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Monte Verde y el voluntariado: ¿qué hacemos cuando la ayuda no puede llegar?

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Cuando en una comunidad se presenta alguna emergencia o un desastre natural, se activan todos los protocolos de emergencia ya establecidos por los diferentes entes gubernamentales a cargo de estas situaciones. Pero ¿qué pasa cuando una comunidad como Monte Verde es azotada por una tormenta tropical como Nate y se pierde comunicación completa con el exterior—además del suministro del servicio eléctrico, las telecomunicaciones y el agua potable, complicados aún más por cierres de carreteras? ¿Cómo actuar frente a una emergencia de esas magnitudes sin ninguna orientación de los expertos en la materia y además sin ningún recurso material? 

“Después del paso de la Tormenta Tropical Nate en el 2017, el distrito por tres días quedó aislado, sin acceso por derrumbes en las carreteras que comunican el sector con el exterior. Recordamos haber sentido como si la comunidad se hubiera convertido en una isla, o peor aún en ‘La República independiente de Monte Verde’, frase que ahora usamos en tono de broma amarga para recordar aquellos duros días”, comenta Margarita Salazar, miembro de la Comisión Municipal de Emergencias de Monte Verde. “Eso sí, fue claro que teníamos que tomar la batuta de la situación y actuar solos para salir de la adversidad”. 

Monte Verde no se pudo cruzar de brazos y esperar que el gobierno u otras instituciones hicieran algo para resolver la situación. Con la escasa información que se lograba obtener, los líderes del distrito sabían que tenían que actuar porque esta emergencia no era solo local: otros sectores del país estaban siendo afectados y no se conocía cuánto tiempo se tardaría en tener algún tipo de ayuda. Es ahí donde nace el sentimiento de colaboración de toda la población, tanto instituciones públicas, privadas y personas del pueblo se ponen a disposición del Comité Municipal de Emergencias de Monte Verde para trabajar unidos por un bien común que es sacar adelante una comunidad fuertemente golpeado por los embates de la naturaleza y volver lo antes posible a la normalidad.  

¿Cómo se logró esa respuesta voluntaria en Monte Verde? Y, ya casi cinco años después, ¿qué ha hecho la comunidad para convertir esa respuesta espontánea en estructuras más fuertes y replicables?

Escenas de la destrucción ocurrida durante la tormenta Nate en el año 2017. Cortesía Yeudy Ramírez Brenes / El Colectivo 506

Una crisis en el bosque nuboso

Monte Verde es el distrito número 9 de la provincia de Puntarenas. Es muy conocida por su naturaleza, áreas protegidas, atractivos turísticos y sobre todo por su Bosque Nuboso—también por la historia de la llegada de los Cuáqueros al sector en los años 50s. Desde sus inicios, este pequeño pueblo ha trabajado para ser lo más autosuficiente posible. Por esta razón es que en el 2001 es declarado distrito. (Se registró el nombre del distrito como Monte Verde, escrito separado, aunque como destino turístico se conoce por el nombre de una de las comunidades del distrito: Monteverde). 

Del 4 al 6 de octubre de 2017, Costa Rica fue afectada por la tormenta tropical Nate, que unos días después golpearía a los Estados Unidos como el Huracán Nate. Monte Verde fue uno de los puntos que más sufrió el impacto. Muchos caminos, casas e incluso áreas protegidas se vieron afectadas por la inclemencia de las fuertes lluvias y múltiples derrumbes.  Según los estudios y mediciones de esa época realizadas por el Instituto Monteverde (MVI), una organización educativa sin fines de lucro fundada en 1986 en Monte Verde, el fenómeno climático aportó el 17% de las precipitaciones anuales de Monte Verde en tan solo dos días de lluvias fuertes y constantes. Para complicar aún más el panorama, en el momento que Nate golpea Monte Verde, ya en el distrito había estado lloviendo durante más de dos semanas seguidas.

La tormenta dejó a la comunidad aislada por derrumbes en las vías de acceso y caminos distritales, sin electricidad, sin agua potable y sin servicios de telecomunicaciones. A medida que la lluvia continuaba cayendo sobre suelos ya saturados, las laderas anegadas comenzaron a ceder. Los arroyos rebasaron sus límites haciendo que se salieran de sus cauces, barriendo carreteras y puentes (como el puente del Buen Amigo, en San Luis). Los vecinos de dos comunidades del distrito, Monteverde y San Luis, quedaron aislados mientras los deslizamientos de tierra caían en distintas calles y carreteras.

