Rocío Mora sabe nadar. Practica el deporte desde que tiene memoria, comenzó a competir cuando tenía seis años, y dejó de hacerlo a sus 18. Pero para practicar aguas abiertas, Rocío ha tenido que aprender muchas otras cosas, porque este deporte requiere de más que saber nadar.
Hace unos 10 años, Rocío—una arquitecta de 48 años, esposa y madre de una hija de 19 años y un hijo de 18 años—retomó la natación como terapia por una lesión en su espalda que casi la deja sin caminar. Pero esta vez decidió intentar la natación en aguas abiertas.
Entrenó por placer y participó en las primeras ediciones de las aguas abiertas de Punta Leona.
“Me considero una deportista aficionada. Nado porque me gusta”, dice Rocío. “Es mi rato de yo con yo. Es lo que es mío, lo que hago por mí, y siempre he sido de retarme a mí misma en todo: en la vida, en el deporte, en mi profesión”.
Y así ha escrito su historia en este deporte. Hoy ella es una ultramaratonista de aguas abiertas. Es decir, ha participado de competencias de aguas abiertas con distancias mayores a 15Km.
En los últimos cinco años Rocío ha nadado en cada oleaje de las playas de Costa Rica que se lo permita. Ha cruzado el Golfo Dulce muchas veces, ¡incluido dos veces seguidas! Un recorrido de 28 Km que le tomó siete horas 32 minutos. Y conoce el Lago del Arenal como el brazo que le da la brazada para avanzar.
“No le tengo miedo, ¡cero!”, dice Rocío que responde cuando le preguntan cómo lo hace. “Yo nado en cualquier lugar, en cualquier profundidad, de noche, de día, lloviendo. Me fascina la libertad, y el contacto con el agua, y el nivel de conciencia que tomás durante tantas horas en el agua. Yo lo comparo con los estados de meditación, voy concentrada en lo mío, lo voy disfrutando, sé que estoy preparada para eso”.
Rocío realmente no tiene miedo. En estos 10 años ha competido en Swim around Key West en Florida (21 km), El Cruce de Cancún hasta Isla Mujeres (10 km), la competencia Swim Around Charleston de Carolina del Sur (21 km), la competencia de cuatro días S.C.A.R. de Arizona (66.9 km), la competencia que es sólo por invitación de Manhattan 20 Bridges en Nueva York (46 km en un día) y el Canal de Catalina en California (34 km).
Para tener éxito en esas competencias Rocío tuvo que aprender a nadar en aguas muy frías, hasta 12 C, a batir corrientes marinas, a nadar en la oscuridad, a construir un equipo de apoyo que puede entender sus necesidades con solo mirarla. También ha tenido que aprender a contratar embarcaciones de apoyo en el extrangero y hasta cómo lograr un espacio en una competencia.
Para el 2022 Rocío tiene planeado participar en dos competencias que forman parte de la lista de las 13 competencias más duras del mundo, una que le tomará hasta 14 horas en aguas a 12 C en promedio y sólo 10 personas han completado. Y para celebrar sus 50 años, en el 2023 Rocío completará la Triple Corona en aguas abiertas realizando el cruce del Canal de la Mancha entre Inglaterra y Francia, que en línea recta es de 34 Km, pero una nadadora puede llegar a recorrer hasta 50 km sorteando corrientes y sólo un 60% de los que lo inician lo terminan.
“En Costa Rica hay muy poca gente [que practica el deporte]”, dice Rocío. “No es que no pueden, es que no se han atrevido”.
¿Qué quiere Rocío que la gente diga al verla nadar? “Si esta puede, yo también”.
Agrega que el éxito está en la preparación. “Es como ir a un examen bien preparado. Hay que haber estudiado mucho la nadada antes, las temperaturas, la distancia”.
Los éxitos de Rocío se han logrado gracias al acompañamiento de su amiga Carolina Mora, quien también es ultramaratonista de aguas abiertas, su esposo e hijos y su entrenador Kurt Niehaus.
“Nosotras esperamos estar abriendo camino para que la gente se atreva”, dice Rocío sobre sus logros y los de su amiga Carolina. “Yo no tenía a nadie en Costa Rica para preguntarle sobre estas nadadas, o de cómo aclimatarse para las temperaturas, o contactar un bote. Ahora nos pueden preguntar a nosotros”.
