“Ya vamos a poder dormir».
«Ya», una palabra tan expresiva, tan elocuente. Puede ser un «ya» resignado, pronunciado por alguien que intenta consolar al inconsolable: Ya, mi amor. Puede ser enfadado: Ya, ¡basta! O puede salir con una pequeña bocanada de aire, una última liberación de cansancio, el paso final de un viaje agotador. El signo de puntuación al final de una oración larga y frustrante. Ya vamos a poder dormir.
Las madres dicen los tres tipos de «ya» todo el día, uno tras otro. «Estará bien, querida». «¡No más!» «Gracias a Dios, se acabó el día». Pero es el último “ya” lo que nos concierne aquí. «Ya vamos a poder dormir». Casi se puede escuchar, incluso a través de la palabra escrita, el relieve en los labios de Ana Isabel, al lado de su esposa, Christine, inscribiendo a sus tres hijos en el Registro Civil para que ambas pudieran, finalmente, legalmente, ser las madres de sus hijos.
Fue un «ya» al final de una lucha de diez años. Se casaron en Europa; dieron a luz a sus hijos; lucharon por sus derechos en Costa Rica. Fundaron una organización sin fines de lucro, levantaron sus voces, marcharon en mares de arco iris. Se cepillaban los dientes, contaban historias y acostaban a los pequeños. Sonreían y tomaban fotos, pero nunca descansaban del todo. No sin los derechos que otros adquieren sin pensar, con ese primer grito en el hospital, con ese primer abrazo de asombro.
Cuando el matrimonio igualitario se convirtió en la ley del país, no solo las parejas dijeron «Sí, acepto». También las familias. Cuando Costa Rica abrió esa puerta, los niños también entraron corriendo. Otro vínculo, nombrado al fin.
Se fueron a casa esa noche; cepillaron sus dientes; les contaron cuentos antes de dormir. Los niños durmieron. Sus madres también lo hicieron. En paz. Finalmente. Ya.
Foto con fines ilustrativos de la página de Facebook de Familias Homoparentales y Diversas de Costa Rica. Texto de Katherine Stanley Obando, inspirado en la historia de Ana Isabel Sanz y Christine Unold, fundadoras de esa organización, relatada en un reportaje sobre la familia por Josué Alfaro, publicado en Ameliarueda.com el 12 de agosto de 2020. Ese día lograron el reconocimiento legal por su condición de madres de sus tres hijos. El matrimonio igualitario se promulgó en Costa Rica el 26 de mayo de 2020; el reconocimiento del estatus legal homoparental, el 16 de junio de 2020.
La serie semanal Media Naranja en El Colectivo 506 captura historias de amor y afecto con un toque costarricense. Durante nuestra edición de un mes centrada en la comunidad LGBTIQ+ de Costa Rica, nuestras columnas de junio se centran en las parejas que se han casado—o en este caso, unieron a su familia—durante el año pasado.