Escenas del trabajo de limpieza después de la destrucción ocurrida durante la tormenta Nate en el sector de San Luis, en el año 2017. Cortesía Yeudy Ramirez Brenes / El Colectivo 506

“Lo más grave de toda la situación era la falta de comunicación con el exterior, desconocer lo que pasaba en otras partes del país, pero principalmente que el resto del país y el gobierno tenía desconocimiento de nuestra situación en el distrito,” dice Margarita. “Sin embargo, debíamos empezar a coordinar y trabajar para sacar adelante a nuestra comunidad con nuestros propios medios”.

Afortunadamente, nadie resultó herido durante la tormenta, gracias en gran parte a la excelente coordinación y los esfuerzos de la Comisión Municipal de Emergencias de Monte Verde (CME). Los vecinos se reunieron para ayudarse unos a otros y escuchar las últimas actualizaciones de la comisión de emergencias. Se restablecieron los servicios y se abrieron las carreteras en lo que parecía un tiempo récord, aunque las reparaciones de carreteras a largo plazo llevaron mucho más tiempo. 

“Para esa emergencia se tuvo la colaboración de muchos vecinos quienes aportaron su mano de obra para poder habilitar los accesos y los servicios esenciales en un plazo corto”, relata Yeudy Ramírez, actual Intendente del distrito de Monte Verde.  Después de un año Monte Verde estaba en gran parte recuperado, mientras que muchas comunidades en el país todavía estaban luchando.

Por ende, las autoridades y líderes comunitarios de Monte Verde decidieron construir sobre la base de lo que habían visto durante la crisis de Nate, y desarrollar mejoras que les permitirían aprovechar su fuerza voluntaria aún mejor ante futuras emergencias. 

Estudiando la respuesta humana

Lo primero que se hizo  en Monte Verde fue sencillo: estudiar lo que había ocurrido durante esos días de la emergencia de Nate. Lo ocurrido durante la emergencia fue desde trágico hasta inspirador.

Según Randy Chinchilla, uno de los encargados de este estudio realizado por el Instituto Monteverde, se analizan cuatro aspectos: cómo se adaptaron las personas, que hicieron para recuperarse, cómo se prepararon para este evento y cómo planean para el futuro. En general, se estudió qué tan resistente fue la reacción de la comunidad y su capacidad de recuperación. 

El estudio concluyó que Nate creó una nueva realidad que a menudo sucede después de un trauma conocida como un «tercer estado», un término que se acredita a Nalini Nadkarni. Según el Instituto, la primera preocupación de las personas afectadas fue el bienestar de las otras personas en la comunidad. Los vecinos se buscaron unos a otros preguntando, ¿Estás bien? ¿Tienes comida? ¿Agua? Compartieron recursos, trabajaron para comunicar necesidades, inquietudes, colaboraron para despejar caminos y satisfacer diversas necesidades. Ya existía un fuerte sentido de comunidad, pero la mayoría de los consultados sentían que la tormenta había aumentado el sentimiento de una comunidad muy unida, involucrándose en las necesidades de los demás y convirtiéndose en voluntarios conscientes. 

Escenas del trabajo de atención de la emergencia después la tormenta Nate en el año 2017. Coordinación y entrega de alimentos. Cortesía Oscar Muñoz Chacón / El Colectivo 506

Margarita, miembro del Comité Municipal de Emergencias, explica que después de analizar estos insumos y otros aprendizajes dejados por Nate, el comité fijó  la meta  de construir un comité más robusto y mejorar la preparación mediante la creación de mesas de trabajo. Estas funcionan como sub-comités donde cada una tiene una tarea específica asignada; así no se recarga el trabajo en todos ni se duplican funciones por haber muchos actores en un mismo tema. Por ejemplo, la Mesa Social, encargada de temas de factor social y socioeconómico para la atención de familias y distintos grupos, está compuesta por al menos un miembro del Comité Municipal y otros voluntarios relacionados con el tema, algunos representantes de instituciones públicas, privadas, ONG y vecinos de la comunidad. 

