta historias muy particulares como Hermione, quien ingresó al hospital y al salir era Ron Weasley. Durante la valoración previa a un procedimiento quirúrgico le informé a los dueños que el cuilito que tanto querían era macho y no hembra.
En términos generales, la consulta veterinaria se ha enriquecido con la variedad de especies por tratar. Ha hecho que sea casi obligatorio para los nuevos hospitales veterinarios tener profesionales competentes en esta área dentro de su personal de planta para atender principalmente mamíferos exóticos como conejos, cuilos, erizos, hámsters, y jerbos.
Pero también tenemos que estar preparados para una que otra ardilla, mapaches, tlacuaches, zorros pelones y aves ornamentales o cantadoras silvestres, como jilgueros, loras y pericos, por mencionar algunos animales silvestres que vemos cerca de nuestras casas y que no deberíamos tener como mascotas. Su tenencia es prohibida y penada por ley, y no debemos tenerlas en nuestros hogares. Pero eso no significa que nosotros los veterinarios no podamos darles una mano mientras se les lleva a algún centro de rescate, y para eso debemos estar preparados.
Las especies exóticas tienen su magia y en muchos hogares ya son una parte importante de la vida.
Muchas personas se pueden identificar con sonar o abrir la nevera solo para escuchar el particular sonido que hacen los cuilos cuando quieren algo, o bien el ronroneo cuando están felices. Eso es magia. También hay quienes disfrutan de un conejo en las piernas o el descansabrazos del sillón mientras ven una película.
A todos los que disfrutan de ese nivel de afecto que nuestra mascota nos da, quiero recordarles que hay que estar pendientes en todo momento de sus necesidades básicas: alimentación, espacio, y atención médica. Estos pequeños animales tienen un metabolismo muy acelerado y por eso, entre otras razones, es importante estar pendientes de su dieta, que debe de ser de la mejor calidad y balance; de sus cuidados médicos y desparasitaciones; y de sus cuidados odontológicos, entre otros. Son un nuevo mundo que estamos comenzando a descubrir cada uno con su particular forma de llamar nuestra atención.
Sin embargo, no podemos olvidar que las mascotas exóticas han sido sacadas de su entorno natural, y es difícil reproducir completamente las necesidades que ellos tienen naturalmente. Nosotros somos los responsables de la salud de ellos, porque las enfermedades que más aquejan a estas especies se las producimos justamente por no estar en las condiciones naturales que necesitan. A veces los metemos en claustros donde no interactúan con otros animales, o en hacinamiento o con condiciones de humedad, temperatura y radiación UV que no son las correctas, algo que sucede frecuentemente con los reptiles, anfibios y las aves. En otras ocasiones, se proporcionan dietas que no son adecuadas.
Es importante realizar un estudio cuidadoso de la especie que usted quiere como mascota, sus requerimientos y costo de mantenimiento antes de adquirirla. Hay que considerar siempre el hecho de que las mascotas exóticas son generalmente baratas a la hora de compra, pero su mantenimiento apropiado, para que vivan en la mejor de las condiciones, puede ser de costo elevado.
Las columnas de Voces de «Convivencia Animal» son patrocinadas por Instinct, un alimento para perros y gatos producido en Estados Unidos e importado a Costa Rica desde 2014 por PROVETCRE, una MiPYME que se preocupa por las mascotas costarricenses y lo que comen. Instinct está en la misión de transformar la vida de las mascotas: “Creemos que todas las mascotas merecen la mejor vida posible. Y si nos preguntas, comienza con la comida”.
Esta semana, INSTINCT invitó al Dr. Esteban González a escribir sobre la salud de las mascotas exóticas. El Dr. González trabaja en el Hospital Veterinario Hipermascotas en Guadalupe. Puede solicitar una cita con el Dr González al 4082-8100
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