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Cuando terremoto y tormenta se juntan: las alertas de Sarapiquí

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Alfonso Gatgens preparó este reportaje sobre la respuesta a emergencias en Sarapiquí, sin saber que la mayor emergencia en más de una década estaba por suceder en las comunidades de la región. Hoy, compartimos su análisis de los esfuerzos para generar un sistema de alerta temprana en Sarapiquí; mañana, una mirada a lo sucedido a finales de julio, que puso a prueba el sistema.

Cuando los dos grandes afluentes de la cuenca del Río Sarapiquí, el Río Chirripó Norte (más conocido como Río Sucio) y el Río Puerto Viejo, llenan con sus aguas el Sarapiquí aumentando su caudal, provocan las inundaciones o “llenas” que afectan a comunidades río abajo, cercanas algunas a la frontera con el hermano país de Nicaragua.

Las inundaciones están latentes en el cantón de Sarapiquí en temporada de lluvias, sobre todo en los meses de diciembre y enero, algunas veces a mediados de año entre los meses de junio o julio.

Cristian Cordero quien es miembro de la benemérita Cruz Roja y conforma la Comisión Municipal de Emergencias en el cantón, comentó a El Colectivo 506 en junio, que todos los años se presentan las llenas en mayor o menor grado, siendo las inundaciones de 1970 y la del 2005, las que se tiene registro de ser las más devastadoras.

Inundaciones en Puerto Viejo de Sarapiquí en el año 1970. Tomada del Facebook de Sarapiqui Informa

“Un ejemplo de lo grande que fue ésta última inundación en el 2005, fue que las aguas del río Sarapiquí llegaron hasta la plaza de futbol en Puerto Viejo”, recuerda Cordero. “El agua tapó a la mitad el edificio del Banco Nacional, dejando inservible el cajero automático, además de poblaciones anegadas, calles y carreteras cerradas, familias enteras se quedaron solo con lo que llevaban puesto, lo habían perdido todo”.

Otro evento importante para el cantón fue el ocurrido después del terremoto de Cinchona en el 2009: la avalancha que bajó por el Río Sarapiquí, dejó pérdidas millonarias ambientales, en el agro y turismo.

Lo ocurrido durante el evento en Cinchona fue preocupante no solo por la tragedia sin precedentes, sino por ser un evento que podría repetirse en la zona, según Douglas Salgado, de la unidad de investigación del riesgo de la Comisión Nacional de Emergencias.

“El cantón de Sarapiquí es altamente sensible no solo a las inundaciones, sino también al tema de terremotos y amenaza natural por eventos volcánicos”, indicó en una conversación con El Colectivo 506 via Zoom. “Lo que se viene ahora con Sarapiquí si no revertimos el cambio climático—que ya está—es que esto nos va a aumentar las sequías y posiblemente los frentes fríos”.

Doña Estanislada tuvo que quedarse con sus niños en la casa para que no les robaran. Inundación en la comunidad de Los Lírios de Puerto Viejo de Sarapiquí en el año 2015. Cortesía Alfie Gatgens/El Colectivo 506

Se implementa la alerta temprana

La avalancha traída por el terremoto de Cinchona trajo algo más con ella: una nueva posibilidad para un cantón donde los residentes se habían acostumbrado a inundaciones regulares.

Jackeline Araya, quien ha participado del Comité Municipal de Emergencia de Sarapiquí desde su creación, explicó que cuando ocurrió el terremoto, se estaba trabajando a nivel regional para coordinar un pilotaje de sistemas de alerta temprano (SAT) para toda Centroamérica. Después del terremoto, se aplicó en el cantón de Sarapiquí, con participación del CNE, la municipalidad de Sarapiquí, instituciones públicas, empresas privadas y la población organizada.

Igual que en el proyecto SAT Upala, el proyecto requiere equipo pero aún más importante, una infraestructura humana para poder llevarse a cabo. Por ende, el proyecto se inició con la conformación de 20 comités en diferentes zonas de los 5 distritos, indica Jackeline.

Desde el año 2010 al 2012, se capacitaron a 200 personas representantes de los comités.
Paralelo a ese proceso se logró el equipamiento. La alerta temprana consiste en la colocación de radios de comunicación en lugares estratégicos de la cuenca del Sarapiquí, con comunicación directa con la CNE. Estos radios están en casas de habitación de miembros de las Comisiones Comunales de Emergencias y en instituciones públicas. Desde estos radios, los miembros de los comités dan reportes del estado del tiempo, dos veces al día al CNE, con reportes adicionales durante casos extremos, como cuando “cabezas de agua bajan y pudieran afectar poblaciones río abajo”, cuenta Vanessa Rodríguez, vice alcaldesa de Sarapiquí y coordinadora de la Comisión Municipal de Emergencia.

