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¿Qué pasa cuando los hombres se reúnen para hablar de sus vidas? Escazú decidió averiguar

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A las seis de la tarde ya a oscuras, a cuatro pasos de la puerta del aula 10 de la Municipalidad de Escazú, me recibe el olor a café. Adentro hay un grupo de hombres, unos riendo, otros esperando. Los saludo y hablamos de todo un poco antes de iniciar. A las 6:30, inicia la sesión del grupo de desarrollo personal de masculinidades positivas de la municipalidad con el Instituto WEM al que he estado asistiendo desde hace cinco años.

Desde el 19 de mayo de 2019, en el Centro Cívico de Escazú, por primera vez, los hombres tuvimos un espacio para hablar, compartir lo que no han dicho a nadie, aquello que lleva años añejándose en el pecho. Un grupo para expresar sus emociones, sus situaciones personales, en un ambiente seguro, en un espacio donde no somos juzgados, aunque tengan problemas para manejar el enojo o identificar sus emociones.

Este grupo constituyó el primer proyecto de masculinidades positivas que la Municipalidad de Escazú brinda a su comunidad en colaboración con el Instituto WEM, una organización no gubernamental con 20 años de experiencia en el desarrollo de una metodología para el crecimiento personal y la promoción de masculinidades positivas y cultura de paz. En este proyecto, la Municipalidad de Escazú financia honorarios profesionales, provee el espacio físico, así como la convocatoria. Después de un proceso de contratación, el Instituto brinda el personal calificado y la metodología terapéutica. Esteban Rodríguez, psicólogo coordinador del proyecto explica, que el proyecto también incluye la realización de talleres y charlas para colegios, así como atención psicológica individual..

Para mí como participante, el proyecto ha traído cambios positivos en mi vida. Pero como periodista, sentí la curiosidad de saber más sobre cómo se creó esta iniciativa que no es muy común en las comunidades de nuestro país.¿Por qué una municipalidad se metió en esta iniciativa? ¿Cómo comenzaron y desarrollaron este espacio? Y ¿cuáles cambios ha logrado?

Hombro a hombro con los que formaron el proyecto, pero ahora con mi sombrero de periodista, me puse a estudiar el programa.

Los participantes en el grupo de desarrollo personal de masculinidades positivas de la municipalidad: Arturo Álvarez, Carlos Álvarez, Freddy Rivera, Jorge Cerdas y el psicólogo Dennis Redondo Muestran el títere de sus personajes mientras participaron en el montaje de la obra teatral: El caballero de la armadura oxidada, un texto literario sobre la masculinidad. Esteban Umaña Picado / El Colectivo 506.

La violencia de género: un problema escazuceño y nacional

Según las estadísticas del Observatorio de Violencia de Género contra las Mujeres y Acceso a la Justicia del Poder Judicial, en el 2023 ocurrieron un total de 18 femicidios y 37 muertes de mujeres que siguen pendientes de clasificar.

[Nota de la editora: el femicidio se define en Costa Rica como el asesinato de una mujer “por su condición de mujer, usualmente a manos de su pareja actual o pasada, o de otro hombre con quien no tiene o tuvo una relación de pareja… producto normalmente de una violencia escalonada y una relación desigual entre la mujer y el hombre femicida”. La Subcomisión Interinstitucional de Prevención de Femicidios es la entidad que determina si la muerte de una mujer se debe clasificar o no como femicidio.]

En lo que va de 2024, se ha contabilizado 4 femicidios y 19 muertes violentas de mujeres. Mientras tanto, según datos del sistema de emergencias 911, en Costa Rica un 95% de los casos que se reportan por violencia intrafamiliar son en contra de mujeres. Según los registros del Observatorio de la Violencia, el 79% de las presuntas personas agresoras son hombres y el 79% de las presuntas víctimas son mujeres.

Claudia Girón Cano, coordinadora del área de desarrollo social de la Municipalidad de Escazú, explica que, según los datos recopilados por la policía municipal y el Instituto Nacional de Estadística y Censos, este cantón, pese a sus recursos, tiene uno de los índices de violencia más altos del país. Aunque Escazú es un cantón lleno de contrastes, y que posee altos grados de desarrollo e inversión, Claudia dice que Escazú es de origen campesino con una construcción de masculinidad tradicional.

