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viernes, abril 19, 2024
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Cuando el oro es verde

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Tercera parte de nuestra serie de abril sobre turismo rural comunitario en Costa Rica. Lea la primera parte, “Más sabe el diablo por viejo”, y la segunda parte «Un paso a la vez«.

 

Su propiedad tiene una extensión de 52 hectáreas que albergan bosque, cataratas, árboles endémicos y una fauna diversa. Acompañado por el sonido del pequeño riachuelo que cruza la finca, Juan Cubillo me guía hasta el sector donde pondrá la canoa en la que colocará material del río. Poco a poco, este hombre bajito pero de brazos y espalda fuertes por el trabajo de picar la tierra toda una vida en busca de oro, va depurando ese material hasta que aparecen pequeñísimos pedazos dorados.

En la cocina de las instalaciones donde reciben a los turistas, su esposa Rosa Montero se queda preparando una “arepa de orero”, la típica comida que llevaban los oreros en sus expediciones para extraer el codiciado metal de la montaña. Don Juan y doña Rosa, antes oreros y ahora anfitriones del Tour del Oro, son un ejemplo de emprendimiento familiar de muchos que existen en la Península de Osa, territorio del sur de Costa Rica donde al amanecer las nubes se cuelan entre la vegetación exuberante de la Reserva Forestal del Golfo Dulce y del Parque Nacional Corcovado.

Juan Cubillo, 56, y Rosa Montero, 50, reciben a los turistas con una calidez insuperable en su Tour del Oro en Rancho Quemado, Península de Osa, Puntarenas. Don Juan fue orero desde niño hasta que un día, impulsado por su esposa, decidió hacer el cambio y comenzar un emprendimiento en el cual muestra a los turistas cómo se obtenía el oro de forma artesanal, a la vez que protege el bosque que alberga su finca de 52 hectáreas. Mayela López/El Colectivo 506

Allí, dentro y alrededor de esas montañas que llegan hasta el mar, decenas de personas han comprendido el enorme valor de esa naturaleza y han dado lo mejor de sí para ofrecer a los turistas lo más valioso que brinda el turismo rural comunitario: calidad humana y conocimiento.

No obstante, existe aún algo más que estos emprendedores han adoptado como su pan de cada día y que ha consistido en la clave de su éxito, además de la conservación del ambiente: el trabajo en equipo y el estar conscientes de que, sin una promoción adecuada que visibilice sus esfuerzos y lo que ofrecen, su negocio no podría salir adelante.

La unión entre los actores es primordial en esta región, donde la riqueza natural es una bendición pero, en algunas ocasiones, se convierte en una limitante. Enoc Espinoza, líder local propietario de Sierpe Azul Exclusive Tours, lo explica claramente.

Durante muchos años, el gobierno costarricense ha promulgado leyes que protegen el ambiente en la Península de Osa, “en eso han hecho un excelente el trabajo porque todos los que trabajamos en esto dependemos del ambiente para poder hacer nuestras actividades, es importantísimo, pero no se ha hecho el trabajo que se debiera para que se desarrolle la gente que protege esas tierras”, afirma.

Un Spectacled Owl, Pulsatrix perspicillata, parchada entre plantas de palmito en La Palma, Península de Osa, Puntarenas. Mayela López/El Colectivo 506

Este emprendedor añade que las leyes son restrictivas y de protección para el bosque pero no contempla nada relativo a la gente de la comunidad, existen planes de manejo en zonas de la Reserva Forestal del Golfo Dulce que permiten actividad ganadera donde ya existen pastos o actividad agrícola en lugares ya deforestados, pero el financiamiento para esas actividades no es una realidad.

La falta de títulos de propiedad en reservas forestales hace que las personas no puedan acceder a un crédito y, además, esta inseguridad jurídica genera el constante temor de perder su terreno en cualquier momento, señala.

Es por ello, que el turismo rural comunitario se ha convertido en una alternativa esperanzadora para los habitantes de la península, región con una gran riqueza natural que antes no se veía reflejada en la economía local.

Conservación y prosperidad económica de la mano: Caminos de Osa

Eida Fletes, una de las protagonistas del tour del Palmito en la comunidad de La Palma, me cuenta cómo hace muchos años, cuando soñaba con tener un proyecto turístico, llegó a una capacitación de muchas que recibió y le dijo a una señora que la atendió: “Yo quiero mi propio negocio, pero soy muy pobre, no tengo plata”.