Además de los radios, tres sirenas están colocadas en La Virgen, Chilamate y Puerto Viejo, cerca del río Sarapiquí, para alertar a los pobladores de posibles inundaciones y que estos se organicen por medio de las Comisiones Comunales de Emergencias, para que salgan de sus casas y llevarlos a albergues en escuelas o salones comunales, mientras bajan las aguas y pueden volver a sus viviendas, acota Rodríguez.

El sistema se ha puesto a prueba varias veces gracias a simulacros realizados en el marco del proyecto SAT Sarapiquí. Con el Geólogo de la Universidad Nacional, Máster Rafael Oreamuno, se realizaron simulaciones de una posible inundación por las crecidas simultáneamente de los Ríos Sucio, Puerto Viejo, Sarapiquí, y Volcán, y la influencia del Río San Juan.

Se realizaron 2 simulacros simultáneamente en las comunidades de Naranjales y Caño San José para valorar la capacidad técnica y práctica del SAT, el cual contó con la participación de espectadores internacionales, agrega Jackeline Araya.

Los daños causados por el terremoto de Cinchona del 2009 afectaron la zona montañosa y baja de la provincia de Heredia. Un año después aún se realizaban trabajos de reconstrucción. Mónica Quesada Cordero / El Colectivo 506

El Sistema de Alerta Temprana de Sarapiquí fue llevado ante entes internacionales, para ser replicado, no sólo en otros cantones de Costa Rica, sino también en países que quisieran tomar el ejemplo sarapiqueño y adaptarlo a sus realidades.

En mayo del año 2013 se presentó el proyecto por parte de las comunidades de Sarapiquí en el panel principal de la Plataforma Global del Mundo de Desastres en Geneva, Suiza, el proyecto del Sistema de Alerta Temprana, con una delegación de la CNE, IMN, y otros actores.El objetivo fue demostrar que es factible aplicarlo en diferentes comunidades, ajustado a la realidad de cada país; pero además, se quería conseguir fondos para replicar el proyecto SAT Sarapiquí, en la zona del pacífico, en comunidades como Parrita; y conseguir un satélite para observación de clima en la Cuenca del Río Sarapiquí.

Luego de la presentación, los países participantes aprobaron los fondos para realizar la implementación del sistema SAT en la comunidad de Parrita y el satélite que se solicitó para la Cuenca del Sarapiquí, acotó Araya.

Para Douglas Salgado de la Comisión Nacional, una de las muestras del impacto del proyecto ocurrió durante el Huracán Otto en el 2016.

Recuerda que durante el paso de ese huracán, Sarapiquí fue uno de los cantones que mejor reaccionó ante las alertas amarilla y roja que se tenía para el cantón.

“La respuesta fue muy buena”, recuerda Douglas. “Las instituciones pudieron realizar y cumplir los cometidos de atención durante el Huracán Otto, y luego volvimos a tener la experiencia en la tormenta tropical Nate en el 2017. Sarapiquí se comportó a la altura, La respuesta de las instituciones fue muy buena, debido a la experiencia que ya se había instalado en el 2011 y el 2012.”

Escenas de la inundación del 2015 en Sarapiquí. Cortesía Randall Arias / El Colectivo 506

Un reto común: el mantenimiento y la protección

A pesar de estos logros, los encargados del sistema en Sarapiquí siguen enfrentando retos para asegurar su funcionamiento y eficacia. Una de las amenazas es el mantenimiento de los equipos. Para Cristian Montero las debilidades actuales son subsanables al corto plazo: una es que dos de las sirenas colocadas cerca del río no están funcionando, por falta de baterías. La otra es que algunos de los radios están funcionando pero están apagados ó no los contestan.

Según la Vice Alcaldesa Vanessa Rodriguez, estos problemas están siendo atendidos: en cuanto a las sirenas, el pasado mes de mayo se remitió un nuevo diagnóstico del estado de las sirenas a la Comisión Nacional de Emergencias, el Comité Municipal de Emergencias ya identificó los radios que no están siendo respondidos y se encuentra en trámite su nueva designación—es decir, los van a reubicar en lugares donde hay personas comprometidas con mantenerlos encendidos y contestarlos.

