Anexión de Guanacaste, un territorio que decidió ser costarricense.

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Cuando estás en Guanacaste y escuchas a alguien gritar «¡Bomba!», No es un llamado al miedo, sino a la risa y la alegría. Imagina que suena la música, la gente baila, alguien grita, todo se detiene y se oye decir:

«En mi pueblo la alegría
Es como una enfermedad
Le largan el falso a una bomba
Y el contagio es de verdad»

Ese contagio de alegria se celebra cada 25 de julio en Costa Rica al recordar la anexión del Partido de Nicoya, un territorio que durante el periodo de la colonia comprendía casi todo lo que hoy conocemos como Guanacaste, y de donde vienen muchas tradiciones costarricenses como las famosas bombas. Sin embargo, la historia cuenta que la anexión no fue tan espontánea y sencilla.

Insertado en medio de CR y Nicaragua, este pequeño territorio también se independizó de España en 1821, y en los años siguientes ejerció como un pueblo independiente estableciendo relaciones comerciales con sus vecinos países. Rivas, al sur de Nicaragua, se convirtió en un mercado muy importante para el pueblo de Guanacaste, hoy la ciudad de Liberia, mientras que Puntarenas era mercado y puerto indispensable para los tabacaleros de los pueblos de Nicoya y Santa Cruz.

A wood house in Guanacaste. Monica Quesada Cordero / El Colectivo 506

El Partido de Nicoya ya había considerado pertenecer a Nicaragua, pero la inestabilidad política de esta nación provocó que el Partido retractarse. Es por ello que cuando Costa Rica le sugiere al Partido sumarse a su territorio en marzo de 1824, aflora la controversia.

El 4 de julio de ese año, el Partido de Nicoya rechaza la oferta de Costa Rica, pero 21 días después, Nicoya y Santa Cruz reconsideran la decisión y firman el acta de la anexión. La década que sigue está llena de grandes discusiones a lo interno del Partido y entre Costa Rica y Nicaragua, pero para 1834 todos los municipios del Partido: Guanacaste, Nicoya y Santa Cruz, ya han presentado juramento a la constitución costarricense.

Son ya cerca de 200 años de ser un solo territorio, y los beneficios de la decisión tomada en 1824 han sido muchos. Guanacaste, hoy Liberia, encontró entonces en el creciente valle central el mercado perfecto para su ganado, y Nicoya y Santa Cruz encontraron la protección que le pidieron al gobierno costarricense en el acta de la anexión, al mencionar que sólo tenían «26 fusiles inútiles» para defenderse.

Pero Costa Rica como una sola nación ha sido la real ganadora con la anexión del Partido de Nicoya.

Las hermosas playas, volcanes y atractivos naturales y culturales que le pertenecían al Partido de Nicoya han dado a Costa Rica renombre mundial y son parte de una de las principales actividades económicas del país: el turismo.

Pescadores en las costas de Guanacaste. Monica Quesada Cordero / El Colectivo 506

El árbol de Guanacaste, uno de los árboles más grandes en Costa Rica que crece en el bosque tropical seco del antiguo Partido de Nicoya se convirtió en el árbol nacional en 1959, como homenaje al gesto de la Anexión. El nombre del árbol proviene de la lengua indígena náhuatl («Guautil»: árbol; «Nacaztli»: oreja) y esta inspirado en la forma de la semilla del árbol.

Los Chorotegas, el grupo indígena que habitaba el pacífico norte del país y hablaba náhuatl, también enriquecen hoy la historia precolombina del país, y actualmente todavía se pueden comprar esculturas y vasijas en barro hechas por sus descendientes.

Students wear the tradicional Costa Rican dress, inspired in Guanacaste traditions. Monica Quesada Cordero / El Colectivo 506

El folklore nacional se vio enriquecido con las bombas, canciones, bailes y la marimba, el instrumento musical nacional de Costa Rica, el cual llegó a ser de suma importancia en las fiestas y celebraciones populares.

Y la gastronomía de Costa Rica también ganó al incluir las grandes tortillas palmeadas y el salado y firme bizcocho guanacasteco, que en combinación con otros platillos costarricenses hoy se disfrutan en todos los rincones del país.


Una versión anterior de este artículo se publicó en Nature Landings, la revista a bordo de Nature Air.

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Mónica (Co-Fundadora, Editora Gráfica) es una galardonada fotoperiodista con 15 años de experiencia en el desarrollo de proyectos fotográficos en el área editorial, retrato, vida silvestre, comida y arquitectura. Además, cuenta con experiencia en escritura y redacción y una maestría en Producción Audiovisual y Multimedia. Mónica (Co-Founder, Graphic Editor) is an award-winning photojournalist with 15 years of experience developing photographic projects in the editorial, portrait, wildlife, food and architecture areas. In addition, she has experience in writing and a master's degree in Audiovisual and Multimedia Production.

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