La señora, conmovida, le preguntó si no conocía a alguien que le prestara un “pedacito” para que pudiera comenzar su negocio. A esto, doña Eida le respondió “‘No, no, yo ¿para que quiero un pedacito de tierra? ¡Nosotros tenemos una propiedad de cuatro hectáreas!’ Esa señora seguro quería matarme”, asegura entre unas risas sabrosísimas esta mujer que ahora junto a su cuñada Yorleni Fletes es la propietaria de Jacana Rey Tours, encargada del tour del Palmito y el Tour Nocturno de Insectos.

La Palma, Península Familia Fletes, (izq – der) Simón González, Eida Fletes, Griselda Fletes, y Yorleni Fletes, en las instalaciones de El Tour del Palmito, que muestra la historia de cómo llegó el palmito a la Península de Osa, cómo se corta la palma, cómo se saca con cuidado su delicioso corazón y, por último, degustar platillos hechos con este producto. Mayela López/El Colectivo 506

Y es que muchos de los ahora exitosos proyectos, en algún momento estuvieron carentes del empoderamiento, la mentalidad empresarial y la iniciativa que los uniera para poder prosperar con esas tierras que poseían junto a las reservas de la Península de Osa.

Dentro de este contexto, en el año 2014 nace Caminos de Osa, proyecto que buscaba consolidar un destino de turismo rural comunitario que generara el crecimiento económico de las comunidades. El proyecto siguió el camino trazado unos años antes por la Iniciativa Osa y Golfito (INOGO) del Stanford Woods Institute for the Environment.

Caminos de Osa ofrece cuatro rutas que enlazan emprendimientos locales de hospedaje, alimentación, guiado, atracciones temáticas y transporte, incluyendo algún sector del Parque Nacional Corcovado en sus recorridos: Camino de la Selva, Camino del Agua, Camino del Oro y Osa Elemental.

Las paredes de la biblioteca del pueblo de Rancho Quemado, reflejan el amor de su gente por la naturaleza y el éxito en unión comunal. Sus habitantes han sabido prosperar juntos para proteger y compartir con el turista la belleza que ofrecen las montañas que les rodean. Mayela López/El Colectivo 506

En tres o cuatro días, las rutas permiten a los turistas la posibilidad de visitar sitios arqueológicos, comunidades indígenas, manglares, selvas, andar a caballo, hacer caminatas nocturnas y diurnas de avistamiento de animales, conocer cómo los oreros extraían el metal de la montaña, conocer un trapiche o disfrutar de la playa.

De la misma forma, el proyecto brinda al turista la opción de hacer tours de un día o diseñar su propia ruta.

“Caminos de Osa surge después de años de proyectos de conservación en la Península de Osa sin un resultado relevante en términos del crecimiento económico de las comunidades”, explica Ana Camacho, entonces Coordinadora Estratégica de la Fundación Costa Rica-Estados Unidos (CRUSA), una de las impulsoras del proyecto. “El razonamiento de Caminos de Osa fue que mientras no mejorara la situación económica de las comunidades, permanecía de alguna manera la amenaza hacia los recursos naturales.”

Además, “la Península de Osa representaba desde todo punto de vista una gran ironía, porque siendo la joya de la corona en cuanto a conservación, concentrando en una extensión de terreno tan pequeña una densidad de biodiversidad tan alta, era imposible pensar que las comunidades no tuvieran un poco de esa riqueza reflejada en términos económicos”, manifestó Camacho. La Península de Osa alberga 2.5% de la biodiversidad mundial y más del 50% de la biodiversidad de Costa Rica, características que la convierten en una de las regiones con mayor densidad de diversidad biológica en el mundo.

El paisaje en Rancho Quemado, ubicada en el «corazón» de la Península de Osa. Mayela López/El Colectivo 506

Camacho agregó que las comunidades recibieron una gran cantidad de capacitaciones para poder recibir turismo pero realmente no eran parte de la cadena. Mediante un diagnóstico elaborado por agencias de turismo que se aliaron al proyecto (Horizontes Nature Tours, Travel Excellence y Swiss Travel), se identificaron las comunidades, emprendimientos y  empresas que existían en los distritos definidos como un peregrinaje hasta Corcovado.

Después de este diagnóstico, se diseñó una estrategia de capacitación en ingreso al mercado y las mismas agencias de viajes se comprometieron a impulsar las empresas de Caminos de Osa para desarrollar una madurez en servicio al cliente, infraestructura, administración, y otros temas.