“Pusimos a Costa Rica dentro de la comunidad de aguas abiertas, ya nos conocen”.
Por eso ahora viene un reto más para Rocío, Carolina, Kurt y todas las personas que le acompañan y participan de este deporte con ella: traer a los experimentados ultramaratonistas del mundo a conocer las aguas de Costa Rica.
“En el Golfo Dulce me han nadado los delfines por debajo de la panza, a la par, he visto ballenas como a 30 m, he visto tortugas. He nadado en la noche en Golfo Dulce con luminiscencia, que cuando metes la mano ves burbujas azules”, dice. “Son espectáculos que tenemos, qué lindo explotarlos, en Costa Rica todos los mares son ricos para nadar.”
Consejos de una experta
¿Cuál es su lugar preferido en las aguas ticas para nadar?
Me encanta Guanacaste, las playa de Flamingo, Penca, Catalina, Danta. Todas esas playas son hermosas y el mar es siempre tranquilo. Eso es importante para nadar, que el mar sea tranquilito, sobre todo para la gente que no es demasiado experimentada.
En Playa Penca hay una islita al frente, ahí vamos. Salimos de Penca, pasamos frente a Catalina, pasamos a la Isla y nos devolvemos. Es una nadada que para mi es un paseito.
Mantas o Punta Leona son playas bien bonitas y están más cerca. Son playas buenas para ir por sólo el placer de nadar.
¿Cuál es su lugar preferido en las aguas ticas para entrenar?
Depende mucho de para qué uno está entrenando.
Por ejemplo, los fondos (entrenamientos largos) para Arizona los hice en el Lago del Arenal; me encanta nadar y entrenar en el Arenal. Además, las condiciones en el Arenal siempre son retadoras: un viento terrible, olas, lluvia, neblina, el lago como una piscina, de todo hemos topado entonces es muy bonito.
Para entrenar en un mar muy movido, muy fuerte, muy pesado, nos vamos de playa Mantas hacia Herradura, que hay que atravesar la parte de Caletas. Siempre se pone duro. Por supuesto siempre acompañadas de lancha.
Nos ha gustado mucho entrenar en el Golfo Dulce porque hay varias rutas que se pueden hacer, y por eso es mucho más entretenido.
¿Qué lugar recomienda para los que están empezando en aguas abiertas?
El tema es encontrar lugares donde sean tipo bahía que son más seguros y no salirse de la bahía a mar abierto, sobre todo si uno está solo. Yo digo que en Costa Rica prácticamente en todas las playas se puede nadar.
Hay varias personas que hacen talleres y generalmente lo hacen en Mantas o Herradura, por cercanía o porque son playas muy tranquilas. El mar ahí es muy bajito.
Sino ir con personas experimentadas que vayan guiando.
El Caribe es muy lindo pero se puede nadar sólamente en septiembre y octubre. El resto del año en el Caribe el mar es muy convulso, y hay partes muy bajas por los corales donde te podés cortar. En el Caribe se debe nadar guiado siempre, con personas que sepan donde están los corales, el arrecife.
En Guanacaste y Golfo Dulce se puede nadar todo el año y es bellísimo.
¿Qué competencia recomienda para los que quieren empezar a competir en aguas abiertas en Costa Rica?
Ahora hay muchas. Cualquiera cortita. La gente de circuito de aguas abiertas tiene distancias cortas, hay una de 1500 y de 750 m para principiantes.
La nadada de Punta Leona es una nadada perfecta para principiantes. Ahora tienen dos nadadas, una en abril, la gold, y la silver en septiembre.
¿Cuáles tips tiene para los que quieren practicar este deporte?
Es importante decir que nunca se debe nadar solo, porque hay varios peligros, desde golpes, que venga una lancha y no te vea.
Sólo se debe nadar paralelo a la playa. En las playas con mucho oleaje como Playa Hermosa o Santa Teresa, me voy donde nace la ola y nadar paralelo a playa. Ojalá siempre alguien caminando en la playa siguiéndote o con gente que te acompañe a nadar.
Recorrido más largos hay que hacerlo con boyas de seguridad para que nos vean y con personas de compañía, nunca sola.
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