Texto por Mónica Quesada Cordero y Katherine Stanley Obando, con insumos adicionales de los fotoperiodistas Mayela López and Thomas Enderlin. Sexta parte de nuestra serie de abril sobre turismo rural comunitario en Costa Rica. Lea la primera parte, “Más sabe el diablo por viejo”, la segunda parte “Un paso a la vez“, la tercera parte “Cuando el oro es verde“, la cuarta parte, «Las piedras en sus zapatos» y la quinta parte «¿Cómo sería Costa Rica sin el turismo rural?«.
Gustavo Segura está pensando en pequeño, en el buen sentido.
El ministro de Turismo, que asumió el cargo en julio del 2020 tras la renuncia de María Amalia Revelo por motivos de salud, se enfrenta a lo que seguramente es el peor panorama de cualquier nuevo ministro de turismo de la historia. Hoy, él ve una posible solución para el turismo rural en el tipo de turismo que buscan los viajeros internacionales.
“La reactivación está empezando por familias y grupos pequeños, no así con grupos grandes”, dice Gustavo, que exuda una especie de positividad enérgica. “Para los negocios pequeños boutique… el mercado que se está reactivando es el relevante.”
Pero dice que sabe que para mantener los negocios abiertos el tiempo suficiente para recibir a esos grupos, la institución que dirige, el Instituto Costarricense de Turismo (ICT), también debe pensar en pequeño en términos de reconocer la gran diversidad de necesidades del sector.
“Para poder entender realmente lo que está pasando, uno tiene que ir al campo”, afirma. “No es lo mismo lo que pasa en Nosara, versus si yo voy a Los Chiles o la zona de Caño Negro o Tempisque, donde el Refugio Palo Verde era el fuente principal para muchos emprendedores.”
Varios empresarios a los que consultamos en reportajes anteriores este mes notaron los esfuerzos del Ministro para visitar diversas regiones, pero se quejaron de la falta general de presencia de las ICT y de la falta de consulta a los empresarios.
El 13 de abril, el ministro y diez cámaras de turismo diferentes se reunieron para discutir la situación. El resumen de la reunión muestra que los empresarios turísticos consideran, en orden de prioridad, que necesitan ayuda en su relación con la banca, el Sistema de Seguridad Social (CCSS), Servicios Públicos (Electricidad y Agua), Patentes Municipales, Permisos de Funcionamiento de parte del Ministerio de Salud y Ministerio de Hacienda.
También crean conciencia sobre la necesidad de crear una legislación que proteja al sector económico durante la pandemia, pero también después.
En términos de soluciones concretas para mantener a flote el sector del turismo rural, durante una entrevista el 19 de abril con El Colectivo 506, Gustavo recita una serie de esfuerzos en distintas etapas de realización y con ciertas limitaciones. Un nuevo programa para el rescate del turismo rural financiado por el Instituto de Desarrollo Rural, INDER, solo puede financiar organizaciones sin fines de lucro debido a limitaciones internas. Los nuevos préstamos a bajo interés para el sector de la Banca de Desarrollo, o Banca de Desarrollo, se darán a conocer en cualquier momento, nos dice. La semana anterior a nuestra conversación, se reunió con representantes de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), el Instituto de Acueductos y Alcantarillado, o AyA, y la Agencia Reguladora de Servicios Públicos, o ARESEP, para solicitar reducciones de costos para las pequeñas empresas turísticas, y se ha recibido con una actitud receptiva que requerirá una mayor coordinación para llevarla a cabo. En febrero, coordinó con el Ministerio de Salud para reducir el costo de los permisos de salud operativos para el sector.
Es más, una flota de leyes que ahora tiene peso en la Asamblea Legislativa, detrás de una ley compleja y controversial sobre el empleo público que debe aprobarse antes de que se puedan considerar otros proyectos de ley, tiene como objetivo abordar el problema de diversas maneras. Estas leyes incluyen incentivos para la producción fílmicas (expediente 22304), inversores extranjeros y residentes jubilados (expediente 22156) y nómadas digitales (expediente 22215). Pero lo que es más importante es una serie de leyes que pueden aliviar la carga financiera. Una medida para permitir que los empresarios lleguen a acuerdos de pago con el sistema tributario cuando no puedan pagar su impuesto al valor agregado, o IVA (expediente 22434), una ley que permite a las empresas reducir las horas de trabajo de sus empleados sin tener que pagar cesantía (expediente 22405) y la creación de un proyecto de financiación especial denominado Fondo de Avales y Garantías que permitirá a empresas y particulares obtener crédito aunque hayan tenido impacto real en sus ingresos por COVID, siempre y cuando se comprometan a mantener o aumentar el empleo (expediente 22041).
¿Por qué tales medidas todavía están en el aire, más de un año después de la pandemia cuyas consecuencias para el sector turístico fueron inmediatamente evidentes cuando las fronteras se cerraron por primera vez en marzo de 2020?
