Aquí en la infancia del año nuevo, en estos primeros días diminutos, nos preocupamos por los restos de años pasados. Esperamos una mejora. Sentimos, bajo las lucecitas navideñas que no queremos apagar, una cierta inquietud: si estamos bien, sabemos que no todos están bien. Sentimos, sin ver, las fuertes pendientes que hay más adelante.
Es un buen momento para recordar que todo comienza con algo pequeño. Es un buen momento para recordar que la inquietud, aunque incómoda, es la fuente de todas las cosas buenas.
Desde una inquietud, una preocupación, una pareja encontró la motivación para montar una pequeña empresa que se convertiría en un legado. Habían visto que las personas que limpiaban todo el día se enfermaban por los productos químicos que tenían que manejar.
Podrían haber deseado que alguien más lo hiciera mejor, que alguien más descubriera cómo hacer productos de limpieza que protejan a las personas y al medio ambiente. En cambio, dijeron: ¿por qué no nosotros? Cuatro pequeñas palabras, dos pares de manos, y el resultado ahora se encuentra en el pasillo de limpieza de cada tienda.
Los problemas del mundo se agrandaron. Sus necesidades, más espantosas. Se hizo cada vez más claro que las empresas deben cambiar sus prioridades, la forma en que trabajan juntas.
Podrían haber deseado que alguien más lo hiciera mejor. En cambio, dijeron: ¿por qué no nosotros? Ayudaron a que un nuevo movimiento creciera.
En un mundo donde incluso las cosas pequeñas se han vuelto inciertas, anímese: las cosas pequeñas también son el lugar donde comienzan las cosas buenas. Este diminuto año nuevo los verá crecer. Si el detergente en su gaveta puede contener una inspiración oculta, si el jabón en su baño puede contar una historia esperanzadora, ¿qué más podría ser posible?
Inspirado por Silvia Chaves Quesada y Carlos Arias Araya, la pareja que fundó la empresa costarricense Florex en 2003. Carlos había creado un proyecto para generar empleo para las familias de bajos ingresos a través de servicios de limpieza, pero aprendió que los productos de limpieza tradicionales estaban causando alergias y otras enfermedades en los trabajadores. Él y su esposa Silvia, una abogada ambientalista, decidieron comenzar su propia pequeña empresa para crear productos de limpieza que fueran amigables con los humanos y el medio ambiente. Hoy, Florex es un pilar en Costa Rica y es una de las primeras Corporaciones B Certificadas del país.
Nuestra columna semanal Media Naranja cuenta breves historias de amor con un toque costarricense. Durante nuestra edición de enero, nos enfocaremos en emprendedores que están marcando la diferencia. Estén atentos este viernes para nuestro primer informe del año: una mirada a las diversas certificaciones disponibles para las empresas de turismo rural y el impacto que tienen.
¿por qué no nosotros? Una pregunta clave que germiniza el cambio en el mundo.