Además de la Mesa Social, se cuenta con Mesas de Preparativo y Respuesta, Seguridad, Seguridad Alimentaria, Servicios Básicos, Salud, y Logística. Esa última es una de las primeras en activarse frente a una emergencia, ya que está conformada por el Coordinador del Comité de Emergencia que es el Intendente Municipal, además del departamento de Ingeniería Municipal, un colaborador de la Reserva del Bosque Nuboso de Monteverde que ayuda con su experiencia en comunicaciones y situaciones de riesgo en montaña, además de otros vecinos con amplia experiencia en emergencias en la zona. En una emergencia, esta mesa empieza a activar sus protocolos y de ahí comienzan a activarse las demás mesas en sus designaciones.

La Mesa de Servicios Básicos, está compuesta por personal del Instituto Costarricense de Electricidad responsables del servicio eléctrico y telecomunicación, Planificación Municipal por el tema de la recolección de la basura, Acueductos de Santa Elena, San Luis y Monte Verde y representante de las dos gasolineras del distrito. Esta mesa velará en caso de emergencia por restablecer los servicios necesarios para poder operar de forma normal lo antes posible y minimizar el impacto de algún desastre.

Por último, la Mesa de Salud, está conformada por la Caja Costarricense del Seguro Social, Ministerio de Salud, Cruz Roja, Personal del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y Servicio Nacional de Salud Animal (SENASA). La mesa está a cargo de velar por la salud de los posibles afectados, voluntarios, población en general y animales en el durante y después del siniestro.

Maria Isabel González Corrales, la Vice Intendente del Concejo Municipal de Distrito de Monte Verde y Coordinadora Adjunta, dice que estas mesas permiten no solo organizar los voluntarios que conforman el Comité, sino también facilitar la coordinación pública-privada. 

Durante Nate, se presentaron varios ejemplos de esta coordinación. Uno de ellos es el Instituto Monteverde, que se convirtió en un centro de información y un lugar para abastecer de agua a vecinos y voluntarios y preparar comidas. La Comisión Municipal de Emergencias ha solicitado que el Instituto sea un lugar oficial de albergue en caso de emergencias, responsabilidad que fue aceptada. Esto significa que en un futuro se proporcionarán suministros de emergencia al Instituto (camas, agua, medicamentos, etc.), para que pueda actuar como área de refugio.

Escenas de la destrucción ocurrida durante la tormenta Nate en el año 2017. Cortesía Oscar Muñoz Chacón / El Colectivo 506

Luego de lo ocurrido en Nate, se descubrió que todos los actores estaban dispuestos a trabajar, pero la comunicación y organización en ocasiones fue compleja. Hoy día, todas estas nuevas mesas de trabajo están debidamente organizadas, cuentan con un chat de WhatsApp, donde se encuentran todos los integrantes de la mesa, que les permite mantenerse informados de la situación de la emergencia y cuando será el momento de activar los protocolos correspondientes a su mesa, adicional a esto en caso de fallar las telecomunicaciones tienen dos puntos definidos de reunión establecidos donde se reunirán para coordinar sus funciones (se tiene un punto A que será el principal y un punto B por si el primero tuviera alguna dificultad de acceso o algún daño estructural).

Cada mesa tiene un listado de posibles voluntarios, los cuales están dispuestos a trabajar y colaborar en lo que sea necesario. Las listas de voluntarios se crearon considerando las habilidades e intereses de las personas y las necesidades de cada mesa.  Dentro de las funciones de los voluntarios están, el equipo que apoya cocinando para voluntarios o en albergues, personas dispuestas a trabajar en campo, los que empacan suministros para entregar a las familias, entre otras tareas. “Sin esta mano de obra sería imposible realizar todas las labores que son necesarias y todas en un mismo momento”, nos menciona Jennifer Ugalde, secretaria del CME de Monte Verde.      

¿Cuál ha sido la diferencia de Monte Verde frente a otras comunidades? 

“Monte Verde se caracteriza por el espíritu de solidaridad de sus habitantes, personas que no esperan a que les solucionen, sino ser siempre proactivos y buscar cómo seguir adelante”, dice Yeudy Ramírez Brenes, Intendente Municipal y Coordinador del Comité de Emergencias. “La comunidad pensó en el impacto que tuvo el voluntariado en esta situación, lo que representó para solventar las necesidades tan rápido y cuál sería la forma de aprovechar aún mejor este recurso tan valioso”. 