El mago Merlín, el Caballero, la Ardilla y la Rebeca la paloma, personajes de la pieza: El caballero de la armadura oxidada; una historia de un hombre en un viaje de autoconocimiento. Esteban Umaña Picado / El Colectivo 506.

Una respuesta municipal

Claudia atribuye el origen de este proyecto a los cambios que se han venido gestando dentro de la Municipalidad de Escazú desde 2008, con la creación de la Oficina de Atención de la Mujer, la cual evolucionó hasta transformarse en el área de igualdad y equidad de género. Resaltó cómo el proyecto de masculinidades positivas complementa la concepción inicial de las luchas feministas, en la que el trabajo se centró en las mujeres como respuesta a la desigualdad estructural y las brechas de género.

«El concepto de trabajo de género va más allá de trabajar únicamente con las mujeres”, dice Claudia, “sería como responsabilizar a las mujeres del cambio, únicamente a ellas, de las posibles mejoras en la sociedad. Cuando involucramos a todas las personas y actores que están en la sociedad, empezamos a hacer una regulación diferente de responsabilidades y visiones».

Para desarrollar el proyecto, la Municipalidad acudió al Instituto WEM en el 2019. En una primera etapa la Municipalidad elaboró un contrato para el cuál solo hubieron dos oferentes y el Instituto WEM cumplió con todos los requisitos. Para la segunda etapa se elaboró un contrato en el Sistema Integrado de Compras Públicas, que también ganó el Instituto WEM.

Álvaro Campos Gaudamuz, Presidente del Instituto WEM, explica que el WEM tiene 24 grupos en diferentes partes del país, incluso en centros penales.

Álvaro Campos, centro, presenta una actividad a los participantes en el aula 10 de la Municipalidad de Escazú. Esteban Umaña Picado / El Colectivo 506.

“El objetivo principal [del WEM] es trabajar con hombres de todas las edades para construir una masculinidad que no sea machista y que no sea violenta, que promueva lo mejor de sí mismo”, dice Álvaro. “Que aprenda a comunicarse con su familia, que aprenda a ser efectivo, que aprenda a cuidarse a sí mismo y a las personas, que sea corresponsable de las labores domésticas, que sepa comunicarse y expresar las emociones que a los hombres les cuesta tanto. Los hombres, cuando tienen una dificultad, nos lo guardamos, nos lo callamos. Nos interesa que el hombre se conecte consigo mismo, con lo más profundo de sus experiencias de vida, para que de alguna forma sane heridas y encuentre otra forma de ser hombre”.

Esteban, el psicólogo que trabaja con el grupo WEM en Escazú, destaca que la prevención de la violencia hacia las mujeres se aborda desde una perspectiva de masculinidades positivas. Es decir, se busca trabajar con los hombres para que entiendan y regulen sus propias emociones, aprendan a manejar sus comportamientos y eviten caer en episodios de violencia que generen otras circunstancias.

“Aprender a regular sus emociones y a no caer en mandatos patriarcales que les han sido inculcados durante años,” dice Esteban.

Mainor Espinoza Pérez y Olman Aguilar Arias participa de las actividades del grupo de desarrollo personal de masculinidades positivas de la municipalidad y en esta fotografía participa de una conversación en mesa redonda. Esteban Umaña Picado / El Colectivo 506.

Para Dennis Redondo, otro psicólogo del Instituto WEM que coordinó el proyecto desde 2019 hasta 2023, cuando se habla de hombres con sus facetas y particularidades, se sienten poco convocados cuando se habla de violencia. Esa connotación les genera o les etiqueta responsabilidades que muchos no quieren asumir.

Cuando se enfoca en la promoción de la salud al trabajar con las condiciones de la integralidad de los seres humanos, también previene la violencia, aunque no se trabaje directamente con ella, explica Dennis.

Indica que en lugar de trabajar únicamente, «por ejemplo, en la prevención de la violencia en el noviazgo», se trabaja además «sobre comunicación asertiva… Eso sí convoca a los hombres. Lo que pasa es que el enfoque de violencia es culpógeno y de alguna otra forma los hombres de esta generación no se sienten convocados por ese tipo de atribuciones».

