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Pesca deportiva: ‘una pieza clave que conecta distintas acciones dentro del Corredor Marino’

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“Yo tengo que reconocer que el gestionar un área marina protegida que permita el aprovechamiento a través de la pesca también es algo nuevo para el mismo SINAC”, me dice Diego Torres, coordinador del programa de Turismo Sostenible del Parque Nacional Isla del Coco (PNIC). Se refiere al reto que representa para la organización el manejo de los 106.285 Km2 de área marina que desde el 2021 protege el Área Marina de Manejo del Bicentenario (AMM Bicentenario), un área que incluye los ahora 46+ Km2 del PNIC.

Pero el reto para el SINAC [Sistema Nacional de Áreas de Conservación] que me explica Diego va mucho más allá de monitorear y proteger toda la biodiversidad que habita y transita un área que duplica el tamaño terrestre de Costa Rica. Para él, el reto mayor se encuentra en que ahora esa protección debe ir de la mano del aprovechamiento sostenible de los recursos que contiene. Es decir, permitirá las actividades comerciales como la pesca comercial siempre y cuando el aprovechamiento no sea en detrimento de la conservación.

Mapa del Área Marina de Manejo del Bicentenario. Fuente: https://isladelcoco.go.cr/cartografia/

Esta es la filosofía no sólo de esta área protegida costarricense, sino de las áreas protegidas y de manejo que desde el 2002 unen a Costa Rica, Panamá, Colombia y Ecuador, en el Corredor Marino de Conservación del Pacifico Este Tropical (o CMAR). Según lee su sitio web, “es una iniciativa regional de conservación y uso sostenible, que busca la adecuada gestión de la biodiversidad y los recursos marinos y costeros, mediante un manejo ecosistémico, y a través del establecimiento de estrategias regionales gubernamentales conjuntas”.

Por eso ahora el aprovechamiento de los recursos marinos no se limita al ecoturismo, la educación ambiental y la investigación, sino que implica entender a dónde se pueden aprovechar los recursos, especialmente los pesqueros, y definir cómo se debe manejar este aprovechamiento. Y establecer estos lineamientos no es cosa sencilla, porque la manera de entender aprovechamiento por todos los sectores, comerciales y de conservación, ha probado no ser la misma.

“Al ser un CMAR una iniciativa de los Ministerios de Ambiente, no hay una relación tan fluida con el sector pesca en general”, me dice José Julio Casas, quien hasta julio del 2025 fungió como Secretario Técnico Protempore del CMAR, posición que asumió desde su trabajo en la Dirección de Costas y Mares del Ministerio de Ambiente de Panamá.

“Esa relación no ha sido mala, pero ha sido distante”.

Sin embargo, y a pesar de la complejidad que une los polos opuestos de la extracción desmedida y la conservación absoluta de los recursos marinos, para José hay una práctica que puede traer mucho beneficio a todas los sectores directamente involucrados y afectados por el CMAR: la pesca deportiva.

“Yo veo el subsector [de pesca deportiva] como una pieza clave que conecta distintas acciones dentro del CMAR, porque tiene que ver con pesca, definitivamente, pero tiene que ver con turismo y también está relacionado a procesos de protección, conservación y uso sostenible”, dice José. “Por lo menos, desde mi percepción, es como esa piedra angular en donde pueden converger distintos subsectores con los que trabaja el CMAR actualmente”.

Puntas blancas surfeando la corriente en Manuelita. Fuente: https://isladelcoco.go.cr/galeria/

La pesca comercial y deportiva y el CMAR

El Instituto de Investigaciones Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica (UCR) concluyó que en el 2008 la práctica de pesca turística aportó el 2,13% del PIB, 0.25% más que la pesca comercial. En el 2019, un estudio de la Federación Costarricense de Pesca (FECOP) reportó que el ingreso de las familias relacionadas con esta actividad es, en promedio, 2.4 veces mayor que el salario base de una persona calificada. Tengo más de 10 años de vivir la pesca deportiva muy de cerca. Mi esposo, un apasionado de la pesca con mosca, convirtió su pasión en el principal ingreso de nuestra familia; además, el FECOP está entre los clientes de consultorías de El Colectivo 506, lo cuál me ha dado la oportunidad de aprender sobre otras facetas del sector. Por eso, cuando leo estudios sobre el impacto económico y social de la pesca deportiva en Costa Rica, no me extraño.

