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viernes, julio 26, 2024

Para que los niños vuelvan a leer

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Gloria Calderón Bejarano
Gloria Calderón Bejarano
Gloria Calderón Bejarano es una fotoperiodista costarricense, graduada de Boston University, Massachusetts. Fue reconocida como Fotógrafa del Año del periódico La Nación en el año 2000. Sus trabajos han sido expuestos y premiados en más de 30 exposiciones individuales y colectivas en Costa Rica, México, Colombia, Estados Unidos y Europa, y es la autora de los libros “Costa Rica Pura Vida,” “SazonArte”, y “La Negrita”. // Gloria Calderón Bejarano is a Costa Rican photojournalist and graduate of Boston University. She was recognized as Photographer of the Year for her work at La Nación in 2000. Her work has been exhibited and commended at more than 30 individual and collective exhibitions in Costa Rica, Mexico, Colombia, the United States and Europe, and she is the author of the books “Costa Rica Pura Vida,” “SazonArte,” and “La Negrita.”

En un mundo donde ahora todo está digitalizado y los niños a menudo pasan horas, aparentemente interminables, frente a una pantalla, parece que el hábito de leer se está desvaneciendo rápidamente. Esta disminución es motivo de gran preocupación porque la lectura es esencial no solo para el éxito académico, sino también para el crecimiento personal y profesional.

Los dispositivos digitales como los teléfonos inteligentes y las tabletas ofrecen gratificación instantánea a una nueva generación de niños que tienen períodos de atención cada vez más cortos. El resultado es que los niños ya no quieren invertir el tiempo que lleva asimilar y procesar una buena historia en un pequeño y tranquilo rincón de lectura. Anhelan los sonidos, los botones, las luces y la emoción que puede ofrecer un videojuego o un divertido TikTok. Los libros y las revistas palidecen en comparación. La mayoría de las veces, esto hace que la lectura parezca aburrida y poco atractiva.

“No creo que los niños ya no lean”, dice el autor e ilustrador infantil Héctor Gamboa. “Creo que los niños de hoy consumen muchos textos a través de Internet, una cantidad absurda de texto. Pero vivimos en una sociedad que consume a tal velocidad todo, no solo libros, todo, hasta la comida rápida”.

Para Hector, las narraciones han sido sustituidas por versiones reducidas de sí mismas. Ahora son solo historias breves. Él dice que esto ha hecho que los niños se acostumbren más a reaccionar que a pensar, y que nadie se tome el tiempo para procesar historias. Entonces, a su criterio, ha degradado la capacidad del ser humano para pensar y reflexionar.

Hacer que los niños vuelvan a leer libros es de suma importancia. La lectura no solo mejora las habilidades cognitivas y el rendimiento académico, sino que también fomenta la creatividad, enciende la imaginación y fortalece las habilidades de pensamiento crítico.

Un niño y su papá disfrutan de los libros durante la Feria del Libro del Museo de los Niños en Abril del 2023. Gloria Calderón Bejarano / El Colectivo 506

La lectura juega un papel crucial en el desarrollo intelectual de un niño. Los libros exponen a los niños a nuevos conceptos e ideas; amplían su vocabulario y agudizan sus habilidades de comprensión. Los niños que leen se convierten en adultos que pueden articular mejor sus pensamientos, lo que les permite expresar sus ideas de manera más eficiente, coherente y persuasiva. Cuando los niños leen, aprenden a analizar, sintetizar y evaluar. A medida que se encuentran con personajes y tramas complejas, se sienten impulsados a pensar críticamente, hacer conexiones y sacar conclusiones. Este esfuerzo mental más tarde mejora su capacidad de pensar de forma independiente.

Sobre todo, la lectura estimula la imaginación y la creatividad. A medida que se sumergen en mundos ficticios, los niños automáticamente comienzan a evocar imágenes mentales para que coincidan con las palabras de la página. Este pensamiento imaginativo ayudará más tarde a crear habilidades para resolver problemas y soluciones innovadoras. Los libros tienen un poder incomparable para fomentar la curiosidad e inculcar el amor por el aprendizaje, animando a los niños a explorar diversos temas y desarrollar una sed de conocimiento que se extenderá mucho más allá del aula.

Pero lograr que los niños se enamoren de la lectura, hoy en día, es definitivamente un desafío tanto para padres como para maestros. Simplemente hay demasiada competencia por su atención, ya de por sí reducida.

El autor Mauricio Ventanas, creador de la serie Pumbururá Pumpumpunchá y un ambientalista acérrimo, comenzó a escribir libros infantiles y a ponerles música en un esfuerzo por hacer que la lectura fuera más atractiva para los niños.

Un niño camina por los pasillos de la Feria del Libro del Museo de los Niños en Abril del 2023. Gloria Calderón Bejarano / El Colectivo 506
“Creo que los niños están siendo bombardeados muy fuertemente por los multimedia: el acceso a videos que facilitan mucho recibir la información de una manera audiovisual”, dice. “Yo creo que es muy difícil [la competencia para los libros]. Lo veo con mis propios hijos. Me cuesta muchísimo que lean más. Para ellos es mucho más atractivo abrir el iPad o una computadora y jugar un videojuego.