Dennis explica que el principio metodológico es “respetar al hombre en sus propias palabras, escucharlo sin juzgarlo, que se haga consciente de sí mismo y responsable de lo que hace y de las consecuencias, que comience a crecer como persona”. Este modelo de educación popular comunitaria tiene dos pilares fundamentales: el aprendizaje significativo, lo que se da por una relación con su realidad cotidiana, y el aprendizaje por descubrimiento.

“Por sí mismo se tiene que dar cuenta de que es machista, si lo es; que él mismo se dé cuenta de que ejerce violencia, si es que la ejerce; por sí mismo, que nadie se lo diga y la metodología lo permite”, dice Dennis.

Es usual en las técnicas terapéuticas del grupo la utilización de psicodramas. Álvaro Campos (atrás) explica a Eduardo Trujillo Aguirre (izquierda) y Aladan Joshua Wolfe López , los roles de “El hombre que no ve, el hombre que no habla”, que indica son hombres desconectados de su realidad emocional y su mundo interno, lo que les dificulta su visión y ubicación en la relación con demás, especialmente sus familiares. Esteban Umaña Picado / El Colectivo 506.

Aunque todas las sesiones tienen la misma estructura, cada una es diferente. Cada uno se presenta, en ocasiones algún representante de la Red de Hombres—la comunidad nacional cuya membresía se logra cuando un hombre ha participado en los grupos del WEM por más de 45 sesiones, es decir, alrededor de un año—desarrolla una breve reflexión. Con eso, la sesión terapéutica inicia, cuando el psicólogo pregunta quien tiene alguna situación particular que lo está desbordando, el participante inicia su relato, y sólo el psicólogo puede hacer preguntas.

Cada sesión es confidencial y se puede hablar libremente de nuestras emociones, situaciones en primera persona. Una vez que se termina la intervención, en la siguiente etapa los compañeros en actitud de escucha comparten en qué medida se sintieron identificados con el relato del compañero que habló primero. “A mi me pasó”… “yo hice esto, yo ya pase por ahí”… “yo estoy atravesando algo parecido”.

En un sondeo de ingreso, los participantes del grupo de masculinidades positivas de Escazú, comentaron lidiar con problemas emocionales como el manejo del enojo, los celos, la separación de la pareja y duelos, así como la relación con los hijos. Todos relacionados con los vínculos afectivos.

Otro rol en el psicodrama realizado es “El hombre abatido”, que fue interpretado por Raúl Barrios Marín. Álvaro explica que representa los papeles anteriores, que son solo mecanismos de supervivencia de un hombre abatido. Esteban Umaña Picado / El Colectivo 506.

¿Qué se ha logrado?

La participación en el grupo ha sido exitosa para un proyecto de esa naturaleza, asegura Dennis Redondo. Se han atendido a 219 hombres en 250 sesiones desde el 2019 hasta diciembre de 2023, «lo cual, en términos de salud psicológica, no puede pasarse por alto», dice.

Álvaro Campos define que este programa ha sido exitoso porque los hombres van al grupo y dan retroalimentación positiva a los facilitadores: dicen que se sienten bien y modifican conductas, y las familias reportan sentirse mejor con estos hombres.

Pese a las valoraciones cualitativas y la cantidad de hombres atendidos desde que inició el proyecto, Claudia, de la Municipalidad, sostiene que es difícil hacer una medición precisa de impacto del programa sobre las estadísticas de violencia de género en el cantón ya que las causas de esta son estructurales y multicausales, por lo que Escazú está permeado e influenciado por toda la realidad nacional.

Sin embargo, las historias de los hombres ayudan a mostrar lo que ha significado el grupo para sus participantes.

Uno de los usuarios del servicio, Mainor Montero, de 53 años, describe su experiencia como un proceso positivo, ya que antes de ir al grupo de Escazú se consideraba “un chiquillo mal portado”. Detalla cómo llegó a las sesiones gracias a su esposa, que le pidió a su hermano que lo convenciera de asistir.

