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miércoles, abril 24, 2024

Los rostros del embarazo adolescente

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Priscilla Mora Flores
Priscilla Mora Flores
Priscilla vive en Costa Rica y ha estado vinculada a la fotografía desde los 15 años, cuando todo era análogo, químico y en cuarto oscuro. Estudió Fotografía en la Universidad Véritas, y desde el 2006 comenzó a trabajar con proyectos de Fotoperiodismo en medios y Fotografía Documental Social, alrededor de temáticas de género, migraciones, cultura, derechos humanos y tradiciones nativas de América Latina. Junto a colegas, fundó el Colectivo Nómada en el año 2008. Priscilla lives in Costa Rica and has been linked to photography since she was 15 years old, when everything was analog, chemical and in a dark room. She studied Photography at the Véritas University, and since 2006 she began working with projects of Photojournalism in the media and Social Documentary Photography, around gender, migration, culture, human rights and native traditions of Latin America. Together with colleagues, she founded the Nomad Collective in 2008.

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«Antes que tuviera a Gresley yo me sentía con ganas de conocerla, cómo era, a quién, cómo salía, y salió idéntica al papá. Ya después teniéndola, es diferente porque, así chiquitica era bonita, toda tranquila, ahora está grande, es necia, le pega a las tías, ja ja, es un desmadre…” me dice Wesley en una entrevista en Julio del 2019. “Con él me junté como a los 13 […], a los 14 quedé embarazada y a los 15 tuve a Gresley. Como al mes de juntarnos quedé embarazada.» 

Al igual que Wesley, en Costa Rica miles de niñas y adolescentes son madres a temprana edad.

Después de África Subsahariana, América Latina tiene la tasa más alta de embarazo adolescente. En Costa Rica el embarazo adolescente, aunque ha ido en descenso en la última década, sigue siendo un problema que no se puede disimular. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), en el año 2019 se registraron 265 nacimientos de madres menores de 15 años y 7,775 nacimientos de madres adolescentes entre los 15 y 19 años. Del total de nacimientos para ese año, 12.5% fueron madres menores de 19 años, en el 2017 fueron el 14.7% y en el 2012 el 19.4%.

Wesley vive en el cantón de La Cruz, provincia de Guanacaste. Este cantón históricamente ha mantenido una tasa de embarazo adolescente alta. En el 2014, el 26% de los partos en ese cantón fueron de menores de 19 años. En agosto del 2017 el Fondo de Poblaciones de las Naciones Unidas (UNFPA) y la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS)  incorporaron el implante subdérmico, una pequeña barra que se coloca debajo de la piel del brazo, como opción de método anticonceptivo, con el objetivo de disminuir estos embarazos. En el año 2019, ese cantón reportó 421 nacimientos de los cuales 66 fueron por madres entre los 15 y los 19 años, disminuyendo su representación a un 15.7%. 

Aunque este cantón fronterizo ha presentando una disminución considerable del embarazo en niñas y adolescentes, en la provincia de Guanacaste cuatro de sus 11 cantones se encuentran dentro de los 12 cantones con mayor número porcentual de nacimientos en madres menores de 19 años. 

LINAJE JOVEN

A Wesley la conocí a sus 15 años, con 41 semanas de gestación, a través de Daniela. Trabajé con estaadolescente madre en el proyecto de relatos de vida de maternidad adolescente, realizado en conjunto con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). Ambas pertenecen a un grupo que gestiona el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) y que trabaja la prevención de violencia.

La madre de Wesley, Marjorie, me recibió en su casa de habitación en La Cruz de Guanacaste en julio del 2017. Allí, durante varios días, pude convivir y empatizar con las dificultades que enfrenta esta familia, donde habita una madre soltera como jefa de hogar, con cinco hijos a su cargo y una nieta en camino. Las vivencias vinculadas a pobreza, contextos familiares adversos, y violencia vivida por sus miembros hacen que cada día sea un desafío.

Por otro lado, aunque el panorama ha mejorado, no podemos quedarnos indiferentes ante el embarazo adolescente. Cada una de estas madres, adolescentes y niñas, verán su vida afectada aumentando su riesgo de ser vulnerabilizada, pero también se trata de las vidas de otros y otras menores de edad que nacen bajo la responsabilidad de personas jóvenes que aún no tienen la madurez emocional y física necesaria para salir adelante independientemente y con condiciones favorables.

Este, que fue mi proyecto de graduación universitario, buscó exponer un fragmento de la vida cotidiana de Wesley y su maternidad. Este seguimiento de la maternidad de Wesley, inició desde su embarazo en el año 2017, y continuó durante el 2019. Este es aún un proyecto en proceso.

Aunque el embarazo en adolescentes es una problemática de salud pública a nivel nacional y regional, cada caso es único y singular, cada historia de vida es particular. 

Mi trabajo de fotografía documental sobre Wesley es una muestra de uno entre tantos de estos casos, pero como fotógrafa he podido ser testigo de muchas caras de esta realidad. 

Relaciones de poder entre hombres mayores y niñas o adolescentes de colegio, mujeres que desde jóvenes se comienzan a ver atrapadas en ciclos de pobreza, y la condición de cuidadoras que se les impone a muchas mujeres desde niñas, son factores que he observado en las historias de adolescentes madres que he visitado. También he observado la gran deuda por parte del sistema de educación, de salud y familiar de brindar una educación sexual abierta, honesta y sin vergüenza.

Como sociedad debemos hacer un esfuerzo por visibilizar y mantener vigente el tema, de manera que todos los actores de la sociedad podamos al menos considerar incidir de alguna forma. No podemos dejar que esta problemática, que afecta directamente a nuestra población más joven, siga ocurriendo.

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