“La cruel realidad fue que no había libros y no había bibliotecas. Fue un balde de agua fría», cuenta Alda Cañas. “¿Cómo aprende uno a leer si no tiene un libro? Es como aprender a nadar sin río, sin piscina, sin mar”.
Alda es, desde el 2014, una de las socias de GUIARE, un emprendimiento social fundado en el 2009 por Victoria Coronado que se dedica a dar capacitaciones para docentes en el sector público y privado.
En el 2017, después de tres años de preparación y aprobación por parte del Ministerio de Educación Pública (MEP), el equipo de GUIARE inicia una serie de capacitaciones para docentes de preescolar que buscaban apoyarles en la implementación del nuevo programa del MEP del 2014, que entre otras orientaciones sugiere crear espacios de lectura diaria por parte de los adultos para los niños. Los primeros cursos se impartieron en la provincia de Limón, y fue ahí donde les cayó el balde de agua fría.
“Nuestra primera pregunta fue ¿cuántos libros le leen a sus estudiantes?”, recuerda Alda, quien dice que la respuesta generalizada fue: “No, no les leemos. No, no tenemos libros en las aulas. No, no tenemos bibliotecas”.
Alda y Victoria, docentes de formación, con experiencia como docentes y directoras de centros educativos privados en Costa Rica, continuaron impartiendo sus talleres para descubrir que no sólo en Limón se vivía esta realidad. Lo vieron en San Carlos, y y luego en Guanacaste.
“La respuesta siempre era ‘no tenemos libros’”, dice Alda. “Son niños que no tienen libros en la casa. Entonces no tiene acceso a libros del todo”.
Por eso, en el 2019, después de una reacción que ella describe como impulsiva, Alda anunció a la directora de la Escuela Jaime Gutiérrez Braun en Cañas que ella le iba a regalar una biblioteca. Esta se convirtió en la primera Biblioteca Actualiza.
Desde entonces, entre el 2021 y el 2023, y ahora bajo la figura de Asociación Actualiza, una organización sin fines de lucro que canaliza el trabajo de responsabilidad social corporativa de GUIARE, se han inaugurado ocho bibliotecas más, y hay tres más en proceso de consolidación.
Sin recursos, sin libros, no se puede leer
El Estado de la Educación 2021 reportó que, hasta el 2019, sólo el 16% de los centros educativos de primaria del sector público tienen un servicio de biblioteca. De los 593 centros educativos que ese porcentaje representa, la mitad se encuentran en la Gran Área Metropolitana (GAM).
Además, a partir de una consulta realizada, el informe dice que esas bibliotecas existentes son percibidas como regulares, “en relación con los elementos que integran la infraestructura, la accesibilidad y los recursos”, y el 66% cuentan con uno o menos libros por estudiante. Sólo 12, 5%, dice tener más de 10 libros por estudiante, a pesar que el MEP establece que las bibliotecas deben tener un mínimo de seis libros por estudiante de primer ciclo y nueve por estudiante de segundo ciclo.
Para Lisbeth Arce Wrong, Directora de la Dirección Regional de Educación Norte-Norte del MEP, aunque contar con el recursos de las bibliotecas es “una gran necesidad”, la razón para que esto no ocurra es la falta de recursos.
“El MEP tiene un presupuesto bastante limitado. Se debe priorizar, y las bibliotecas escolares no vienen a ser una prioridad cuando hay un problema serio de infraestructura y otras necesidades básicas”.
“Los libros son una inversión alta… Realmente viene a ser elitista porque no todos tienen acceso a tener libros de primera calidad”, dice.
Por eso, las Bibliotecas Actualiza que ahora existen en siete centros educativos de la Dirección Regional de Educación Norte-Norte han marcado una diferencia.
Las Bibliotecas Actualiza
Cada una de las Bibliotecas Actualiza cuenta con al menos 900 libros, en su mayoría donados, los cuales han sido rotulados en cinco categorías que incluyen primer y segundo ciclo. La totalidad de la biblioteca se entrega con una hoja de cálculo con la información categorizada de cada libro. Pero además, se entrega el mobiliario necesario para colocar los libros, con títeres, almohadones, alfombras y una mesa, para que el espacio sea “acogedor e invite a la lectura”, según explica Alda.
Las nueve bibliotecas que están en operación suman un total de 7.892 libros donados y han impactado a más de 800 niños, cantidad que aumenta cada año con el ingreso de nuevos estudiantes de preescolar. Alda y Victoria esperan que la vida útil de estas bibliotecas sea muy larga, permitiendo que el número de estudiantes impactados sólo aumente.
“En la medida en que la directora y los docentes y los niños cuiden los libros, la vida útil debería ser muchos años, hasta que pasen de moda”, dice Victoria.
“Aparte de eso hicimos sets de clase”, explica Victoria. “Les damos seis copias de un mismo libro, dos títulos por grado [de la lista de lecturas recomendadas por el MEP], con la idea que la docente pueda sacar esos seis libros llevarlos al aula y trabajar en diferentes actividades”.