El principal aporte que le ha hecho el grupo de apoyo, dice Mainor, es brindarle herramientas, dentro de las cuales resalta la responsabilidad hacia sí mismo, el control del enojo, el autocontrol y el control de impulsos, así como el uso de palabras asertivas para comunicarse con sus seres más queridos y poner límites.

“Un día le dije a mi hijo mayor, veamos, yo te amo con el alma. Haga usted lo que quiera en su vida”, dice Mainor. “Si está bien, mañana me voy a sentir muy feliz; si está mal, allá ellos… y eso ha sido una herramienta muy importante para mí, saber hasta dónde debo llegar y no andar yo queriendo arreglarles los problemas a todo el mundo, que es lo que yo hacía”.

“El hombre nuevo” otro personaje del psicodrama interpretado por Santiago González Corrales. Dentro de la actividad se concluye que la esperanza yace en el hombre nuevo, naturalmente empático, sensible, asertivo, responsable de sí mismo y con deseos de crecer, que se acepta vulnerable y esa parte permanece en cada hombre deseando ser liberada. Esteban Umaña Picado / El Colectivo 506.

Raúl Barrios Marín, de 34 años , asegura de que la experiencia en los grupos de desarrollo personal de Escazú a los que ha venido asistiendo desde hace año y medio han tenido un impacto personal y familiar, “porque me ha ayudado a entender el tema de las emociones, como se transitan, como es que se viven, temores e impotencia que he venido arrastrando desde pequeño”.

Raúl dice que ahora se hace preguntas para identificar su estado emocional.

“¿Qué siento?, ¿por qué me siento así?,” dice. “Al irme conectando con las emociones, me he ido conectando con las soluciones, porque antes mis reacciones eran enojo, resentimiento… estaba enojado con la vida.

“Me he dado cuenta de que el único responsable de mis reacciones soy yo. Esto es una cuestión de empeño para resquebrajar el machismo, dejar de ser el macho alfa que puede con todo y responde en la calle con violencia”, continúa Raúl. “También la importancia de hablar de cómo me siento, porque antes de venir a WEM yo no hablaba nada hasta que explotaba”.

Asegura como ahora en un ambiente seguro, empático, no se le acumulan emociones y se da cuenta de los patrones y comportamiento que puede ir cambiando y mejorando consigo mismo, su familia, pareja y trabajo.

“Eso me ha causado una sensación de plenitud, de ver que sí se puede cambiar”, dice Raúl.

Por ahora, el futuro está en las manos de los gobiernos locales

Como el grupo de Escazú, existen muchos otros en todo el país. Álvaro, el director de WEM, dice que ese hecho demuestra que la experiencia es replicable. Todos los grupos, independiente de su ubicación o población meta, comparten una sola metodología que reúne los principios de la educación popular, de la psicología de las emociones, principios del psicodrama y expresión corporal, la cual es vivencial y participativa. Esta metodología es la misma, pero se adapta a cada circunstancia y forma de ser hombre en cada comunidad.

En cuanto al grupo de Escazú, “queremos que el proyecto crezca más, que se extienda a otros distritos del cantón”, dice.

Álvaro del instituto WEM (izquierda), Arturo Álvarez Montoya y Santiago González Corrales (derecha) participan de una conversación en mesa redonda como parte de las actividades del grupo de desarrollo personal de masculinidades positivas de la municipalidad. Esteban Umaña Picado / El Colectivo 506.

Claudia resalta que un aprendizaje de la Municipalidad después de estos años de implementación es la importancia de respetar al personal técnico que desarrolla procesos, de parte de la parte administrativa y política. Lograr este balance ha permitido que el programa se desarollar bien.

¿Las limitaciones que enfrenta para que el programa crezca? Las presupuestaria están entre las más grandes. Si bien solo se necesita un espacio físico y la participación de un profesional en psicología entrenado en la metodología, el pago del personal profesional es el principal requerimiento. Cuando no hay apoyo de una institución, los usuarios WEM dan una cuota debajo de las tarifas del mercado para sesiones individuales de terapia psicológica; sin embargo, con esta modalidad se traslada el financiamiento a los hombres que necesitan el servicio.