Escenas del trabajo de limpieza después de la destrucción ocurrida durante la tormenta Nate en el año 2017. Cortesía Oscar Muñoz Chacón / El Colectivo 506

Mejorando el flujo de recursos

Las experiencias vividas en Monte Verde también mostraron la necesidad de crear un fondo centralizado que pueda redirigir las donaciones de manera transparente y oportuna. En ocasiones se cuentan con ayudas gubernamentales o de ONGs pero estas tardan mucho en poder ser ejecutadas,en especial las provenientes del gobierno.

Este proceso se aceleró con la llegada de la pandemia causada por el COVID-19—lo cual implicaba una verdadera crisis económica y humanitaria para Monte Verde, ya que las comunidades del distrito dependen del turismo para su sustento económico. Gracias a los aprendizajes de Nate, cuando inició la pandemia, la comunidad tardó solo días en crear un Fondo de Emergencias 2020. Esto se logró en colaboración con el Fondo Comunitario Monteverde, o MCF (organización no gubernamental), que se asoció con la Comisión Municipal de Emergencia y la Comisión de Enlace, entregando un capital existente y ofreciendo sus servicios de recaudación de fondos. La Comisión de Enlace es una comunidad compuesta de personas de la comunidad para apoyar a la Comisión Municipal de Emergencia.

A partir del 20 de marzo del 2020, el MCF ha utilizado sus plataformas para recolectar donaciones a nivel local, nacional e internacional. Además, se han creado alianzas entre empresarios de la comunidad quienes aportan al fondo $1 por cada visitante que reciban. Así el Fondo Comunitario tendrá los recursos que puede redirigir a la Comisión de Emergencia local cuando amerite.

Uno de los emprendedores participantes es Rafael Eduardo Arguedas, de Cabañas los Pinos. Don Rafael y otros cuatro hoteles más crearon una Alianza Solidaria a inicios de la pandemia COVID-19. Cada hotel aporta $1 por cada huésped y por noche que se quede en sus instalaciones. De este monto recaudado se entrega por semestre el 50% al Instituto de Monteverde y el otro 50% al Fondo Comunitario. Estos fondos han sido usados en múltiples beneficios para enfrentar los daños causados por la emergencia del COVID y otros eventos ocurridos después de Nate. 

La creación del fondo centralizado con el Fondo Comunitario Monteverde ha permitido a la Comisión invertir en educación e información hacia la población con el fin de: prevenir el contagio por Covid-19, adecuar los gastos familiares a la nueva realidad, asesoría legal y financiera para familias y empresas, acompañamiento sicológico a la población y crear un almacén de suministros (Banco de Alimentos) que las familias de bajos ingresos podrían necesitar. Con la mesa  de Ayuda Social y el Concejo Municipal de Monte Verde, se ha designado un espacio para recibir, clasificar y distribuir donaciones de alimentos.​

Estos fondos también permitieron a la Comisión contratar servicios externos necesarios para poder recopilar información sobre el desempleo que se podría generar durante la pandemia e identificar los grupos familiares que se podrían ver más afectados. Como resultado de este trabajo, la Comisión de Enlace, encargada para este evento del Institute de Estadística y Censo, creó una encuesta en línea que llegó a más de 1400 personas y permitió a los encargados identificar a las familias de mayor riesgo. Esta acción permite a la Comisión de Emergencias organizar y dar prioridad a las donaciones de comida y otros recursos de forma más eficaz.

Por último, los fondos recaudados permitieron a la Comisión conseguir, plantear y desarrollar  un plan de producción local de alimentos: no solo porque eventualmente haya escasez, sino principalmente para generar solidaridad, mejorar la nutrición, y que de esta manera el dinero se mantenga dentro de la comunidad mediante compras locales, y documentar la experiencia. También se han utilizado fondos para generar y compartir documentación audiovisual en medios digitales locales y grupos de chats, sobre todo el proceso de organización y las acciones utilizadas para enfrentar esta y otras emergencias a través de medios de comunicación locales en línea. Este material ha demostrado ser útil para comunicar, evaluar y servir de modelo para otras comunidades.

Escenas de la destrucción ocurrida durante la tormenta Nate en el año 2017. Cortesía Oscar Muñoz Chacón / El Colectivo 506

Mejoras para el futuro

El aprovechamiento del Fondo de Emergencias es solo un ejemplo de los aprendizajes dejados por la tormenta tropical Nate, que ayudaron a la comunidad a organizarse durante la pandemia causada por el COVID-19. Después de Nate, no se ha tenido un siniestro de esa magnitud en lo que al clima se refiere, pero llegó la pandemia, algo para lo que nuevamente nadie estaba preparado. 

