Estamos dispuestos a apostar que pocas personas han visitado Costa Rica y se han ido pensando: «Una de sus principales prioridades debería ser mejorar el dominio del inglés en el país».
Pero nosotras creemos que lo es. ¿Por qué? Porque mejorar el acceso equitativo a una educación de calidad en idiomas extranjeros es, en realidad, una de las herramientas disponibles más poderosas que Costa Rica puede usar en su lucha por reducir sus flagrantes desigualdades socioeconómicas, y así construir una sociedad más inclusiva.
En un país donde el turismo es la industria más importante, y particularmente en áreas rurales donde esa industria es completamente dominante, hablar un idioma extranjero puede cambiar las posibilidades futuras de cualquiera para siempre. En algunos contextos, la fluidez es posiblemente más poderosa, con un mayor impacto en el potencial de ingresos, que un título de educación formal. Y aunque el acceso universal a la enseñanza del inglés fue ordenado en Costa Rica por el presidente José María Figueres en 1990, el verdadero acceso sigue siendo desigual.
Las escuelas unidocentes del país a menudo carecen de instrucción en inglés, lo que coloca a sus estudiantes en desventaja cuando llegan a la escuela secundaria. Y lograr que todos los maestros de inglés alcancen los niveles requeridos de dominio es una lucha constante. Una evaluación de 2015 mostró que, a pesar de años de capacitación por parte del Ministerio de Educación Pública, la terrible suma del 40% de los profesores de inglés demostraron tener el nivel de usuario básico: nivel A1 o A2 del Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas, que es el estándar adoptado en el país.
Pero se ha logrado un progreso extraordinario, en particular por parte de los educadores y los creadores de políticas públicas que están en las trincheras y que han persistido a través de los cambios en los enfoques presidenciales de este problema perenne. La instrucción de inglés en las escuelas primarias ahora supera el 90% en todo el país. El Ministerio de Educación Pública promulgó una reforma curricular de inglés completa, ambiciosa y radical, aprobada en 2016. Y el año pasado, la Universidad de Costa Rica (UCR) realizó su primera evaluación piloto de las habilidades de los estudiantes.
Únase a nosotros este mes mientras aplicamos el periodismo de soluciones a este tema. ¿Qué ha funcionado mejor, de todos estos esfuerzos? ¿Qué están haciendo los maestros en sus aulas que más personas deberían saber? ¿Cómo pueden las comunidades mover la aguja para que sus hijos puedan acceder a los idiomas extranjeros de su elección y a una gran cantidad de nuevas oportunidades de estudio y trabajo?
¿Puede Costa Rica realmente cumplir con la meta de la Alianza por el Bilingüismo lanzada por el entonces presidente Carlos Alvarado en 2018: hacer que todos sus graduados de secundaria sean bilingües en español y en un idioma extranjero de su elección para el año 2040?
Vamos a averiguar.