Los sets de clase son un esfuerzo reciente, pero todas las bibliotecas existentes ya cuentan con los libros. Además, la asociación está realizando un taller con los docentes de cada uno de los centros educativos que tienen biblioteca, llamado “La biblioteca un lugar mágico”, para potenciar el uso de los recursos.
La Asociación Actualiza recibe donaciones en diferentes formatos——desde el mobiliario, hasta el tiempo voluntario para poder curar y preparar los libros de cada biblioteca. Y mientras realizan este trabajo, paralelamente buscan las escuelas a las cuales les donarán la biblioteca.
“Todo esto lleva tiempo”, dice Victoria. Sin embargo, tanto para ella como para Alda, esta no es la mayor limitante de su proyecto.
“Lo que necesitamos son libros. Los libros son muy caros”, explica Victoria. Este es un comentario que hemos escuchado en El Colectivo 506 no sólo de parte de otras personas entrevistadas para ¡A Leer!, sino también de padres y educadores en nuestras redes sociales y en nuestra comunidad en WhatsApp Educación 506.
“Necesitamos que todos esos niños que ya han leído esos libros y ya no los van a leer, nos los donen. No daríamos a basto si tuviéramos que comprar los libros de una biblioteca”, dice Victoria.
Donar es tan simple como “llamar a GUIARE para coordinar la entrega”, dice Alda, y lo pueden hacer a los números (+506) 8827-9927 y (+506) 8331-1100.
Sin embargo, también aclaran que las donaciones no pueden ser de cualquier tipo de libros. Deben ser libros infantiles. Por ejemplo, cuentan la experiencia de recibir llamadas de personas que quieren donar bibliotecas que pertenecían a personas adultas, que sólo tienen literatura para personas adultas y no sirven para estas bibliotecas. En otra ocasión, recibieron una donación de libros sobre meriendas saludables, pero tampoco aplica, porque en la zonas rurales los niños reciben la alimentación en la escuela, no llevan merienda de sus casas.
Sin embargo Alda recalca que el secreto de las Bibliotecas Actualiza “no son cajas de libros, sino una biblioteca, incluyendo los estantes, la facilidad”, por eso las donaciones de dinero también son importantes.
“Cuando uno ha ido a las escuelas rurales se da cuenta que no tienen estantes para poner libros. Hay que empezar por darles el ambiente, y la facilidad de implementarla y utilizarla, es una biblioteca, no son sólo libros”.
Es por eso que cuando seleccionan las escuelas que van a recibir la biblioteca establecen requisitos.
“Buscamos una directora comprometida que le vea la importancia, que se involucre y que cuide [los libros]”, dice Alda. Además, el centro educativo debe tener entre 80 y 100 estudiantes, para lograr la densidad de libros recomendada por el MEP; debe contar con un aula disponible para instalar la biblioteca que tenga las condiciones mínimas necesarias, como por ejemplo que tenga cielorraso, ventanas y esté pintada.
Para Lisbeth estos requisitos son una limitante, ya que en la región que ella dirige hay muchos centros educativos que sobrepasan los 125 estudiantes. Además, la infraestructura en los centros educativos muchas veces es insuficiente o está en malas condiciones, lo que ha implicado que cada comunidad debe organizarse e invertir en su escuela para preparar el aula donde se instalará la biblioteca.
“Yo quisiera que en todas las instituciones de la región pudiéramos contar con estos recursos, pero sabemos lo valiosos que son, lo onerosos que son”, dice Lisbeth. “Cada biblioteca está valorada en más de ₡10,000.000,00”.
¿Cómo se viven las Bibliotecas Actualiza en las escuelas rurales?
Darling López González es la directora de la Escuela Jesús de Popoyoapa, una institución con 151 estudiantes matriculados en el 2023. Para atender a estos estudiantes, la escuela tiene una docente de preescolar, tres docentes de primer y segundo ciclo, y un docente de inglés, informática, religión y educación especial. Popoyoapa es una comunidad de Upala dedicada a la agricultura y ganadería, y en ella, la única institución pública que existe es la escuela.
En noviembre del 2021 la escuela inauguró su Biblioteca Actualiza.
“Realmente [la biblioteca] fue de mucha bendición porque en la mayoría de las instituciones públicas tenemos muchos problemas con la comprensión lectora. Se debe a no leer”, dice Darling.“Aunque no es en su totalidad, ya hay niños que han adquirido el hábito de la lectura. Conforme ha pasado el tiempo se ha ido creando un poco más de hábito por la lectura”.
Por ejemplo, durante la semana posterior al Día Internacional del Libro, la escuela aprovechó la biblioteca para realizar un plan de lectura donde cada docente preparó actividades especiales de lectura con cada uno de sus grupos.
