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domingo, diciembre 22, 2024
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¿Podrá un dique salvar a un pueblo histórico de la Zona Sur?

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Javier Barrantes Rosales, vecino y nativo de Puerto Cortés, recuerda claramente la época dorada de esta comunidad en los años 60 y 70 cuando era un lugar próspero, lleno de vida y con una economía boyante. Él visita el embarcadero frecuentemente, un lugar que ha sido estratégico para el desarrollo de la Zona Sur, principalmente en la época de la compañía bananera. Es por este río y en este punto en específico, por donde entraba y salía toda la mercadería, materiales y personas que formaron parte de esa época y que trae a la memoria de Javier imborrables recuerdos del Cortés de los años 60 y 70.

Puerto Cortés, distrito primero del cantón de Osa, tiene un área de 226 kilómetros cuadrados y unos 9.000 habitantes aproximadamente, de los cuáles, según el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), cerca de 7.500 viven en la cabecera de este distrito. En 1910, inicia la colonización por parte de Chiricanos, como se le llama a las personas originarias de Chiriquí en Panamá, y algunos costarricenses, que establecen en 1912 el caserío llamado el Pozo. El 14 de septiembre de 1934 por medio del decreto ejecutivo No. 121 se estableció que el distrito llevaría el nombre de Cortés, en honor al entonces mandatario León Cortés Castro (1936 – 1940), y el caserío el Pozo pasó a llamarse Puerto Cortés.

Los episodios de inundaciones han estado presentes desde el inicio de este pueblo. El geólogo Julio Eduardo Madrigal Mora de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) así lo relata en el informe 894-f, denominado “Cantón de Osa, características de la cuenca interior del Río Grande de Térraba”.

“Los serios problemas que han generado las inundaciones en el poblado de Puerto Cortés, tanto en plantaciones como en infraestructura, tienen referencias desde 1916, 1954, 1955”, relata el documento, “y de esa fecha en adelante, en menor escala, han causado daños a esa zona las avenidas de 1971, 1973, 1981, 1988, 1993, 1996, 2010, 2017 y 2020”.

Javier Barrantes sentado en la zona del Embarcadero de Ciudad Cortés. Cortesía Costa Ballena TV / El Colectivo 506

Las causas son múltiples, pero el mismo documento de la CNE señala como principales que después del puente principal, el Río Térraba se bifurca en varios brazos, generando acumulaciones fluviales. Los principales poblados se asientan en las márgenes donde el cauce asume forma de curva, y gran parte de las viviendas se construyeron en terrenos planos y donde existen depósitos de materiales, producto de las inundaciones que se han generado en los últimos tiempos geológicos.

La historia de las acciones tomadas para aplacar los efectos de las inundaciones es rica, iniciando en 1956, cuando la United Fruit Company construyó un dique y además, dragó gran parte del cauce del Río Térraba, como respuesta a la gran inundación de 1955, que destruyó parte de las plantaciones e infraestructura de esta compañía. Una vez que se da la salida de la compañía bananera, los problemas regresaron.

Otras soluciones que se han implementado son las nuevas regulaciones para que las construcciones sean en alto, e inclusive, sacar el centro de población hacia el sector de Ojo de Agua, unos 3 kilómetros al norte de Puerto Cortés.

Hoy, esta comunidad—formada por una empresa multinacional que ya está ausente, querida por habitantes que se acuerdan de días más prósperos, amenazada por las tormentas que van en aumento en Costa Rica como consecuencia del efecto del cambio climático de la región—enfrenta a una serie de preguntas complicadas. ¿Podrá un dique salvar este pueblo histórico? ¿O la reubicación será la respuesta?