Por otro lado, Claudia destaca como principal limitación la voluntad política, fácil de solucionar cuando hay respeto entre el criterio técnico y político sobre la importancia de invertir en masculinidades positivas

Si bien el Instituto WEM participó en la redacción del eje 2 del Programa Nacional de Prevención de la Violencia, los líderes del proyecto consideran la construcción de masculinidades positivas carece de presupuesto como política nacional y son las municipalidades las que están dando el ejemplo de inversión social en este sentido.

“Una política a nivel nacional protege al estado entero y a todos sus habitantes sobre este tema”, explica Dennis, “pero es tan global y tan difícil de ejecutar que termina desprotegiendo. Mientras tanto, una política local que si bien es más fácil de ejecutar, como la de la municipalidad, es de alguna forma discriminatoria porque deja por fuera a habitantes de otras municipalidades”.

Según las estadísticas del Observatorio de Violencia, la tasa de femicidios es alta en la periferia del país, y en otros sectores que no necesariamente tienen los recursos. Dejar este tema bajo el control municipal podría exacerbar esta tendencia.

“¿Cuál es mejor? Creo que mejor las municipales, porque por lo menos se ejecutan, algo es algo. En el mundo del deber ser, sería mejor una política nacional,” concluye.

Álvaro detalla que aquellos gobiernos locales que tienen un área social en crecimiento invierten en aspectos más allá de la construcción de infraestructura, que en algunos casos incluye el abordaje de masculinidades positivas. El enfoque moderno de prevención de la violencia es trabajar con los hombres. La agenda mundial viene desde la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y, posteriormente, las Naciones Unidas en 2017 crearon la declaración 3510, a la cual Costa Rica se adscribe.

Esta declaración destaca la necesidad de que los gobiernos inviertan en el trabajo con hombres para la prevención de la violencia y fomenta el trabajo con hombres de todas las edades para desarrollar estrategias en la construcción de masculinidades positivas. En las Conferencias Mundiales de Río de Janeiro, India y Ruanda, hombres de todo el mundo han discutido cómo lograr una masculinidad positiva e igualitaria. Es así como desde el más alto nivel se empieza a crear conciencia, y los gobiernos locales que tienen mayor visión están invirtiendo en este campo.

Álvaro señala que trabajar con los hombres no significa quitar recursos a las mujeres, a los niños, a los adultos mayores o a cualquier otro grupo social.

«La sociedad tiene al menos dos géneros mayoritarios. Hay que trabajar con el género masculino», agrega. «Nosotros creemos en la capacidad de los hombres de cambiar, de mejorar y de ser aliados, junto con las mujeres, en la construcción de una sociedad más igualitaria. Además, los hombres pueden mejorar, ser mejores personas, parejas, padres, amigos y ciudadanos en la medida en que construyamos una masculinidad positiva, y para eso hay que invertir».

Todas estas reflexiones hacen eco en mi mientras la sesión de hoy va terminando en el aula 10 del Centro Cívico. Como ejercicio final, los facilitadores nos han pedido que cada uno de los participantes,en una palabra o frase, intente contestar la pregunta: ¿que me llevo de la sesión?

En esta ocasión me llevo: somos la parte que faltaba. Los hombres somos parte de la solución.


En El Colectivo 506, el medio nacional de periodismo soluciones de Costa Rica, estamos trabajando para crear una edición que estudiará quién está abriendo nuevos espacios para mejorar la salud mental masculina en Costa Rica… ¿por qué?, porque sabemos que partiendo de esas experiencias, podemos generar conversaciones más proactivas sobre las brechas de género, y el daño y violencia que éstas causan. 

¿Quiere ser parte de este esfuerzo para ver cómo cambia el país cuando los hombres hablan y se apoyan entre sí? Envíenos un correo a [email protected] con el asunto “Salud masculina”, y recibirá actualizaciones ocasionales sobre nuestro trabajo en este tema. 

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Esteban Umaña Picado
Esteban Umaña Picado
Profesional en comunicación con amplia experiencia en el diseño de estrategias, campañas y políticas de comunicación para organizaciones; así como en la conceptualización y elaboración de contenidos de medios de comunicación radiales, escritos y digitales. // Esteban is a communications professional with extensive experience in the design of communication strategies, campaigns and policies for organizations, as well as in the conceptualization and elaboration of content for radio, written and digital media.

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