Estos estudios hablan sobre la práctica de la pesca deportiva y su impacto en todo Costa Rica, entonces, después de conversar con personas en cinco instituciones distintas—AMM Bicentenario, CMAR, FECOP, MarViva y Hubbs-SeaWorld Research Institute—me queda claro que el papel que juega este tipo de pesca, junto a la pesca comercial, dentro del CMAR aún no es clara.

Diego del AMM Bicentenario cuenta que después de muchos contratiempos, un proceso que inició en el 2023 ya pronto culminará con la publicación oficial del Plan General de Manejo del área protegida, “la herramienta madre de gestión del área protegida”, pero falta camino importante por andar.

“Lo próximo que sigue con el Bicentenario es elaborar un instrumento que se llama el Plan de Gestión Pesquera…que viene a determinar, ahora sí, la parte más operativa de la actividad de pesca”, dice Diego. Explica que este plan de gestión, “implica definir los artes de pesca permitidos, las especies que van a estar permitiéndose pescar dentro del bicentenario, las especies que van a estar más prohibidas de pescar dentro del bicentenario, y también definir los permisos que tiene que emitir la administración para que ingresen los usuarios a pescar dentro del Área Marina de Manejo del Bicentenario. Cuando digo usuarios me refiero tanto a la pesca semiindustrial, que es palangre en este caso, como también a la pesca turística deportiva”.

Mapa del Corredor Marino de Conservación del Pacifico Este Tropical (o CMAR). Fuente: https://isladelcoco.go.cr/cartografia/

Este trabajo de crear procedimientos de gestión del recurso pesquero es muy importante para todo el CMAR, que busca ser declarado por la UNESCO como una Reserva de la Biósfera.

“Esa figura no es para nada una figura de conservación, muy por el contrario, es una figura de aprovechamiento, responsable, sostenible”, explica José, ex-secretario del CMAR, sobre lo que implica esta declaratoria. “Si el CMAR quiere establecer esas reservas nacionales y luego transfronterizas, tiene que sentarse a hablar con el sector pesca en general”.

Esa conversación, explica José, es importante porque el CMAR deberá demostrar ante la UNESCO que en el corredor logra el objetivo de “conciliar la conservación de la biodiversidad con un uso sostenible”. Esta conciliación es un elemento clave para ser una Reserva de la Biósfera, según explica el sitio web de la UNESCO.

“Yo no creo que se vea muy bien que un país lleve [a la UNESCO] un expediente sin el sector más importante de aprovechamiento dentro del área donde ellos trabajan, que es el sector pesca”, agregó José.

Damián Martínez, Director de Política y Conservación de la Federación Costarricense de Pesca (FECOP), también habla de la importancia de incluir al sector pesca, deportiva y comercial, en las conversaciones e investigaciones del CMAR.

“Se habla de la pesca en general [en el Plan de Acción del CMAR 2019] como si fuese la amenaza principal”, dice Damián, y agrega que a pesar de entender su impacto, desde su perspectiva el sector no se ha incluído lo suficiente en los procesos. “Entonces, ¿cuál es el principal problema? desde mi perspectiva es que el CMAR no está incorporando a la pesca como tal, como uno de sus ejes principales”.

Entonces, ¿cómo se puede empezar a trazar ese camino hacia el aprovechamiento sostenible de los recursos del CMAR? La respuesta podría estar en la ciencia ciudadana.

¿Qué puede aportar la pesca deportiva para la conservación?

En mi familia, hemos visto a mi esposo y su clientela de pescadores colaborar con muestras para estudios de ADN de ciertas especies estrella de la pesca, como el sábalo real. Por eso, me preguntaba cuál es el potencial de este tipo de esfuerzo, en el CMAR. Al buscar información sobre el aporte a la ciencia de este deporte, encuentro por ejemplo que en el 2021, un artículo científico en la revista Fisheries Oceanography concluye que ante la falta de datos específicos sobre poblaciones de picudos en Guatemala, Costa Rica y Panamá, “los registros de pesca recreativa proporcionan una forma alternativa de monitorear la presencia de especies objetivo”.