“Recordemos que Puerto Cortés fue la principal entrada, el más grande polo de desarrollo de la Zona Sur”, dice Javier, “entonces no es fácil enterrar tanta riqueza histórica de nuestro pueblo. Ahí están nuestras raíces y las de toda una cultura bananera. El Hospital Dr Tomás Casas fue inaugurado el 19 de marzo de 1942 y fue en el 2008 que se trasladó. Imagínese la cantidad de personas que nacieron en este hospital. Todas esas generaciones reclaman que no muera Puerto Cortés”.

 

Las inundaciones y su papel en la historia

La historia de la zona, y de relación complicada con las tormentas e inundaciones que la afectan, va de la mano con la historia de la relación de Ciudad Cortés y la United Fruit Company, la empresa multinacional cuya sombra e impacto todavía se siente en varias regiones costeras de Costa Rica. En esta parte del país, comenzó en 1938 cuando la compañía inició su cultivo de bananos en el Pacífico, instalando oficinas administrativas en la margen sur del río Térraba, lugar que fue llamado La Administración.

La compañía contaba con ciertos beneficios fiscales que le permitieron realizar una actividad muy rentable en Puerto Cortés y Puerto Jiménez; posteriormente, se establecieron con plantaciones alrededor de Palmar y desarrollaron infraestructuras de transporte (ferrocarril y puerto) en Golfito.

En 1984, a raíz de la caída de los precios internacionales de la fruta, la United Fruit se va de la zona, dejando a unos 20.000 trabajadores sin empleo. Como consecuencia, gran parte de las actividades económicas se detuvieron, dejando una economía de dependencia deprimida. Hoy en día, Puerto Cortés tiene algunos importantes cultivos de palma y busca en la ganadería y la agricultura la fórmula para salir de esta gran crisis que dejó la salida de la compañía bananera. Además, al ser el distrito primero del Cantón de Osa, mantiene representación de instituciones públicas, lo que ayuda a sostener la economía.

Pero la bananera dejó atrás algo más: una intervención que afectó la respuesta a emergencias en la zona. Después de las grandes inundaciones de 1955, la Compañía Bananera construyó un dique para proteger Puerto Cortés (como se conocía a Ciudad Cortés entonces) de las crecidas de los ríos.

“En 1955, fue una de las llenas más grandes en Osa”, recuerda Oldemar Quesada Fernández, un líder comunal, “solo superadas por el Nate en el 2017. En ese tiempo ya la compañía bananera se estaba afincando y al ver eso, vió la necesidad de darle mantenimiento a la cuenca del Río Térraba, además, la compañía construyó una serie de canales para desaguar sus tierras en invierno y traer agua del Térraba en verano”.

Inundación del año 2017 en Ciudad Cortés provocada por la tormenta Nate. Cortesía Costa Ballena TV / El Colectivo 506

Según Oldemar los canales que acompañaron la construcción del dique “eran limpiados todos los años e inclusive, se dragaba una parte del río. Además, apilaron materiales del mismo río en ciertos lugares, especialmente en el sector Norte de las Fincas, donde ese apilamiento se convirtió en un dique que protegía todas las fincas de las inundaciones”.

El impacto fue notable. Entre 1956 y 1986 no se registran grandes inundaciones; únicamente se registran incidentes menores en 1971, 1973 y 1981, según el informe de la CNE.

“Mientras estuvo la Compañía Bananera, nunca hubo inundaciones, si se dieron crecidas del Río, pero no para provocar inundaciones”, apunta Oldemar. “La compañía le daba mantenimiento a este dique y dragaba el cauce del Río Térraba todos los años”.

Los diques construidos por la Compañía Bananera dejaron de recibir mantenimiento anual en 1984 cuando cerró operaciones. Pero una vez que la compañía bananera se retira y deja de dar mantenimiento a los diques y se deja de hacer la recava del cauce del Térraba—la recava es una forma de limpiar canales o volver a cavar el lecho del río, hecha para evitar que los ríos se llenen o los canales “aterren” y provoquen salida o inundaciones—los problemas regresaron con grandes inundaciones en 1988, 1996, 2010, 2017 y 2020.