El proyecto Caminos de Osa fue financiado de forma mixta por la Fundación CRUSA y la Universidad de Stanford, que actuaron en alianza con ACOSA para diseñar entonces las rutas de forma que las personas pudieran recorrer alguno de los caminos y terminar en alguna de las entradas a Corcovado.

A estas organizaciones se unió la firma Reinventing Business for All (RBA), la cual llevó a cabo los enlaces entre el mercado e identificó las capacidades que necesitaban mejorar los emprendedores para poder cumplir con los requerimientos de ese mercado.

Cambio de mentalidad y gobernanza local

El mayor valor de Osa es su gente y Caminos de Osa es un gran producto a nivel mundial. Así cierra una entrevista con El Colectivo 506 Daniel Villafranca, entonces director ejecutivo de RBA.

Y es que cuando uno visita a los emprendimientos de esta zona corrobora, sin duda alguna, esta afirmación.

Johnny Rodríguez y Noemi Quirós son propietarios del Trapiche don Carmen, ubicado en la comunidad de Rancho Quemado, a la cual presentan con orgullo como “el Corazón de Osa”. Allí, decidieron tener un trapiche totalmente artesanal, que saca el delicioso jugo de caña sólo con la ayuda de un caballo o de los mismos turistas, ya que ellos mismos piden hacerlo.

Johnny Rodríguez y Noemi Quirós, dueños del Trapiche Don Carmen un trapiche totalmente artesanal, que saca el delicioso jugo de caña sólo con la ayuda de un caballo o de los mismos turistas. Mayela López/El Colectivo 506

Sentarse con esta pareja en su galerón, bajo el típico calor de la zona, con un vaso de exquisito jugo de caña y unas tortas de plátano maduro bañadas en miel de caña orgánica es sentirse como en casa, es compartir la calidez humana de los anfitriones.

Alvaro Calderón es propietario de Lapamar, proyecto que ofrece hospedaje y tours en kayak por los manglares cercanos a Playa Blanca, una playa de apacible mar azul ubicada en la Palma. Calderón llegó a Osa en los años 80 “a cazar, porque esa era nuestra costumbre, después estaba buscando oro y vi una cooperativa que hizo la transacción de oreros a turismo en 1986”.

Don Alvaro comenzó a ayudarle a un señor que trabajaba con turistas y descubrió que le encantaba conocer personas de otros países, así que decidió estudiar para convertirse en guía turístico, tomó clases de inglés y otros cursos con Marviva y Pretoma.

“Y ahora, después de tantos años que vine a cazar, ahora no mato nada, ni serpientes, ni siquiera pesco”, me cuenta. “Mi vida cambió y ahora aconsejo a la gente que quiere matar a una serpiente que no es venenosa, les digo que es parte del ecosistema”.

Daniel Villafranca explicó que fue un proyecto difícil y retador. “El propósito era muy ambicioso: era transformar oreros, cazadores, y taladores, cambiar estructuras mentales, hábitos culturales, es un tema de interiorización”, me comentó.

Alvaro Calderón, propietario de Lapamar, proyecto que ofrece hospedaje y tours en kayak por los manglares cercanos a Playa Blanca. Mayela López/El Colectivo 506

“A los emprendedores se les capacitó sobre cómo tener un proyecto de calidad, sobre mercadeo, estructuras de costos, seguros, logística, reservaciones, sistemas de pagos”, aseveró Villafranca al añadir que el proceso también tenía un gran componente de empoderamiento comunitario, trabajo sobre una confianza deteriorada y de establecer relaciones constructivas entre ellos.

Villafranca detalló que durante un año se desarrolló un programa en el cual se identificaron personas en la península con conocimiento turístico que fueron mentores de los emprendedores. A ellos debían guiarlos a encontrar su propia dirección, a definir su propio destino turístico.

Finalmente, los emprendimientos—algunos de los cuales no tenían ni un servicio sanitario cuando iniciaron—fueron evaluados por las agencias de turismo involucradas para decidir cuáles cumplían los requisitos necesarios para formar parte de los caminos o ser parte de la oferta de destinos de One Day Tour. Finalmente, 35 emprendimientos culminaron con éxito todo el proceso.