Dra. Danielle Bates lista con una etiqueta satelital para desplegarla en un marlín azul o un pez vela. Cortesía Danielle Bates / El Colectivo 506
Esta investigación fue realizada bajo el liderazgo de Danielle Bates, Oceanógrafa y Ecologista Marina y Directora Científica en el Hubbs-Seaworld Research Institute. Es sólo una de las investigaciones en las que Danielle se ha apoyado en el gremio de la pesca deportiva para poder estudiar picudos, como el marlin y el pez vela, que son los peces estrella de la pesca deportiva, y que al igual que otras especies que son casos importantes de investigación (o especies sombrilla) como las tortugas o los tiburones, son altamente migratorias y se encuentran muy alto en la cadena alimenticia.

“Comencé a trabajar en un proyecto en 2018 a través de la Universidad de Stanford. El objetivo era instalar marcadores satelitales en marlines azules y peces vela, centrándome en estas dos especies, para comprender cómo los cambios en el océano podrían estar afectando su destino. El proyecto surgió de la industria de la pesca deportiva porque 2018 fue un año de pesca muy malo, especialmente para el marlín”, explica Danielle sobre otro de los estudios que están realizando entre la universidad y el instituto, y del que sus resultados aún no han sido publicados.

Sin embargo, para Danielle y el equipo de investigadores que ella representa, lo más importante de todas las experiencias que están realizando es la colaboración entre la comunidad de pescadores deportivos y la comunidad científica. Para realizar sus investigaciones, que ahora también incluye una “encuesta a pescadores, capitanes y oficiales que han estado pescando en Costa Rica durante más de 10 años,” el equipo de Danielle no sólo ha podido aprovechar los viajes en botes que dueños y capitanes donan a la investigación, sino que también ha podido entablar conversaciones profundas donde pueden comparar conocimientos y experiencias.

“Diría que todos [los pescadores deportivos] estaban muy interesados ​​en la ciencia y en cómo usamos esa información para gestionar mejor la pesquería, porque creo que reconocieron que muchas decisiones en esa parte del mundo a veces se toman con base en información incompleta. Por eso, tenían mucha curiosidad por aprender más”.

Dra. Danielle Bates (der) y Dra. Hannah Blondin (centro) con el equipo de Zancudo Lodge, quienes ayudaron a pescar peces picudos para marcar y colocar etiquetas satelitales. Cortesía Danielle Bates / El Colectivo 506

Danielle espera poder expandir sus investigaciones a otras especies importantes para la industria pesquera, como los atunes y dorados, y considera que estas investigaciones podrán complementar lo que muchas organizaciones como MigraMar están realizando con especies como tortugas o tiburones, y de esta manera poder generar información completa que permita manejar los recursos marinos de manera sostenible.

“Hay ciertas especies que representan ciertos valores, ya sea para la pesca recreativa, la pesca comercial, el funcionamiento saludable de los ecosistemas y un océano biodiverso, e incluso para el ecoturismo”, explica Danielle. “Me interesa saber dónde se superponen todas estas cosas, dónde podrían estar separándose en el espacio y el tiempo, para comprender mejor cómo podemos desarrollar mejor las áreas protegidas y las zonas de pesca.

“Necesitamos mariscos; hay comunidades que dependen de la pesca comercial. Los humanos vivimos y comemos mariscos en este planeta. Entonces, ¿cómo podemos intentar imaginar la gestión de un área donde las cosas puedan coexistir, pero que podamos separar mejor?”.

Daviana Berkowitz, estudiante de doctorado de Stanford, entrevista al fallecido Todd Staley (de FECOP) para recopilar conocimientos ecológicos locales sobre la pesquería de picudos. Cortesía Danielle Bates / El Colectivo 506

Para Andrés Beita, Coordinador de Ciencias de MarViva Costa Rica, “las especies de pesca deportiva [marlin, pez vela, atunes] son prioritarias para el CMAR. Tener información sobre ellas es bien útil”. Andrés dice que por eso, también considera que la información que pueda aportar el gremio de la pesca deportiva, con sus propios registros y con sus reportes desde altamar “pueden ser bastante útiles, en especial cuando hay recursos limitados para obtener datos, pero no puede sustituir el monitoreo”.

Diego de AMM Bicentenario también coincide.

“Generar información, o sea, que el mismo sector nos facilite la generación de esa información, porque al final del día son los usuarios los que están en el agua dentro del bicentenario, que es una capacidad que tal vez ahorita no tenemos necesariamente instalada”, dice.

Marlín azul marcado con una etiqueta satelital. Cortesía Danielle Bates / El Colectivo 506

Entonces, el monitoreo y estudio de especies de picudos parece ser un aporte de la pesca deportiva y turística en las acciones de conservación cerca y dentro del CMAR. Pero, ¿qué más puede aportar?