“Con el libro hay que sentarse, hay que imaginar, hay que usar mucho más el cerebro para crear las imágenes que el libro propone”, dice. “A diferencia de ver un video donde las imágenes ya están ahí, lo único que hay que hacer es recibirlas”.

Mireya Espinosa, promotora de libros de la Editorial Libros para Niños, dice que las ventas de libros han disminuido en los últimos años, y que aunque los padres quieren que sus hijos lean, pero simplemente no saben cómo. Mireya dice ver cómo los padres eligen libros con botones y sonidos, como para competir con el mundo de los juegos, con la esperanza de que se interesen más.

Ella también reconoce muchas fallas en cómo se enseña la lectura en las escuelas. Juntas nos preguntamos ¿por qué los maestros insisten en evaluar a los niños sobre los hechos en los libros?

“Les preguntan por el color del caballo de Simón Bolívar”, dice Mireya, “en lugar de lo que sienten al leer”.

Héctor Gamboa está de acuerdo. “Creo que la idea de que hayan libros obligatorios es una idea perversa. Pero eso no significa que los padres y los maestros no puedan ayudar a los niños a seleccionar buenos libros”, dice. “No todos los libros son para todos los niños y, además, hay libros son una porquería.

“Lo más importante sigue estando en la conexión emocional”.

Una niña y su mamá disfrutan de los libros durante la Feria del Libro del Museo de los Niños en Abril del 2023. Gloria Calderón Bejarano / El Colectivo 506

Los padres juegan un papel crucial en lograr que sus hijos lean. Todos los padres con los que hablo sobre el tema insisten en que quieren cultivar el amor por la lectura en sus hijos, reconociendo la diferencia que puede hacer en su crianza. Karol Arias llevó a su hijo Saúl, de 5 años, a la reciente Feria del Libro en el Museo del Niño para elegir algunos libros. “Quiero que se aleje de las pantallas”, dice ella. “Le leo todas las noches, después de nuestras oraciones vespertinas. Primero fueron libros ilustrados cortos y ahora hemos pasado a libros de capítulos. A mí mismo me encanta leer y creo que es muy importante navegar en ese mar de conocimientos. Es importante fomentar su imaginación”.

Saúl, por su parte, dice: “Me gustan los libros de cuentos fantásticos. y monstruos Me encantan los monstruos”.

Para Víctor Pérez, quien asistió a la Feria del Libro con su hija Jimena, de 5 años, predicar con el ejemplo es fundamental para que los niños lean.

“Me encanta leer, pero si los niños te ven con tu teléfono o tableta todo el tiempo, buscarán eso en lugar de un libro”, señala. “A veces los padres no se dan cuenta del daño que están haciendo al darles un teléfono inteligente a sus hijos. Les están quitando la imaginación”.

Sí, los padres quieren que sus hijos lean, pero los padres también están cansados. Héctor Gamboa dice que la lectura comienza como un triángulo amoroso entre un padre, su hijo y un libro. “Es un acto de amor cuando un padre se sienta a leerle a su hijo”.

Pero él ve como los padres llegan a casa agotados y la mayoría de las veces lo único que quieren es cenar y descansar, por lo que optan por dejar que los niños jueguen con sus teléfonos o vean videos.

“La sociedad contemporánea es una sociedad en donde tenemos más cosas, pero tenemos menos nexos humanos”, dice Héctor.

La lectura puede ayudar a proporcionar esas conexiones mediante la construcción de una base de conocimientos más amplia para cada individuo. A través de la lectura, los niños se exponen a diferentes perspectivas y períodos históricos, ampliando su visión del mundo. Adquieren conocimientos sobre diferentes culturas y tradiciones, lo que posiblemente los convierte en personas más inclusivas y tolerantes. La lectura es también una ventana a la experiencia humana. Los niños aprenden sobre diferentes emociones al explorar las vidas de diferentes personajes. A medida que se identifican con estos personajes, aprenden a manejar sus propias emociones y desarrollan empatía.

Héctor Gamboa dice que un libro ayuda a todos a “experimentar la vida antes de la vida”.

“El libro es un medio increíble de catarsis de conseguir experiencias sin tener que sufrir, porque la vida es muy sufrida. Pero el libro es una herramienta poderosísima para conseguir experiencias. Para vivir vidas que no podremos vivir nunca nosotros mismos, y eso nos prepara para la vida más de una manera que es incomparable con ninguna otra cosa. Ni una película, nada se compara con un libro”.

Feria del Libro del Museo de los Niños en Abril del 2023. Gloria Calderón Bejarano / El Colectivo 506

Como una ávida lectora que ha vivido indirectamente un millón de aventuras a través de las palabras de otras personas, no podría estar más de acuerdo.

Entonces, se preguntarán, ¿qué podemos hacer para que los niños vuelvan a leer? La respuesta larga y compleja incluye todo, desde leerles desde que nacen, encontrar libros alineados con sus intereses, limitar el tiempo frente a la pantalla, no obligarlos a leer, pero asegurarse de que lo hagan, tratar de convencerlos de que, de hecho, eventualmente aprenderá a amarlo…

La respuesta corta es mucho más simple.

Hacemos lo que sea necesario.

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