“Monte Verde se ha caracterizado por emprender sus luchas sin esperar que todo le llegue, sin esperar que las instituciones de gobierno o simplemente por suerte las cosas caigan del cielo. Por el contrario, se han dedicado a trabajar y en los momentos más difíciles han sacado la casta”, dice Yeudy Ramírez Brenes, la Intendente Municipal. . “El Distrito se ha enfrentado en los últimos años a dos eventos difíciles y que lo han marcado notoriamente, ha sido Nate y la pandemia por Covid-19 con el cual aún se sigue luchando; cuando Nate fue impresionante ver como una comunidad se unió para solucionar los problemas…justo eso es el espíritu de Monte Verde.

“Ahora con la emergencia del Covid-19 está pasando lo mismo, este es uno de los pocos distritos que aún se están haciendo entregas de paquetes de alimentos básicos entregados por las CME de una forma ordenada y transparente. Todo este trabajo no lo hace solo el Comité, esto no lo hacen solo cinco personas, esto se logra a través de muchas manos que colaboran sin recibir nada a cambio. Esta es la esencia que nos caracteriza.” 

Esta vez más organizados con el voluntariado que durante Nate, se convocó a todas las instituciones y personas para planear en conjunto cómo sacar adelante un pueblo dedicado 100% al turismo, donde los ingresos de la mayoría cayeron a cero. Se notó el impacto de las mejoras realizadas después de Nate, en varios sentidos—y a partir del voluntariado más robusto y estructurado que se logró realizar, la comunidad también encontró nuevos retos y áreas para mejorar.

Escenas del trabajo de limpieza después de la destrucción ocurrida durante la tormenta Nate en el año 2017. Cortesía Aura Sandí Salazar / El Colectivo 506

Jennifer Ugalde, miembro del Comité, indica que aún quedan muchas cosas por mejorar y aprender. Un ejemplo es encontrar nuevas formas para cuidar y proteger a los voluntarios, ya que con la nueva emergencia del COVID-19 los voluntarios se encuentran muy expuestos y vulnerables al contagio. Con esta pandemia se aprendió a optimizar los recursos no solo los económicos sino también los humanos. A diferencia de otras crisis, el trabajo no ha sido de 48 o 72 horas: son meses donde se presenta desgaste del equipo humano, lo cual ha forzado a reinventarse sobre la marcha.La comunidad ha aprendido que hay que rotar al voluntariado para evitar el agotamiento, pero es complicado hacer eso sin afectar la continuidad de una secuencia establecida en el sistema implementado y los debidos protocolos de bioseguridad.

Finalmente, Jennifer indica que los líderes de los esfuerzos de Monte Verde están tratando de  atraer a más personas jóvenes a involucrarse en estos trabajos porque la mayoría de los voluntarios tienen 35 años a más. 

Indica Jennifer que los miembros del Comité y las mesas están trabajando continuamente para atender estos retos. Actualmente el comité trabaja en desarrollar alguna estrategia o campaña donde se informe a la población como pueden ser parte del voluntariado, y organizar campañas con funcionarios de la CCSS y Ministerio de Salud para capacitar a los voluntarios en los protocolos para la correcta atención del COVID-19. Adicionalmente a esto, los miembros están revisando y conversando las experiencias durante el COVID-19 para identificar posibles soluciones a otros retos para el futuro.

“Son muchos los anhelos para el futuro desde el Comité de Emergencia y el Gobierno Local”, dice Yeudy. “Soñamos con un Monte Verde que renace y se transforma pese a las adversidades, no se lamenta de las emergencias sino que aprende de ellas para cada día ser mejor, cada día tener una mayor esperanza para sus ciudadanos, residentes y visitantes donde no haya separación ni distinción alguna. Aquí todos somos un solo equipo. El sueño es compartido viendo el distrito con calles en condiciones óptimas, áreas de recreación para una mejor salud mental y vernos siempre como hermanos. Esto es lo que somos”.

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Karina Mendez Medina
Karina Mendez Medina
Karina Méndez Medina es administradora de empresas y contadora de profesión. Le encanta la comunicación y aún más cuando se hace de una forma positiva. Ama vivir en Monte Verde. Karina Méndez Medina is a business administrator and accountant. She loves journalism, particularly when it is carried out in a constructive way. She also loves living in Monte Verde.

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