Douglas Salgado, de la Comisión Nacional, indica que es muy común que hay retos de coordinación a nivel municipal en Costa Rica cuando se trata de la designación y ejecución de recursos para la atención a emergencias. Explica Douglas que la Ley 848 obliga a las municipalidades dedicar parte de su presupuesto a la gestión de riesgo, pero que es común que municipalidades no cumplen con ese requisito.

“Con respecto a la gestión del riesgo, no lo programan, no lo presupuestan”, dice. “La ley faculta a la municipalidad para que presupuestar anualmente recurso presupuestario para hacer gestión del riesgo y gestión del riesgo es una sombrilla muy amplia. Va desde equipamiento, hasta la capacitación comunitaria”.

Es esa ley, la que responsabiliza a la municipalidad a tener activas y funcionando tanto las sirenas como los radios de comunicación, dice Douglas.

“La Contraloría General de la República le hizo un llamado de atención a la municipalidad de Sarapiquí en el año 2017; le envió un documento a la municipalidad donde le dice que tiene que invertir en gestión del riesgo”, señala Douglas.

Escenas de la inundación del 2015 en Sarapiquí. Cortesía Randall Arias / El Colectivo 506

Salgado manifiesta que durante el año 2019, cuando le tocó dirigir los talleres de planificación participativa donde llevan a las comunidades y las instituciones para trazar el norte de trabajo con respecto a lo que hay que mejorar en Sarapiquí, él señaló la importancia de que si vamos a invertir, saber hacerlo.

“Encontramos que una de las debilidades es el gobierno local de Sarapiquí en acompañamiento con las comunidades, sobre todo a los comités comunitarios”, dice Douglas. “Básicamente dependen de la CNE. En todo el tema de formación y capacitación lo que nos ha generado una codependencia muy fuerte, cuando debe ser la municipalidad [la responsable de] acompañar a las comunidades en estos temas”.

Vanessa Rodríguez explica que la municipalidad sí presupuestó recursos para capacitaciones en estos temas para 2020-2021, pero hubo que redestinar esos fondos por las condiciones de la pandemia. Se contemplan nuevamente recursos para capacitaciones para el periodo 2022, dirigidas a los Comités Comunales de Emergencia, miembros del Comité Municipal de Emergencias, y voluntarios del Comité Municipal de Emergencias.
Otro reto tiene que ver con el mantenimiento de esa infraestructura humana. Jackeline Araya expresa su preocupación por el concepto de formación comunal, indicando se ve cada vez más amenazado por la falta de participación de las nuevas generaciones, porque para ellos debe haber retribución económica, por la labor permanente en el quehacer comunal.

“Esto para mi amenaza un proyecto como este, para que sea sostenible con el tiempo”, sostuvo Jackeline.

Sin embargo, Jackeline resaltó que actualmente las comunidades tienen claro que el objetivo principal es salvaguardar la vida humana, siendo más resilientes ante la emergencia.

En este mismo sentido Cristian Cordero, señaló que hay actualmente ocho comunidades del cantón que están solicitando la conformación de Comisiones Comunales de Emergencias.
Yelena Mata Brenes, de la comunidad de El Roble de La Virgen, dice que le gusta la articulación que se ha dado con los años entre instituciones y las comunidades por el bien del cantón. Su comunidad se involucró en el tema en el 2015, empezando con la organización de un comité comunal de emergencias después de que una “llena” en el Río Sarapiquí falseó el puente que da acceso a la comunidad de El Roble de La Virgen. “Desde entonces estamos luchando por recursos para ese puente que el CNE nos va a financiar”, dijo Mata

“Siento que es un trabajo articulado, participativo, donde el resultado es que las comunidades estén más organizadas, estén más informadas con respecto a la alerta temprana”, dice esta líder comunal.

En el año 2019 se realizó la última capacitación hasta la fecha; debido a la pandemia, las comunidades no han podido recibir más capacitaciones.

“En esta última capacitación los que integramos el comité de emergencia de la comunidad no pudimos ir, pero con alianzas que hemos hecho con otras comunidades, logramos que un compañero de otra comunidad viniera a darnos la capacitación”, recuerda Yarela. “Acá en mi casa hicimos un taller y vea que ahí él transmitió conocimientos. Como proyecto realizamos un pluviómetro con una botella de agua. Con esto sabemos la cantidad de agua que ha llovido”.

“Nuestra comunidad se involucró en la organización de una Comisión Comunal de Emergencia en el año 2015”, cuenta Yarela. “Siento que la alerta temprana ha ayudado a las comunidades, porque en el cantón se da una respuesta más rápida, por la comunicación que se mantiene entre las diferentes instituciones involucradas, esto ha ayudado a salvar vidas”.