Damián, de FECOP, ve dos oportunidades más en esta relación: filantropía y desarrollo económico de las costas de los cuatro países que integran el CMAR al reconocer el servicio ecosistémico que el corredor ofrece.

“Hay gente de dinero que está interesada en trabajar con las especies de interés, y hay un interés real de que se manejen bien las pesquerías”, dice Damián. Explica que ver la pesca deportiva como una alianza puede atraer financiamiento que permita equipar y fortalecer las entidades gubernamentales que tienen ahora a cargo el manejo sostenible del CMAR.

En cuanto a fortalecer la concepción del servicio ecosistémico, para Damián, el secreto está en incluir y empoderar a los diferentes actores—no sólo a los pescadores deportivos, sino a todas las personas que practican turismo dentro y alrededor del CMAR. Así, ellos pueden tener herramientas que les permitan no sólo aportar información, sino también optimizar sus operaciones para beneficio de la biodiversidad y de las economías locales.

“Estamos dejando a los principales usuarios de estas áreas por fuera”, dice Damián. “Abordando el turismo y la pesca de una manera estratégica, uno podría trabajar con esos usuarios, y al final uno lo que quiere son cambios de actitudes, [como] menos contaminación, hacer los tours de manera responsable”.

La clave está en el trabajo en equipo

“Cooperar no es una opción, es una necesidad”, dijo Jair Urriola Quiróz, actual Secretario Ejecutivo del CMAR, durante una capacitación a periodistas el 10 de julio del 2025, refiriéndose a cómo el trabajo entre liderazgos gubernamentales, organizaciones no gubernamentales y financiadores se ha pavimentado el camino de construcción y consolidación del CMAR, una importante enseñanza de este gran proyecto internacional.

Después de conversar con tantos actores y participar de la formación “El océano en primera plana”, me queda claro que esa cooperación incluye actores como la pesca deportiva.

“Consideramos que la pesca deportiva bien hecha puede ser una alternativa muy buena para el CMAR, fiscalizada y con buenas prácticas, y que haya una distribución equitativa de los beneficios”, dice Andrés de MarViva.

Científicos y capitanes a bordo de una embarcación que sale de Bahía Cocodrilo en Puerto Jiménez, Puntarenas, se asocian para marcar peces picudos. Cortesía Danielle Bates / El Colectivo 506

“He trabajado con pescadores [toda mi carrera]”, dice Danielle del Instituto de Investigación Hubbs-Seaworld, “tanto recreativos como comerciales, y me encanta trabajar con ellos porque creo que la mayoría de los pescadores son, en cierto modo, científicos naturales. Sales y ellos están analizando el agua. Buscan aves. Tienen en mente cuál es la temperatura ideal del agua. [Se preguntan]: ¿el agua está demasiado marrón o demasiado verde? ¿Está demasiado agitada o es que la fase lunar no es la mejor? Me encanta escuchar a los pescadores sobre sus hipótesis; bueno, son hipótesis, ¿verdad? Tienen un modelo mental de lo que predice un buen o mal día de pesca.

“Creo que los pescadores tienen mucha información que puede aportar valor a la comprensión de nuestro ecosistema, simplemente porque están en el agua todos los días recopilando información, recopilando datos mentalmente”.

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Esta información fue publicada gracias al apoyo de la iniciativa: Desafíos y oportunidades de conservación en el Corredor Marino del Pacífico Oriental Tropical (CMAR) de LatinClima, MarViva y el Centro Científico Tropical, con el apoyo de la Earth Journalism Network y la colaboración del CMAR.

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Mónica Quesada Cordero
Mónica Quesada Corderohttp://www.mqcphoto.com
Mónica (Co-Fundadora, Editora Gráfica) es una galardonada fotoperiodista con 15 años de experiencia en el desarrollo de proyectos fotográficos en el área editorial, retrato, vida silvestre, comida y arquitectura. Además, cuenta con experiencia en escritura y redacción y una maestría en Producción Audiovisual y Multimedia. Mónica (Co-Founder, Graphic Editor) is an award-winning photojournalist with 15 years of experience developing photographic projects in the editorial, portrait, wildlife, food and architecture areas. In addition, she has experience in writing and a master's degree in Audiovisual and Multimedia Production.

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