Otro paso importante fue la creación de la Asociación Caminos de Osa como una figura de gobernanza local que representara las voces de distintos sectores en los temas de turismo y que trabajara para promover el desarrollo sostenible de la península, reinvirtiendo los fondos que el turismo dejara a la misma en formación, infraestructura, plataformas y mercadeo, entre otros.

Desde entonces, el proyecto quedó en manos de la comunidad, que fue la encargada de seguir estableciendo relaciones comerciales con las agencias, dice Villafranca.

La prosperidad llega por mar

El éxito de todo este proceso “se visibiliza cuando la agencia de tours Horizontes vende un número determinado de los emprendedores de Caminos de Osa al crucero de National Geographic” y Lindblad Expeditions, afirmó Ana Camacho.

Rocío Vargas González es una emprendedora de la comunidad de La Palma, que hace 14 años abrió una soda allí, pero años después decidió que iba a abandonar la zona en busca de mejores ingresos porque no le alcanzaba el dinero para sacar adelante a sus tres hijos.

Rocío Vargas, es líder comunal y propietaria de La Soda Las Palmas en La Palma, Península de Osa. Ella es la encargada de la alimentación y logística en torno a los cruceros de National Geographic que llegan a la Península de Osa. Mayela López/El Colectivo 506

Sin embargo, cuando asistió a una capacitación del proceso de Caminos de Osa decidió quedarse. Comenzó a brindar el servicio de alimentación en las capacitaciones y, poco a poco, fue creciendo hasta consolidar el Catering ROCA, que ofrece alimentación y alquiler de espacio y equipo para eventos especiales.

El trabajo y tenacidad de esta líder comunal llevó a la agencia Horizontes Nature Tours a pensar en ella antes de que se hiciera realidad la llegada del crucero de National Geographic a la Península de Osa en el 2017.

“Cuando iba a venir el barco de National (Geographic) Patricia Forero (directora de Horizontes) me dijo: ocupamos sillas y mesas de alquiler, pero yo le dije que aquí en la zona no hay”, recuerda Rocío Vargas. A esto, Forero le propuso que fuera ella la que diera ese servicio y fue así como la Fundación Horizontes le otorgó un préstamo para que comprara sillas, mesas y manteles, préstamo que logró pagar poco tiempo después.

Doña Rocío se ha encargado desde entonces de la alimentación de los turistas y toda la logística en torno al crucero: el montaje de las mesas para el almuerzo de los turistas en la playa, la elección del grupo de bailes típicos que los recibe y los vendedores de artesanías que llegan a ofrecer sus productos, entre otros.

Por otra parte, Alvaro Calderón, de Lapamar, brinda sus instalaciones y tours en kayak a los cruceristas, así como la alimentación de los guías y todo el equipo que trabaja con la logística del crucero.

Otro beneficiado con este encadenamiento es Enoc Espinoza, propietario de Sierpe Azul Exclusive Tours, emprendedor que proporciona el servicio de transporte de los turistas del crucero hacia todos los destinos asociados a Caminos de Osa.

“Ellos (Horizontes) lograron traer los cruceros de National Geographic a playa Blanca, aquí nunca había entrado un crucero y ellos lograron que llegaran ahí a comprar los servicios asociados a Caminos de Osa… esto me ha ayudado mucho”, asegura este empresario de Sierpe que, para ese fin, subcontrata a otras personas que tienen microbuses y, así, más personas se benefician de esta cadena.

Don Enoc ofrece también–entre otros—tours en kayak por los manglares de Sierpe-Térraba, durante los cuales los turistas tienen la oportunidad de sembrar un árbol.

La agencia Horizontes Nature Tours, a partir de 2017, realizó una campaña de comercialización nacional e internacional de los productos y servicios de Osa. Con el patrocinio de CRUSA y la experiencia de la agencia, la Fundación Horizontes fue la encargada de desarrollar el proyecto de Comercialización de Caminos de Osa.

La promoción se llevó a cabo en lugares como Estados Unidos (Nueva York, Washington, Seattle, San Francisco), Argentina, Alemania y Reino Unido. Esta divulgación fue la que llevó a Lindblad Expeditions/Nat Geo a incluir una visita a la Península de Osa en sus itinerarios, de acuerdo con datos suministrados por la agencia.

Entre el 2017 y noviembre de 2019, el impacto generado por la visita de los cruceros fue sumamente positivo, con un derrame económico total de poco más de $200,000. Asimismo, el proyecto permitió mayor capacitación para los guías y emprendimientos locales y el encadenamiento económico en la región.