En 1988 durante el huracán Juana las estructuras sufrieron serios daños. En el 2017, con la tormenta Nate, se produjeron grandes inundaciones y una fractura en al menos 4 partes del antiguo dique.

Con esa fuente de protección en declive, los líderes de la zona intentaron otra estrategia: la reubicación de edificios, y otros códigos de construcción.

Moviendo montañas

En 1996 el centro de Ciudad Cortés fue seriamente impactado por el huracán César, por lo que se tomó la decisión de iniciar un proceso de reubicación, mismo que inició con el decreto ejecutivo número 25533, firmado por el entonces Presidente José María Figuerez, en el que declara al Cantón de Osa en “estado de necesidad y urgencia por calamidad pública, a situación provocada por el Huracán César”.

Este proceso ha sido muy lento y ha encontrado resistencia por parte de muchos vecinos. Tal es el caso de Edgar Zúñiga, quien vive en Barrio el Cementerio, lugar de constantes inundaciones, y quien se ha negado a dejar su casa.

“En el 2006 me iban a dar una casa en Nuevo Cortés (Ojo de Agua)”, dice Edgar. «Aquí mi casa se inunda, pero es de 144 metros cuadrados y me la querían cambiar por una de 42 metros y sin patio para sembrar, donde no cabemos mi esposa, dos hijas, la sobrina y yo. Para eso mejor me quedo aquí batiendo barro».

En el año 2002, mediante acuerdo municipal, se procede al traslado de la Municipalidad de Osa, a un nuevo edificio, surgiendo así “Nueva Cortés” ubicada a tres kilómetros al norte del centro de la ciudad. Este traslado hizo que se estableciera un nuevo centro económico, que además está más cerca de la carretera Pacífica Fernández Oreamuno, conocida como costanera, que conecta al Pacífico Central con la Frontera con Panamá.

A este acontecimiento, le siguen los proyectos de vivienda para trasladar unas 2.000 familias en el año 2004, así como la inauguración del nuevo edificio del Hospital Dr Tomás Casas Casajús en el año 2008.

Desde entonces, el desarrollo urbanístico en localidades como La Laguna, Canadá y Puente Hamaca ha aumentado. Hoy en día se encuentran proyectos residenciales como Jeanneth Pacheco, Barrio Canadá o Las Parcelas con unas 400 casas de habitación y se pueden encontrar servicios como supermercados, algunas tiendas, panaderías, farmacias, restaurantes, sodas y las instituciones públicas.

Ciudad Cortés en la actualidad. Antiguo Hospital Dr. Tomás Casas. Cortesía Costa Ballena TV / El Colectivo 506

En el año 2010, Puerto Cortés sufrió una vez más una gran inundación durante la Tormenta Tomas, lo cual generó muchas presiones por parte de la Comisión Nacional de Emergencia para continuar y acelerar el proceso de trasladar la ciudad al nuevo punto cercano a la costanera.

Como resultado de esas presiones se trasladó el Liceo Pacífico Sur, institución histórica inaugurada en 1964, inaugurando sus nuevas y modernas instalaciones en el 2012, ahora ubicadas en Ojo de Agua, a 2 km de su ubicación original.

A esta institución le siguió sus pasos el Poder Judicial, con la inauguración del nuevo edificio de los Tribunales de Justicia en abril del 2019, ubicado muy cerca de las nuevas instalaciones del Liceo Pacífico Sur.

A pesar de todos estos traslados de instituciones y a la construcción de tres proyectos de vivienda para reubicar a la población por parte del BANHVI, con una inversión de más de 4.500 millones de colones, los habitantes de Puerto Cortés se niegan a abandonar el asentamiento original de la ciudad y éste aún es un centro de población muy grande y con algunos comercios que siguen luchando por sobrevivir.

