Nuestra edición de febrero, “¡Larga vida CR!”, se enfoca en el envejecimiento saludable del pueblo de Costa Rica—y estamos igualmente obsesionadas con la salud democrática del país. Las elecciones presidenciales y legislativas de este pasado domingo fueron un chequeo.
Entonces, ¿cómo nos fue?
Primero, lo bueno, que probablemente parece tan común para todos los costarricenses —como debería— y tan extraordinario para los de afuera, como yo. Solo la palabra «ordinario», para empezar. Rutina. Calma. Carros con banderas de varios partidos, ondeando desde sus ventanas. Un conteo de votos eficiente y ordenado. Porcentajes nacionales que suben y bajan a medida que aumenta el número de centros de votación. Discursos de concesión y victoria. Todo mundo en la cama antes de medianoche.
En serio, esto exige una pausa.
¿Ya respiró hondo? Ahora, lo demás. Un abstencionismo que llegó a alturas históricas. ¿Cómo podría ser de otra manera, no solo con una pandemia de por medio, no solo con cinismo y agotamiento, sino también con 25 candidatos para elegir? En un sistema diseñado para dos contrincantes, donde la elección principal se ha convertido en una especie de primaria presidencial, ¿sorprende que cientos de miles de costarricenses digan, en efecto, “despiérteme cuando quedan sólo dos”?
Bueno, quedan dos. De esa lista de 25, los dos que aún están en pie son posiblemente los dos que arrastran el equipaje más pesado para llegar ahí, casi como si la elección fuera un viento que quitó a los otros candidatos livianos. Uno es una sorpresa; uno era casi inevitable desde el principio. Uno tiene en su equipaje un caso de acoso sexual. Según un informe del Wall Street Journal, Rodrigo Chaves fue «degradado, pero no despedido, a pesar de un patrón documentado de acoso que duró al menos cuatro años e involucró a seis mujeres», dice el periódico. El mismo artículo indicó que una revisión en el 2021 del Banco Mundial sobre el caso, que ocurrió en el 2019, determinó que las sanciones aplicadas a Chaves fueron insuficientes.
El equipaje de José María Figueres Olsen incluye la investigación en su contra en el 2004 por presuntamente recibir $906.000 por una consultoría relacionada con la empresa francesa de telecomunicaciones Alcatel. (Alcatel y supuestos sobornos relacionados con sus ventas a la Empresa Costarricense de Electricidad estaban en el centro de una de los dos escándalos de corrupción masivos que estallaron ese año involucrando a tres ex presidentes costarricenses). Presidente de 1994 a 1998 e hijo del tres veces presidente José María Figueres Ferrer, “Chema” evoca reacciones poderosas y, a menudo, profundamente negativas. Pero mejor lo explicamos en palabras de él mismo: en el 2016, Figueres publicó un anuncio en el periódico invitando a miembros del público a una sesión abierta con él para decirle lo que quisieran. «Hoy vengo a conversar con quienes me dicen que soy ladrón, mentiroso, corrupto, cobarde, ‘cara e barro’, cínico, sinvergüenza, cascarudo y hasta hijueputa», escribió.
El universo de memes de Costa Rica ya se ha vuelto loco. Uno, de amplia circulación el lunes, comparó la próxima segunda vuelta con un paseo por San José: “o nos roben o nos toquetean”.
Mientras tanto, a lo largo de la noche, los resultados legislativos traspasaron la pantalla: la noticia de las personas que, juntas, tendrán más influencia que el presidente, pero cuya elección siempre se presenta como una ocurrencia tardía a la sombra de los resultados presidenciales.
Nuestra edición de marzo profundizará en ese proceso y su impacto. Por ahora, solo mencionaremos que el nuevo Progreso Social Demócrata de Chaves tuvo una actuación fuerte (nueve), pero los dos partidos tradicionales del país, Liberación Nacional (18) y Unidad Social Cristiana (11), también reafirmaron sus posiciones duales en el liderazgo. Como de costumbre, los excandidatos presidenciales que habían apostado dos veces al presentarse también como candidatos legislativos fueron elegidos como legisladores, incluido el tercer clasificado Fabricio Alvarado (Nueva República, siete) y Eli Feinzaig (Partido Liberal Progresista, seis). El Frente Amplio redondea la Asamblea con seis legisladores.
¿Cómo vivió usted el 6 de febrero de 2022? ¿De qué está preocupado, enojado, orgulloso?
Si lo invitaran a una sesión abierta en este momento con los dos candidatos restantes y sus legisladores electos, ¿qué tendría que decir?
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