Gustavo da la misma respuesta a eso, como lo hace cuando se le pregunta por qué a los trabajadores del turismo de primera línea no se les da prioridad a las vacunas: el goteo de recursos, vacunas o dinero, es demasiado lento, y cada sector tiene buenos argumentos para explicar por qué debería obtener el apoyo y los beneficios primero, dic que hay que pensar en los maestros, el transporte, la agricultura.
“[Costa Rica] es un país con un contexto fiscal muy compilado en este momento”, agrega a la lista de dificultades que enfrenta su ministerio.
Cuando le preguntamos sobre el aporte que puede hacer el ICT y su ministerio a la simplificación de trámites municipales para los empresarios rurales—por ejemplo, motivando a municipalidades a designar un oficial específicamente para el manejo de trámites turísticos, una idea propuesta durante nuestra entrevista grupal con emprendedores—en especial durante la pandemia, Gustavo dice que es “todo en tema. Recordemos que las munis son gobiernos autónomos”, agrega. Esto significa que cada municipio define la forma en que administra su relación con empresarios y habitantes, además, muchas de estas municipalidades dependen de los ingresos de impuestos y permisos de funcionamiento para solventar sus propios gastos. Por ende, algunas deciden no ofrecer alivio a emprendedores o hacer arreglos de pago para trámites locales.
“¿Qué otras fuentes de ingreso tienen las munis a mano?» dice. Sin embargo, explica que otras municipalidades como San Carlos o Osa, ven la falta de ingresos de los emprendimientos en su zona y deciden que llegar a arreglos de pago es la solución más práctica. “Dicen, ‘Nada gano yo con no hacer arreglos de pago con las empresas turísticas porque de todas formas no me lo van a pagar’”.
“No hay uniformidad sobre cómo las munis asumen [el tema] del turismo” continúa, mencionando casos específicos de por ejemplo la Municipalidad de Osa, un destino turístico muy importante para el país, que ha implementado arreglos de pago con sus administrado, mientras otras no han avanzado en esta línea. Según el ministro, el Instituto de Fomento y Asesoría Municipal (IFAM) está tratando de incidir y él personalmente mantiene mucha comunicación con la dirección de esta otra institución del estado.
“Yo sí espero que uno de los efectos del COVID a largo plazo sea la simplificación de trámites”, dice Gustavo, tanto a nivel central como municipal. “Costa Rica está muy entrabada con tramitología y el COVID lo que hizo fue exacerbar eso. Ahora tenemos una oportunidad”, agrega, mencionando además que el ICT ya ha hecho su parte, simplificando el proceso para lograr la declaratoria turística al utilizar declaraciones juradas como sustituto de algunos documentos.
Mantener a Costa Rica en su memoria
Al visitar el sitio web del ICT, es claro que la institución se ha centrado en dos aristas muy importantes en cuanto al desarrollo del turismo en Costa Rica, la primera es la promoción del país fuera y dentro de las fronteras como destino de viajes. La segunda en la creación de herramientas que permitan garantizar calidad y servicio en las diferentes ofertas turísticas que existen.
Las acciones más claras que ha realizado el ICT para tratar de aliviar el impacto del COVID en los empresarios de turismo en Costa Rica han sido sobre todo en el área de promoción. Sin embargo, como bien lo dijo el ministro Gustavo, está claro que estas acciones no tienen un alivio de corto plazo, pero en su opinión es importante llegar a tener la suficiente reactivación de la visitación al país para recuperar la sostenibilidad y crecimiento de esta actividad económica.
“Seguimos en el camino de la reactivación de la conectividad aérea”, comentó Gustavo, quien considera que la vacunación masiva en Estados Unidos, de donde provienen la mayoría de los turistas y la recuperación masiva de la confianza a viajar debe acompañarse de una conectividad aérea sana.
Además, el ICT dedica recursos para mantener el posicionamiento de Costa Rica en los mercados internacionales como un destino de valor. Entre los esfuerzos realizados en el 2021 están la flexibilización de requisitos para los visitantes provenientes de China, la promoción del país a través de influencers y programas televisivos en otros países, la creación de una serie documental para IMAX, y la colocación de pauta publicitaria en sitios estratégicos y actividades en otros países. En el 2020, el ICT también realizó una Expo Tour virtual, como una forma de continuar esta importante feria de promoción a pesar de la pandemia.
Durante el 2020 y el 2021, el ICT también ha dedicado recursos y estrategias en la promoción del turismo interno. Más de 324 millones de colones han sido dedicados a la campaña “Vamos a Turistear”, que según declaraciones del ICT para El Colectivo 506, “se realizó el reforzamiento de dicha campaña para invitar a los costarricenses a “turistear por Costa Rica” y a redescubrir nuevas regiones para contribuir con la recuperación gradual del sector turismo”.