Olger Mora Herrera es propietario de Tienda y Ferretería el Aterrizaje, desde hace 30 años. “Este negocio originalmente era una tienda, llamada el Aterrizaje, el dueño era un chino. No tengo el dato exacto de cuando fue construido, pero si es de las primeras construcciones cuando este era caserío el Pozo, o sea, debe estar muy cerca de los cien años”, dice Olger. “El dueño original, se lo había vendido a otro Chino, al que yo le compré hace 30 años. Siempre se ha llamado el aterrizaje y siempre ha sido una tienda, solo que hace unos 15 años, decidí abrir también una ferretería en el mismo local”.

Ciudad Cortés en la actualidad. Cortesía Costa Ballena TV / El Colectivo 506

“Yo no me he ido de aquí, primero por el arraigo del negocio,” agrega Olger, “además de que aquí funciona bien, a la gente le gusta todavía venir a Cortés Centro a comprar”.

“No existe en toda la Zona Sur una planificación y distribución urbana como la que tiene el centro de Puerto Cortés”, dice Javier, aún sentado en el embarcadero, “con cuadrantes perfectos con sus calles y avenidas, algo digno de rescatar. Podemos aprovechar toda esa historia bananera para explotar nuestro pueblo turísticamente”, agrega.

Hasta el momento la reubicación del histórico pueblo, no ha sido suficiente para sus habitantes como una solución al problema de las inundaciones de Puerto Cortés.

Por eso, la ciudad ahora tiene sus ojos puestos en la solución que les sirvió en el pasado, ahora con cambios: un nuevo sistema de diques, inspirado en el que construyó y dejó atrás la United Fruit Company.

“Los diques deben construirse lo antes posible” dice Oldemar, quien como líder comunal es uno de los promotores del proyecto. “No existe nada que pueda parar por completo toda la fuerza del Río Térraba, por lo que no podría afirmar que con los diques ya no habrá más inundaciones, lo que sí puedo asegurar, es que se mitigaría enormemente los efectos y nos daría el tiempo suficiente para realizar evacuaciones y no perder nunca más vidas por estos fenómenos”.

Volver en el tiempo

“Si bien es cierto se han realizado esfuerzos por llevar instituciones importantes fuera de las áreas inundables”, dice Jesús Mora Villalobos, Vicealcalde de la Municipalidad de Osa y coordinador del Comité Cantonal de Prevención de Riesgo, “este municipio viene realizando todas las acciones posibles para que lejos de desaparecer, el centro de población original siga creciendo y pueda volver a ser un lugar próspero y pujante”.

Jesus Mora, Vicealcalde de la Municipalidad de Osa y coordinador del Comité Cantonal de Prevención de Riesgo. Cortesía Costa Ballena TV / El Colectivo 506

Según Jesús, parte de las acciones tomadas por el gobierno local es incentivar construcciones sobre pilotes y un trabajo desde la municipalidad para mejorar los drenajes y el encauzamiento de las aguas fluviales, así como el desagüe de algunas quebradas y riachuelos.

“Pretendemos que el Centro de Cortés, se convierta en un lugar turístico”, dice Jesús, “y que hacia [la carretera] costanera, se siga llevando a cabo una expansión en cuanto a instituciones gubernamentales y alguna industria”.

Sin embargo, para el Gobierno Local, está claro que la solución definitiva y que permitiría seguridad a la población, es la construcción de los diques. “El proyecto de construcción de los Diques”, señala Jesús, “con un costo total de 10.622 millones de colones”. Según el documento SENARA GG-0323-2020, este proyecto se llevará a cabo en tres etapas.

La primera etapa es el dique en Palmar Norte, con una serie de espigones, que son estructuras no lineales que se construyen con bloques apilados de roca de dimensiones considerables, o con elementos prefabricados de concreto, estos se colocan dentro del agua con la intención de aumentar el flujo en varias direcciones determinadas y poder así darle un encausamiento al río. Este dique contará con una extensión de unos 4 kilómetros.