La sociedad civil de la zona también se ha involucrado en la preparación para disminuir el riesgo por eventos naturales. Un ejemplo es la Asociación para la Protección de la Cuenca del Río Sarapiquí.

Escenas de la inundación del 2021 en Sarapiquí. Cortesía Alfonso Gatgens / El Colectivo 506

Según un vocero del grupo, Juan Amiguetti, la comunidad de Sarapiquí está hoy día más vulnerable a un desastre debido a la extracción de materiales como arena y piedra bola, en las partes altas del río. Esta extracción ocurre en comunidades como Chilamate, La Virgen y San Miguel.

El impacto en la población de la extracción de materiales del río en las partes altas, no solo desde la perspectiva ambiental y turística, sino también a nivel de la vulnerabilidad ante eventos naturales, está haciendo que el Sarapiquí se desborde donde antes no lo hacía, asegura Amiguetti.

Recuerda Amiguetti que durante el año 2001 se realizó en el cantón un plebiscito y se votó a favor declarar la cuenca del Río Sarapiquí un Monumento Histórico Natural. Esto obligó a los representantes de la municipalidad a presentar un proyecto de ley ante la Asamblea Legislativa para que se hiciera la declaratoria. Sin embargo, el proyecto presentado no prosperó.

“Desde la conformación de Aprocsara en el año 2017, se viene trabajando en un proyecto de ley para la conservación del río y el impacto de la extracción de materiales, es por esto que estamos presentando un proyecto de Ley #22524. Para el desarrollo sostenible de la cuenca del río Sarapiquí y la protección de su cauce principal”, indicó Juan.
Lo que pretende el proyecto de ley #22524 es que durante un lapso de 25 años no se pueda extraer materiales.

“Ya contamos con la firma y el compromiso de 21 diputados. Importante es que ya entró a la Asamblea Legislativa, por iniciativa ciudadana y estamos trabajando para conseguir más apoyos y por supuesto su pronta aprobación,” indica Amiguetti.

El futuro del SAT Sarapiquí

Cristian Cordero asevera que el SAT Sarapiquí no ha dejado de laborar a pesar de la pandemia. Sus encargados, tanto en la Comisión Municipal de Emergencias como a nivel de las comunidades, han tenido que adaptarse a la tecnología para estar en contacto y realizar talleres y actualizaciones virtuales con respecto al tema.

“Mientras esta pandemia pasa, estamos haciendo conciencia en las comunidades para que se acerquen, se integren, haciéndoles entender que en caso de un desastre natural no debemos esperar a que caiga del cielo las cosas, más bien empezar a trabajar”, indica Cristian. “Como ciudadano puedo trabajar junto con mi comunidad en las primeras 34 a 36 horas mientras viene la ayuda auxiliar, ya sea una ayuda de una institución como el CNE o ayudas del extranjero”.

“De un problema en este caso las ‘llenas’, se observó con el tiempo la adaptabilidad, hubo una sinergia entre la Comisión Nacional de Emergencias, la Comisión Municipal y los Comités en las comunidades, además de los insumos con los que se cuenta, lograron hacer que este este sistema funcionara a largo plazo”, señala Jackeline.

“El SAT Sarapiquí puede y debe replicarse en otras partes del país, y en otros orbes”, dice la miembro más antigua de CME de Sarapiquí, “siempre entendiendo las diferentes problemáticas, según sea la amenaza y sus realidades”.

Vestido de azul y amarillo, Alfonso Gatgens se adelanta a un grupo de personas que venían de ser rescatas durante las inundaciones en Sarapiquí del 2015. Cortesía Randall Arias / El Colectivo 506

Mañana: las inundaciones de julio del 2021.

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Alfonso Gatgens
Alfonso Gatgens
Alfonso (“Alfie”) Gatgens Fernández ha laborado en medios desde los 19 años, y ha colaborado con emisoras de radio incluyendo la Radio Nacional de Costa Rica, SINART, Radio KW, Faro del Caribe, y Radio ECO. Es empresario (Servicios Fotografico y Televisión brinda servicios de noticias y comunicaciones) y fundador de Noticias Sarapiquí. // Alfonso (“Alfie”) Gatgens Fernández has worked in media since the age of 19, and has collaborated with radio stations such as Radio Nacional de Costa Rica, SINART, Radio KW, Faro del Caribe, and Radio ECO. He is a small business owner (Servicios Fotografico y Televisión, which provides news and communications services) and founder of Noticias Sarapiquí.

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