La acción de “liberar un libro” es muy poderosa, permite compartir con otros lectores el placer de leer. ¿Qué es exactamente? Es dejar libros en diferentes lugares para que quien pase y los vea se los pueda llevar para sus hogares sin pagar un cinco por ellos.
Además de que está estrechamente relacionado con el gesto de las personas de donar libros viejos en buen estado o nuevos, el resultado final más importante es que la obra literaria que se comparte de mano en mano, permite que otros puedan gozar del beneficio de leer.
Durante mi años de trabajo en Grupo Nación pude participar de muchas “liberaciones de libros”, pero el mayor impacto de estas experiencias ocurrió al jubilarme y mudarme a Tilarán. En el 2019 empecé a investigar si en el cantón habían realizado alguna vez liberación de libros y si contaban con espacios abiertos para colocar un par de mini bibliotecas. En Tilarán existe una biblioteca pública pero pocas personas asisten a ellas. Entonces pensé que quizás si colocaba unas mini bibliotecas en el parque ofrecería una buena alternativa que motivara a las personas a que leyeran en las bancas.
A través de las mini bibliotecas, niños, jóvenes, adultos y adultos mayores pueden acceder los libros que allí se colocan, leer un rato cómodamente en las bancas ubicadas alrededor del parque, pueden llevarlo a sus casas con el compromiso de devolverlos o traer otro libro de sus hogares a cambio.
Mi investigación mostró que nadie había hecho liberación de libros en Tilarán y menos que algún sector del cantón contara con mini bibliotecas.
Entonces, en mayo del 2019 me acerqué al alcalde, el Sr. Juan Pablo Barquero, con el proyecto. Le expliqué los beneficios de los eventos de liberación de libros y crear mini bibliotecas públicas: mejor comprensión de lectura, distraerse sanamente leyendo un libro o llevándolo a su casa por un corto tiempo y luego devolverlo y otros pormenores. El proyecto fue muy bien recibido.
La liberación de libros se realizó el 30 de octubre a las 3 pm. El señor Alcalde donó dos mini bibliotecas de metal que fueron colocadas en el parque, una frente al CINDEA, una institución educativa, pensada para el uso de los niños; y la otra a un costado del Banco Nacional, para el uso de personas jóvenes y personas de más edad.
Los libros de las bibliotecas fueron donados por el Grupo Nación y el Proyecto Ángeles, (conformado por ex-compañeras periodistas de la Universidad que recolectan libros nuevos y viejos en buen estado para donarlos), UNED sede Tilarán y Escuela Líder El Carmen. También algunos vecinos de Tilarán hicieron su aporte.
Ya el proyecto va para 4 años y ha tenido mucha aceptación por parte de la comunidad. Muchos creyeron que iba a ser un fracaso y me decían que en poco tiempo no habrían libros e iban a despedazar las dos casitas, eso no ha ocurrido. Recientemente hasta se formó un pequeño grupo para pintar las casitas en tonos más alegres y vivos.
Las personas de la comunidad ya saben cómo utilizar las minibibliotecas. Muchos otros saben dónde contactarme para donar libros que vamos colocando en el parque, por lo que siempre hay material disponible. Puedo señalarles el caso del periodista José David Guevara, y su proyecto “Don Librote”, quien se enteró del proyecto y en el 2021 hizo una donación de unos 400 libros, algunos se liberaron para el Bicentenario de la Independencia, otros se regalaron a los presentes y otros fueron colocados en las mini bibliotecas. Inclusive, como Tilarán es zona de paso para los turistas extranjeros que van hacia Monteverde, algunos visitantes han dejado libros en inglés y alemán que les han servido a los estudiantes.
Pronto vamos a colocar la tercera miniblioteca a la entrada del CINDEA, está será pensada para los adultos mayores. A través de las redes sociales estamos constantemente compartiendo notas de que las mini bibliotecas están ahí para el disfrute de niños y grandes y se insiste en el buen hábito de la lectura para todo tipo de público.
La mayor dificultad que ha enfrentado el proyecto ha sido el robo de libros valiosos como una colección completa ilustrada de 12 tomos. La primera vez que la robaron se pudo localizar a la persona que se los llevó todos, ¡hasta pagó un taxi para transportarlos!. Una vecina avisó del hurto de inmediato. Se pudo contactar a la persona y en horas de la noche fue de nuevo a colocar toda la colección, pero 3 días después, volvieron a desaparecer sin que hasta la fecha se tenga noticia. Nos hemos dado cuenta que otros vienen de paso, se llevan los libros y los venden en otros cantones.
Estos hurtos son hechos lamentables ya que el daño se lo hacen a quienes gustan de la lectura. Ahora el parque cuenta con cámaras de seguridad, quizás en adelante les sea más complicado a los amigos de lo “ajeno” continuar con esas prácticas.
A pesar de todo, ha sido claro el interés que hay en la comunidad para que el proyecto sea un éxito. Lo mejor de este proyecto es que los libros que se colocan son gratuitos y están al alcance de todos, siempre y cuando los cuiden y se acostumbren a devolverlos.
Estos espacios, son relativamente económicos de colocar, solo se necesita el apoyo de las alcaldías e involucrar a las personas y empresas particulares a que colaboren donando libros o construyendo las mini bibliotecas. Actualmente hay diseños preciosos que se pueden hacer hasta con materiales reciclados. Como fundadora de este proyecto en Tilarán, les invito a unirse a esta bonita iniciativa y si necesitan alguna orientación, me pueden contactar a mi correo electrónico [email protected]
Las bibliotecas al aire libre deben existir para que cualquier persona tenga acceso a la lectura sin importar si es niño, joven, adulto o adulto mayor. Estos espacios son lugares de recreación y sirven para que la población se interese más por el hábito de la lectura que tanto se ha perdido.