Sebastián Rodríguez Williams es un campeón del jiu jitsu brasileño de Curridabat. Ha sido campeón panamericano cuatro veces y está en la posición #15 a nivel mundial. Conversó con El Colectivo 506 sobre un reto enfrentado por todos los atletas que hemos entrevistado para nuestra edición de noviembre, “Tenaz”: la necesidad para encontrar el balance entre las demandas del entrenamiento, con el trabajo de emprendedor requerido para encontrar y manejar los patrocinios. Sebastián describe un viaje bastante solitario que él espera podrá mejorar para atletas en el futuro. Este texto está transcrito de nuestra entrevista con Sebastián, y editado para mayor claridad.
Empecé en jiujitsu cuando tenía 17 o 18 años, cuando uno de mis mejores amigos me invitó a una clase. Me gustó y empecé a entrenar unas tres veces por semana. Después de clasificar para un campeonato mundial en Abu Dhabi cuando tenía 20 años, pensé que era muy bueno porque gané todo en Costa Rica—pero al ver el nivel de competencia allá, y perder, me di cuenta que quería entrenar más fuerte.
Me acaban de dar mi cinta negra en marzo, y entreno en Nueva York.
No hay muchos secretos para avanzar en el deporte; no hay una fórmula mágica. Entrenar bastante, dormir bien, comer bien. Educación, muchas horas, y trabajo extra. Tampoco puedo atribuir mis logros a una sola cosa: mi familia, que me apoya tanto, y las demás personas que me apoyan. Es un trabajo en equipo.
Los patrocinadores son una parte esencial de ese equipo, porque sin eso, uno tiene que buscar un trabajo para mantener su vida de atleta. Yo decidí no trabajar en cosas que no fueran el jiu jitsu, para poder enfocarme en el entrenamiento. Pero cuando estaba comenzando a entrenar en NY trabajé desde lavando carros hasta siendo modelo. Cuando voy a Europa para competencias, doy clases privadas, y cuando voy a Costa Rica también doy clases y seminarios. Pero básicamente, la forma en que me gano la vida es hustling. Pellizcando por todo lado. Haciendo un poquito de todo, aquí y allá, pero siempre relacionado con el jiu jitsu.
Para lograr patrocinadores, lo más importante creo es tratar de ganar campeonatos y avanzar en posición. Hay muchos campeonatos que pagan dinero, pero el mejor ingreso para un atleta, que le permita tener un mejor entrenamiento, son los patrocinios. Obviamente, como atleta, uno pasa por ese momento feo que no tiene plata. Pero se trata de tener una buena exposición para conseguir patrocinios.
Todo eso requiere conocimiento para manejarlo. Mi universidad ha sido el jiu jitsu; ser atleta ha sido mi educación. Mi papá me ha ayudado un poco, siempre me da consejos; él es emprendedor, porque tiene un salón. Uno nunca aprende sólo. Mis amigos de la academia siempre me dicen, “Ponga un mensaje por aquí o por allá”. He aprendido con las personas que tengo en mi entorno. Pero igual, cuando uno empieza y tiene los primeros a patrocinios uno hace contratos malos, acepta cualquier cosa. Ahora conforme uno sube el nivel, va aprendiendo. En este momento tengo un patrocinador internacional, Half Sumo, y cuatro patrocinadores nacionales. Si no fuera por ellos sería demasiado difícil. Son Pedisanex, Boutique el Gimnasio, y Killer Buns, un restaurante.
El cuarto patrocinador nacional es el salón de mi papá, The Cool Hair Band en Barrio Otoya, San José. Mi patrocinador #1 siempre ha sido mi familia.
Ellos me han ayudado mucho, pero ha sido difícil. He enviado mensajes a empresas que veo que apoyan a atletas fuera de deportes convencionales, pero a veces uno recibe una respuesta automática. Sería buenísimo que las empresas grandes que den más exposición a nivel nacional le ayudaran a uno. Y sería bueno que la Federación del deporte ayudara, pero es muy difícil que aceptaran a una persona en Costa Rica como atleta de jiu jitsu.
Cuando uno es atleta, uno está 100% enfocado en el esfuerzo. Si uno es un arquitecto no resulta que trabaja en McDonald’s—usted es arquitecto y tiene su negocio de arquitectura. Cuando se espera que los atletas hagan ambas cosas, hasta cierto punto devalúa el trabajo de los que están tratando de hacerse paso en el deporte. Creo que la Federación de Jiu Jitsu en Costa Rica podría hacer un mejor trabajo diferenciando quién es un atleta profesional y quien no.
Es bonito ser orgulloso del país. Ir a Europa a competir y ser campeón europeo, como tico, es bonito. Ser campeón panamericano cuatro veces es bonito. En el jiu jitsu brasileño en Costa Rica, hay muchos atletas, pero ninguno ha ganado ninguna cosa importante como yo. Hay un par de chicos muy buenos que están tratando de entrar en este camino de los campeonatos internacionales.
Para que ellos y otros jóvenes logren salir adelante en el deporte, van a necesitar más apoyo.
Y sí, eso depende de que las personas vean más deportes no convencionales, o no tradicionales en Costa Rica. A mí siempre me gusta ver a todas las atletas que, independiente de cual sea el deporte, son los mejores en lo que hacen.