Durante este periodo, la agencia logró cientos, en algunos casos miles, de visitantes a los emprendimientos que forman parte de este proyecto con Lindblad Expeditions/Nat Geo: Tour del Palmito, Tour del Oro, Trapiche don Carmen, Lapamar Ecolodge, Catering Roca, Sierpe Azul, Danta Corcovado Lodge, Ficus Tours, y los guías locales Fernando Guerrero y Elia González.

El poder de la unión comunal: la Asociación de Desarrollo de Rancho Quemado

Al continuar explorando la zona, descubro que la pequeña comunidad de Rancho Quemado, ubicada en el corazón de Osa, es un pueblo de gente trabajadora, auténtica y enamorada de su tierra. Sus habitantes han creído en la unión y han sabido prosperar juntos para proteger y compartir con el turista la belleza que ofrecen las montañas que les rodean.

La Asociación de Desarrollo de Rancho Quemado es un caso de éxito y un ejemplo a seguir, según personas que conocen su historia. A ella pertenecen proyectos de Caminos de Osa como el Tour del Oro y el Tour del Trapiche, además de otras iniciativas de turismo rural comunitario que avanzan gracias a la tenacidad de su gente.

En la actualidad, la organización funciona como la Agencia de Viajes Corazón de Osa, certificada por el Instituto Costarricense de Turismo (ICT); además, recientemente adquirió una microbús que empleará para transportar turistas. Entre los proyectos que han nacido con el soporte de esta asociación está el Monitoreo Biológico Comunitario de Rancho Quemado, en el cual participan 19 personas, como Yolanda Rodríguez y Nuria Ureña.

Yolanda Rodríguez (Der) y Nuria Ureña, forman parte del Monitoreo Biológico Comunitario de Rancho Quemado. Como parte de este proyecto, 19 personas de esa comunidad se dedican a monitorear 24/7 las especies de flora y fauna de la zona. Su amplio conocimiento ahora les permite ofrecer tours de avistamiento de aves, mamíferos y flora. Mayela López/El Colectivo 506

En el Sendero Sensorial que forma parte del proyecto, Rodríguez y Ureña me cuentan que este y otros recorridos se crearon para realizar caminatas de avistamiento de vida silvestre ante la necesidad de obtener recursos para el Monitoreo Biológico.

“El Sensorial se creó para dar oportunidad a personas con algún tipo de discapacidad, ya que está accesible en la comunidad, está muy céntrico, pero a la vez está rodeado de bosque y la riqueza de fauna que visita este lugar es muy grande”, explica Rodríguez.

Además del Sendero Sensorial, están el Sendero Osa, el mirador-plataforma Laguna Chocuaco y la plataforma Tángara Hormiguera, sitios todos para avistamiento de diversidad de especies.

“En los recorridos diurnos podemos encontrar aves grandes como los pavones, gallinas de monte, los tucanes, muchas aves migratorias, mamíferos”, dice la líder comunal al añadir que en las cámaras trampa ya han registrado jaguar, puma, manigordo, caucel y jaguarundi, mientras que el arduo trabajo comunitario ha permitido el aumento de la población de chanchos de monte, Rodríguez agrega.

Sendero Sensorial en el pueblo de Rancho Quemado, Península de Osa. Mayela López/El Colectivo 506

El amplio conocimiento de estas mujeres en flora y fauna es resultado del hecho de que ambas adoptaron desde el 2015 la misión de trabajar fuerte en el Monitoreo Biológico.  Ese año, durante 12 meses, habitantes de Rancho Quemado fueron capacitados en monitoreo por el Sinac, Acosa y Aves de Osa.

Ahora, Yolanda Rodríguez y Nuria Ureña están compartiendo todo ese amplio conocimiento con miembros de las comunidades de Bahía Chal, Alto San Juan y San Juan de Sierpe, todas cercanas al Arboretum Luis Jorge Poveda Alvarez, proyecto de conservación de bosque ubicado en Bahía Chal.

En esta capacitación de seis meses que inició en marzo pasado enseñarán a los participantes a realizar el conteo de aves en el Arboretum pero también en sus propias comunidades, con el fin de determinar la riqueza de esa zona.

