El Liceo Rural Namaldí—ubicado en el Territorio Indígena Bajo Chirripó, en Matina, Limón—es parte de una comunidad muy interesante porque cuenta con una población estudiantil mixta. El idioma materno de la mayoría de estudiantes es el español, pero la población indigena habla el idioma cabécar.
He sido docente de inglés desde el año 2011. Durante estos años se han graduado un aproximado de 108 estudiantes de educación media en nuestro liceo. Se ha apoyado mucho por parte del colegio y las universidades públicas, especialmente para que los jóvenes continúen sus estudios universitarios.
A pesar de eso, nuestros estudiantes suelen ser personas con pocas aspiraciones personales debido al entorno que los rodea de pocas oportunidades laborales. Sin embargo, siempre hay algunos estudiantes que tratan de surgir ante la adversidad.
Es por eso que una de las situaciones más difíciles de trabajar en este contexto es lograr que los estudiantes vean la importancia del estudio. Los contextos familiares, debido a que la mayor parte de las familias no cuentan con un nivel académico, no permiten tener una visión más clara la importancia del estudio y por supuesto menos la importancia del inglés.
Uno de los problemas familiares más graves es el hecho de que muchos jóvenes ven el asistir al centro educativo como un pasatiempo, más no como un centro de aprendizaje. Esto hace que en ocasiones su labor se vea frustrada debido a la nula necesidad de aprendizaje por parte de los estudiantes y el poco interés de su padre, madre o encargado.
Otro desafío es lograr que la asignatura de inglés no se estudie bajo los parámetros de una asignatura regular sino más bien como un idioma universal.
Sin embargo, como para algunos estudiantes aprender inglés es aprender una tercera lengua, el aprendizaje de la pronunciación del inglés se vuelve más fácil y por ende la parte del habla.
Como docente he aprendido que fomentar la participación de los estudiantes de manera directa en el proceso de enseñanza-aprendizaje—es decir, lograr que las actividades estén centradas en los estudiantes y el contexto— es la clave del éxito.
Al trabajar en un territorio indigena, busco espacios conocidos por los estudiantes para que ellos aprendan vocabulario desde su contexto y de ahí se vuelva el aprendizaje de manera adquisitiva personal.
Por ejemplo, en séptimo normalmente utilizo unidades traducidas en cabécar para la mejor comprensión del idioma inglés, tomando en cuenta que las escuelas de donde provienen los estudiantes no se imparte inglés. Asimismo, trato de que los estudiantes de primer ingreso tengan vocabulario en el idioma inglés con su referente cabécar para que les sea más fácil de entender el significado en contexto a su idioma materno. Además, siempre iniciamos conversaciones en cabécar para que los estudiantes indígenas tengan un preámbulo de lo que se trata una conversación básica en el idioma inglés a partir del idioma materno.
Es increíble la ayuda que brinda a los estudiantes poder trabajar en un segundo o tercer idioma y tener bases de su idioma autóctono.
Durante nuestro festival de inglés este año, los estudiantes tuvieron que realizar sus presentaciones sin ayuda por parte del docente, para evidenciar su interés y aprendizaje de la lengua de una manera autodidacta.
Tal es el caso del estudiante Allison de undécimo nivel que realizó un presentación basada en costumbres de los indígenas cabécar y comparó la importancia de las culturas tomando como referencia parte de la cultura estadounidense. Enfocó la relevancia de la dieta alimenticia teniendo en consideración los productos que se consumen en cada cultura. Además, habló de pasatiempos comunes entre ambas culturas relacionando la trascendencia de las dificultades que existen en pueblos rurales en comparación con los urbanos.
Fue emocionante para mí ver los comentarios positivos y asertivos del juez invitado al evidenciar que definitivamente cuando alguien se propone algún objetivo en su vida, se logra sin importar las barreras que se le presenten.