Una tormenta vuelve a dibujar el mapa.
Las cosas que parecen inamovibles—carreteras, casas, puntos de referencia conocidos por todas—son arrancadas de su lugar. Pero las vidas también cambian. El camino más firme, establecido y despejado, puede ser cortado por el barro y el agua, desolado y roto. Un final.
Esta upaleña había ido muy lejos, estudiaba en la ciudad, luego tuvo dos trabajos, pero el huracán Otto la llamó a casa con tanta seguridad y ferocidad como quien desdobla la tierra. Periodista, volvió a casa para cubrir el impacto. Al ver la necesidad en su propia familia, se quedó. Encontró trabajo. Ella ayudó a reconstruir.
Fue a una iglesia dañada por las inundaciones. Allí, ella lo notó. Unos misioneros vinieron de Nebraska, traídos por Otto para ayudar a reconstruir la iglesia; algunos se quedaron con ella, otros se quedaron con él. Ella lo notó de nuevo. Josue.
Amor. Matrimonio. Una bebe. Y esos no fueron los únicos regalos que sacó de la boca de la tormenta: también se encontró sirviendo a una comunidad que amaba. Esto era algo que había soñado con hacer algún día, hasta que una tormenta dijo: «Ahora».
¿Otto hizo esta familia? No le demos tal poder a esa tormenta. Las tormentas solo destruyen. Las tormentas solo cortan. Las tormentas tienen nombres, pero son etiquetas humanas sobre una fuerza inhumana. La humanidad llega más tarde, a la lúgubre luz del amanecer. Solo los humanos pueden lograr algo más fuerte que cualquier huracán, allí en el lodo: ese primer paso más allá de un final. Ese primer paso que crea un nuevo camino, partiendo del lugar arruinado, partiendo del corazón roto.
Texto de Katherine Stanley Obando, inspirado en la historia de amor de Katherine Benavides y Josue Esquivel. Katherine es miembro inaugural de nuestra comunidad nacional de periodismo de soluciones, RED 506, y autora del artículo de esta semana sobre cómo se reconstruyó Upala tras el huracán Otto en 2016. Nuestra columna semanal Media Naranja cuenta breves historias de amor con un toque costarricense. Durante nuestra edición de julio, se enfocarán en el amor de muchos tipos (romance, amistad, vínculos con los vecinos) que se han mostrado o se han visto afectados por emergencias en Costa Rica.