La segunda etapa corresponde a la construcción de los diques de Palmar Sur y Cortés. En Palmar Sur y hacia las fincas (poblaciones de Palmar Sur, donde se ubicaron las plantaciones principales de banano en la época de la United Fruit Company), se construirán unos 11 kilómetros de dique y en Cortés un poco más de 3 kilómetros.

La tercera y última etapa es la la recava del Río Térraba. Esta es la etapa más cara del proyecto, sobrepasando los 4 mil millones de colones de inversión.

Según el Vicealcalde de Osa, el contenido presupuestario para este proyecto ya está disponible, y el desarrollo se encuentra en la etapa de adjudicación de las obras, pues los diseños, estudios y requisitos ya están finalizados.

“El contenido presupuestario de las primeras dos etapas ya está”, dice Jesús, “y nosotros nos encontramos en negociaciones con los dueños de algunas propiedades que se verán afectadas con la construcción de estos diques, pero esperamos muy pronto tener los carteles de licitación listos”.

Jesús dice que tiene claro que los nuevos diques no serán ninguna solución mágica.

“Hay que tener en cuenta que en cuanto a Gestión de Riesgo, no existe la eliminación de un riesgo, sino que se minimizan”, dice Jesus, Vicealcalde de Osa. “En este caso, los diques se están realizando para minimizar los efectos o las afectaciones percibidas por los eventos climáticos, pero jamás se puede afirmar que el riesgo se elimina. Si creemos, que este proyecto traerá seguridad, incluso hasta jurídica a todo el sector del centro de Cortés que quedará protegido.”

En otras zonas del país, los diques se han convertido en muy buenos aliados contra las inundaciones. Tal es el caso del dique en Matina, provincia de Limón, el cual fue reconstruido en el 2019, ya que las fuertes lluvias de julio del 2018 ocasionaron grandes daños al mismo. Este dique, es el que brinda contención a los rebalses de los Ríos Matina y Chirripó.

La comunidad de Nosara, en Guanacaste, también depende de un dique para salvaguardar la comunidad de las crecidas del Río Nosara. Este dique fue construido en el 2014, pero que producto de la tormenta Nate del 2017, sufrió serios daños, algunos de los cuáles se atribuyen a la calidad del cemento utilizado, motivo por el cual esta construcción está en un proceso judicial. Sin embargo, y debido a la importancia del mismo, el dique ya fue reconstruido.

Para los pobladores de Puerto Cortés como Javier Barrantes, los diques parecen ser la forma de traer tranquilidad y esperanza.

“Este es mi pueblo y el de muchas generaciones que hemos dejado nuestro ombligo aquí en Puerto Cortés”, dice sonriente Javier mientras mira el Río Térraba en el embarcadero.

“Puerto Cortés es la cuna de la historia del enclave bananero en la Zona Sur y esa historia es la que nos va a permitir salir adelante”, agrega Javier. “Este pueblo, mezcla de Indígenas, Chiricanos y Chinos y gente que vino de todo Costa Rica, no puede morir.”

Ciudad Cortés en la actualidad. Cortesía Costa Ballena TV / El Colectivo 506
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Esteban Calderón
Esteban Calderón
Esteban Calderón Montero nació en San Isidro del General, Pérez Zeledón. Es administrador de empresas y administrador educativo de profesión. Actualmente se desempeña como Subdirector del Liceo Pacífico Sur en Ciudad Cortés de Osa. La comunicación siempre ha sido una de sus grandes pasiones, misma que logró consolidar en el 2019, cuando junto con su socio, funca Costa Ballena TV, medio de comunicación digital de la Zona Sur. // Esteban Calderón Montero was born in San Isidro del General, Pérez Zeledón. He’s a business and educational administrator, now serving as Assistant Principal of the Pacífico Sur High School in Ciudad Cortés de Osa. Communication has always been one of his great passions, leading to the founding in 2019 of Costa Ballena TV, a digital media organization in the Southern Zone.

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