Paralelo a la campaña “Vamos a turistear”, el ICT inició el desarrollo de guías turísticas culturales en colaboración con las diferentes cámaras de turismo de seis regiones del país, las cuales “pretenden poder ofrecer al turismo nacional y también internacional toda la oferta del país”, según comentó Ruth Alfaro, jefa del Departamento de Desarrollo Turístico. “La gente está muy contenta con esas guías, los empresarios las están usando para promover sus propios negocios”, agregó.
El impacto real que estos dos esfuerzos han tenido en la reactivación del sector es aún incierto. A solicitud de El Colectivo 506, el ICT indicó que no cuenta con estadísticas sobre la cantidad de descargas de las guías, pero que “fueron distribuidas y colocadas en múltiples sitios web y redes sociales tanto del ICT como de las respectivas municipalidades y cámaras de turismo de las comunidades representadas, así como del Ministerio de Cultura”.
“Hablar de cuál es el impacto [de las guías turísticas culturales] sería un poco atrevido, porque estas guías esta hace poco fueron lanzadas”, comentó Ruth.
De igual forma, sobre el impacto en reservaciones y visitaciones de nacionales a emprendimientos turísticos que tiene la campaña Vamos a Turistear el ICT comentó, a solicitud de El Colectivo 506 que “una de las formas de medición es el alcance de la campaña y el desempeño de la misma principalmente en las aplicaciones digitales”, refiriendo a un alcance total de más de 62 millones de impresiones, las cuales fueron compartidas casi 10000 veces y recibieron poco más de 50000 “likes”. Pero no tienen conocimiento de si la campaña está realmente generando una diferencia para el sector.
Como parte de las acciones para incentivar el turismo nacional, también se está promoviendo la ley para declarar el día del padre como un feriado de pago no obligatorio para el año 2021 (expediente 22465).
Entrenamiento virtual y soporte
Otro esfuerzo que ha realizado el ICT durante la pandemia ha sido abordar las necesidades del sector y reducir la carga de viaje de los líderes rurales – imposible, por supuesto, durante la pandemia, pero una tensión antes del COVID-19 también – al construir su programa de formación, ICT Capacita, y su canal de YouTube, para que los empresarios puedan recibir el capacitación desde donde se encuentren.
Según Ruth Alfaro, el ICT vio la necesidad de crear esta plataforma para guiar a los emprendedores de turismo durante la realidad establecida por la pandemia. Para mayo del 2020 la plataforma estaba en funcionamiento y al servicio de cualquier persona, con o sin Declaratoria Turística.
Según datos proporcionados por el ICT, la plataforma cuenta con 114 videos entre cursos, charlas y presentaciones, para un total de 44265 visualizaciones al 14 de abril del 2021 según estadísticas del canal de YouTube.
Los videos con mayor cantidad de visualizaciones son los relacionados a protocolos específicos de funcionamiento para cuatro sectores durante la pandemia por COVID-19, primeros auxilios, requisitos para ingreso de turistas, aspectos fiscales y la reactivación y “El poder de los pensamientos positivos y la gestión de las emociones en las situaciones inciertas”, todos con visualizaciones entre 1000 y poco más de 2200.
A partir del 18 de enero del 2021, el ICT inició un proceso de evaluación de las capacitaciones impartidas. Los resultados de las evaluaciones muestran que un 98% de los participantes recomendarían la actividad a otras personas, y un 99% consideran que le ayudaron a mejorar su conocimiento y lo aprendido le será útil para su negocio. Sin embargo, no hay estadísticas de cuán útil es la herramienta para permitir que los emprendimientos rurales sigan operando durante y después de la crisis.
Desde el campo
Entonces: ¿puede el gobierno lograr apoyar al rescate del turismo rural? Y si no, ¿qué va a pasar?
La conclusión no es sencilla ni clara. Los esfuerzos gubernamentales por mantener la actividad económica del turismo son, como ya dijimos, complejos y lentos de implementar. Además, los esfuerzos del ICT por promocionar y capacitar al sector son muchos y representan una inversión considerable – aunque podría parecer pequeña en comparación con otros presupuestos del estado – pero, y según la información proporcionada a El Colectivo 506, su impacto real en la salud y sostenibilidad financiera del sector es incierto.
Por ello, muchas de las respuestas que han tenido una efectividad más inmediata han venido de abajo hacia arriba. Son las mismas empresas y empresarios de turismo las que han tenido que innovar para sostenerse en el último año, esfuerzos que han dado fruto, pero que en muchas ocasiones no han sido suficientes.
Mañana, en nuestra última entrega de las crónicas de “Camino al andar”, les contaremos sobre algunos ejemplos de resiliencia y solidaridad que nacieron durante la pandemia y en el campo, donde día a día los emprendedores de turismo rural viven en carne propia la nueva normalidad.