Biología, jaguar y can, en manos de una mujer

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¿A quién no le gustaría ver un jaguar en su hábitat?

Stephany sabe bien que probablemente a todos nos gustaría. Dedicada a estudiar estos felinos salvajes—y otros—por más de una década, ella nos cuenta aquí cómo llegó a este campo del estudio de la biología y cómo quiere que sea el futuro del mismo.

Lo que siguen son fragmentos de sus comentarios, editados para mayor claridad.

Stephanny Arroyo camina por el Parque Nacional Tortuguero revisando sus cámaras trampa. Mónica Quesada Cordero/El Colectivo 506

Cuando jaguar y tortuga marina se junta, florece una investigadora

Todo empezó en el año 2009 cuando trabajaba en el Refugio de Vida Silvestre Barra del Colorado. En aquel entonces me dedicaba a apoyar la organización Global Vision International (GVI) en sus proyectos de anidación de tortugas marinas tanto en Barra del Colorado como en Tortuguero.

Los estudiantes e investigadores que estábamos en la zona teníamos como objetivo proteger la tortuga marina y sus huevos de sus depredadores, pero resultó que había uno que no podíamos – ni queríamos – eliminar: los jaguares. El Parque Nacional Tortuguero es uno de los pocos sitios en el continente americano donde el jaguar depreda a las tortugas marinas.

En ese momento no se sabía casi nada de esta relación entre los jaguares y las tortugas. Ni siquiera se sabía el número de tortugas depredadas anualmente. Fue por eso que decidí regresar a la universidad para sacar mi maestría y realizar mi tesis abordando la depredación de jaguares sobre las tortugas marinas que anidan en este rincón de Costa Rica.

El plan original de mi investigación era dedicar seis meses al trabajo de campo, pero gracias al apoyo de diferentes donadores, así como el interés que recibió la investigación por parte del Área de Conservación Tortuguero (ACTo), se extendió por mucho tiempo más. Y en el 2013, terminé por co-fundar junto al ecólogo Ian Thomson el proyecto Coastal Jaguar Conservation.

Stephanny Arroyo prepara unas muestras de heces de gato en el Parque Nacional Tortuguero como parte de su investigación. Mónica Quesada Cordero/El Colectivo 506

El objetivo inicial de nuestro proyecto fue obtener información científica sobre un comportamiento poco conocido del jaguar y el aprovechamiento que hace de las tortugas marinas que anidan en Tortuguero. Pero a lo largo de los años la investigación se convirtió en estilo de vida y pasión.

Los resultados que se han logrado con esta investigación no sólo son reveladores sobre este animal, como por ejemplo mostra comportamiento social de un felino se creía solitario, sino que toda esta información le ha servido a el ACTo para tomar decisiones relacionadas con manejo que garanticen la supervivencia a largo plazo no sólo del jaguar, sino también de los hábitats de los cuales depende, protegiendo así muchas otras especies.

Stephanny Arroyo camina con su perro Tigre. Ian Thomson/El Colectivo 506

Cuando inicié mi carrera como bióloga realicé trabajos relacionados a la educación ambiental. Rápidamente me dí cuenta que no tenía las habilidades para ser una buena educadora. Sin embargo, al encontrar mi pasión en el estudio de los jaguares y otros felinos, he encontrado la educadora que se esconde en mí. En el proyecto dedicamos tiempo a transmitir a las comunidades locales la importancia que tiene el Parque Nacional Tortuguero la conservación del felino más grande de América, y con eso promovemos la convivencia entre las comunidades locales con el jaguar, quienes al final de cuentas son vecinos.

Hoy tengo el gusto de trabajar para la organización PANTHERA coordinando el proyecto ‘Genética de Felinos Silvestres’. Ahí pude juntar dos pasiones, mi interés por los felinos silvestres y mi amor por los perros.

Uno de mis apasionados compañeros de trabajo se llama Tigre. Desde el 2008 tengo a cargo este perro labrador que está entrenado para detectar las heces de las 6 especies de felinos silvestres que habitan en Costa Rica. Él y yo caminamos los bosques de Costa Rica para encontrar esas heces y a partir de ellas obtener información no sólo de genética sino también información sobre la dieta y el estado de salud de una especie, la cual es indispensable para establecer medidas de manejo y conservación.

Stephanny Arroyo camina con su perro Tigre. Ian Thomson/Cortesía para El Colectivo 506

Mujer y bióloga

Yo siempre he pensado que mi trayectoria no está definida por mi género. Hasta donde yo sé, nunca se me ha cerrado una puerta o me han discriminado por ser una mujer. Pero también sé que esta debería ser la norma y no algo que resaltar.

Tanto por medio de Coastal Jaguar Conservation como por PANTHERA he tenido la oportunidad de trabajar y conocer excelentes personas (funcionarios del SINAC u ONGs, investigadores, miembros de las comunidades locales) con quien comparto el interés por la conservación no sólo de los felinos silvestres, sino de la vida silvestre en general.
No puedo decir que en toda mi carrera no hayan habido momentos de actitudes machistas, o incluso “corta pisos”. ¡Claro que los han habido! Afortunadamente, han sido casos aislados y no la norma.

Stephanny Arroyo camina por el Parque Nacional Tortuguero revisando sus cámaras trampa. Mónica Quesada Cordero/El Colectivo 506

Creo que la igualdad de género se debe aplicar en todos los aspectos de nuestra vida, pero debe ser enseñada desde cada núcleo familiar. Cosas tan sencillas como compartir las responsabilidades del hogar: el mantener la limpieza y cocinar es una responsabilidad de todos, ¡no sólo las niñas deben aprender a cocinar! Esto es una base clave para que desde la infancia se eliminen comportamientos o actitudes discriminatorias hacia la mujer, y también es una oportunidad de empoderamiento tanto para los niños y niñas.

A veces he observado que en las zonas rurales existen más retos para acceder a una buena educación: por ejemplo, edificios en mal estado, poco acceso al internet, tal vez menos recursos económicos para tener tecnología de punta. Esta barrera se debería eliminar para que tanto los niños puedan acceder a una educación que les permita competir en igualdad de condiciones cuando surgen oportunidades. Por ejemplo, en el área de investigación, que en lugar de ser los baqueanos sean más bien quienes lideren las investigaciones que se realizan en sus comunidades. Yo espero que el día de mañana, algún estudiante de Barra de Tortuguero o de alguna comunidad cercana sea un biólogó o una biologá más, aportando en nuestra investigación o liderando muchas otras.

Creo que también sería interesante promover el diálogo con las niñas o niños interesados en la investigación con profesionales que ejercen no sólo en Costa Rica sino en otros países. Con la tecnología actual, fácilmente nos podríamos conectar virtualmente e intercambiar experiencias y aclarar dudas.

Me hubiera gustado haber tenido esta opción cuando era niña o incluso antes de escoger mi carrera, porque a veces el temor de no saber donde podría trabajar como biológa me hacía querer escoger una carrera más “fácil”, al menos en el sentido que tener un trabajo y salario más seguro. Sería una lástima que por dudas o temores similares perdamos la oportunidad de tener más investigadores en las futuras generaciones.

Stephanny Arroyo revisa cámaras trampa en el Parque Nacional Tortuguero. Mónica Quesada Cordero/El Colectivo 506

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