“Las compañeras son muy comprometidas. Les pedí que me hicieran un plan de lectura, y todas ellas esta semana han estado con un proyecto de lectura”, dice Darling.
Sin embargo, ella explica que el mayor provecho de la biblioteca se logró en el 2022, con el nombramiento por recargo de una docente de preescolar para administrar la biblioteca. Esta funcionaria facilitaba el trabajo de las docentes en la biblioteca, quienes, según Darling, casi no hacen uso del recurso cuando no hay una persona a cargo, porque el control en el uso de los libros y mantener la biblioteca en orden representa un recargo sobre las responsabilidades de las docentes. Y según Darling, están “sobrecargados con un sinfín de cosas” fuera de las labores del aula, como comités y otros programas.
En el 2023, no fue hasta finales de abril que la institución logró nuevamente el nombramiento de otra persona en este puesto.
Para Darling, el impacto en la comunidad todavía está en proceso.
“Ha sido muy difícil darle el valor a la biblioteca. Ha sido un proceso lento con los niños”, dice Darling sobre el préstamo de los libros para llevar a la casa, “porque no hay esa cultura en los hogares de cuidar y devolver los libros. Hemos perdido algunos libros”.
Sin embargo, la directora dice que el valor de la biblioteca para la institución les ha llevado a lograr más donaciones de libros, y de 789 libros que recibieron en el 2021, ya han aumentado a 964.
Elizabeth Rojas es la directora de la escuela La Cabanga en Guatuso, Alajuela, institución que recibió una Biblioteca Actualiza en mayo del 2022 con 914 libros. Para Elizabeth, la donación de la biblioteca es como un reconocimiento al trabajo que realizó la comunidad, población estudiantil y docente en el 2021 para embellecer la institución y llenarla de actividades lúdicas de aprendizaje.
Hoy en día la institución cuenta con 64 estudiantes, y nueve personas que trabajan en la institución que incluye cuatro docentes para preescolar, primer y segundo ciclo. Al igual que Popoyoapa, la comunidad de Cabalga es una comunidad rural dedicada a la agricultura y la ganadería de leche, pero también es el hogar de muchas personas que trabajan en instituciones públicas en Guatuso.
Elizabeth, además de ser la directora, es la docente de cuarto grado, y dice que en su experiencia la biblioteca ha sido de mucho valor. Primero porque le permite a los docentes acceder a un recurso permanente alrededor del cual pueden planear, pero también al que pueden recurrir cuando no pueden cumplir con el planeamiento establecido porque, por ejemplo, no hay internet en la escuela ese día.
Sin embargo, al igual que Darling, Elizabeth considera que podrían sacarle más provecho al recurso si tuvieran una bibliotecaria, ya que las docentes deben usar tiempo de lección para acomodar los libros después de usarlos con los estudiantes, o cuando algún estudiante solicita el préstamo de libros.
A pesar del recargo de funciones, Elizabeth y las otras docentes no dejan de usar el recurso porque para los estudiantes de Cabanga la biblioteca se ha convertido en un pequeño oasis de confort y oportunidades, al punto de preferir ir a la biblioteca sobre jugar durante el recreo.
“El espacio tiene mucho que ver: el hecho de que haya AC, una alfombra grandotota para sentarse, mobiliario adecuado. El hecho de que el aula esté pintada con un color fresco. Eso ayuda un montón. Ya estando ahí [los estudiantes] ven libros y dicen ‘mirá este no lo hemos visto, vamos a leerlo’”, fomentando así el hábito de la lectura, dice la directora.
Es por eso también que Elizabeth y las otras docentes han decidido aprovechar el espacio para implementar los 20 minutos de lectura diaria que recomienda el Plan Nacional de Fomento de la Lectura y los programas de estudio de I y II ciclo del MEP.
“Yo pienso que sí [ha ayudado la biblioteca a fomentar la lectura]. Con mi experiencia, que los llevo todos los días, para ellos es provechoso y para nosotros es una herramienta muy útil”.
“[Las Bibliotecas Actualiza] han impactado positivamente a la comunidad estudiantil de esos centros educativos”, dice Lisbeth desde su posición de directora para la región Norte-Norte y asegura que en las visitas que realizan los asesores específicos de la Dirección Regional a las instituciones “con el fin de acompañarlos en el proceso educativo y determinar los avances en los procesos de lecto-escritura y en estas instituciones [con Bibliotecas Actualiza] se tienen mayores niveles de logro”.
“Los mismos docentes han manifestado que para ellos ha sido muy motivador tener esos recursos que permitan poder estimular a los estudiantes y a los padres de familia hacia la lectura”, dice Lisbeth.
“Es un proceso que trasciende el proceso de aprendizaje en el aula”, dice Lisbeth, “porque los chicos tienen la posibilidad de llevarse los libros para sus casas. Se fomenta la lectura a nivel familiar, y en una zona como la nuestra, con familias de escasos recursos, es la única oportunidad que se tienen de contar con este tipo de materiales”.