Yolanda Rodríguez imparte una capacitación sobre monitoreo de flora y fauna en la Escuela de Bahía Chal, a vecinos de Bahía Chal, Alto San Juan y San Juan de Sierpe. Mayela López/El Colectivo 506

Después de la clase teórica, a eso de las 10:20 a.m., caminamos hacia la entrada del Arboretum y tuvimos la oportunidad de avistar un zopilote rey en pleno vuelo. Seguimos caminando bajo un intenso sol, pero al ingresar tan sólo unos pocos pasos dentro del Arboretum, el golpe del intenso calor disminuyó.

Allí, durante un pequeño recorrido, mis anfitrionas me explicaban detalles de cómo utilizar las herramientas necesarias para el monitoreo, mientras iban identificando -por vista o por oído- los pájaros que encontrábamos en el camino. Con un amplio dominio del tema, ambas guías mencionaban nombre común y científico de las especies, a veces con sólo escuchar su canto.

En poco más de dos horas, entre 10:20 a.m. y 12:40 p.m., lograron contabilizar 33 especies en horas en las que el movimiento y avistamiento de aves es bajo.

El proyecto Arboretum tiene el propósito de incrementar el conocimiento y la conciencia sobre conservación de bosques de las comunidades de Bahía Chal, Alto San Juan y San Juan de Sierpe, donde se registra un alto número de denuncias sobre tala ilegal y extracción de flora y fauna.

El monitoreo en Arboretum se enmarca dentro del I Canje de Deuda por Naturaleza, donde participa como entidad ejecutora la Fundación Horizontes, explica la coordinadora logística en la zona, Florencia Lathrop.

Además, vecinos de las tres localidades ya conformaron una asociación y están deseosos de trabajar por hacer del Arboretum un lugar de protección y también de enseñanza.

Lilliam Nieto es una entusiasta joven de 18 años que forma parte de la Junta Directiva de la asociación. Lilliam ha participado en el proyecto Arboretum desde que tenía 10 años y ahora sueña, pero sobre todo trabaja para que Arboretum algún día sea un lugar donde niños y jóvenes puedan explotar su potencial, un programa liderado por las tres comunidades “pero con una hermandad a nivel de la Península de Osa”, agrega.

Jeaustin Durán, un tímido joven de 19 años, se acercó a Arboretum sólo por curiosidad cuando tenía unos 14 años, pero ahora está consciente de la importancia de cuidar los árboles. A futuro, Jeaustin quisiera que más miembros de su comunidad, San Juan de Sierpe, se unan al proyecto.

“La mayoría son madereros y cuando hay un proyecto de reforestación no les gusta, para ellos es algo malo”, me dice. “Hay que intentar cambiar la mentalidad, que todos empiecen a ver que uno no está haciendo nada malo, sino que busca un beneficio para todos”.

La base del éxito: conocimiento, profesionalización y constancia

Yorleni Fletes, una de las propietarias de Jacana Rey Tours, siempre fue una “una chica muy tímida. Ya no”, asegura su cuñada Eida Fletes, quien atribuye el desenvolvimiento de Yorleni a las capacitaciones en las que participó.

Yorleni explica que recibió mucho aprendizaje de la Fundación Neotrópica, la Universidad de Costa Rica (UCR, la Universidad Estatal a Distancia (UNED) y Marviva, entre otros. Capacitaciones en cómo hablarle al público, cómo explicar su proyecto, en Servicio al Cliente, Mercadeo y Contabilidad.

Ahora, ella guía con propiedad a los turistas por entre las palmas, les explica cómo se cortan de forma que no se maltrate su suave corazón y, finalmente, les muestra el palmito.

Todos los emprendedores coinciden en mencionar instituciones como las detalladas por Fletes y en destacar cómo las capacitaciones les ayudaron para aprender cómo manejar sus finanzas, cómo atender a sus clientes y cómo mejorar sus instalaciones.

Rocío Vargas, encargada de la logística en las visitas de los cruceros de National Geographic, asegura que el entrenamiento que recibió en el proceso de Caminos de Osa le cambió la vida.

“El primer día me enamoré de la capacitación. Había una psicóloga. Siempre hablo de ella porque ella es increíble. Se llama Cinthia. Ella empezó a hacer el cambio en mí”, explica.

El orero Juan Cubillo también experimentó un gran cambio impulsado por su esposa Rosa Montero, quien vio los beneficios de proteger la naturaleza de su finca en Rancho Quemado. Montero presentó un proyecto y ganó entre unas 50 propuestas la oportunidad de capacitarse durante dos años para obtener las herramientas necesarias para echar a andar su emprendimiento.

Al principio su esposo no estaba tan seguro pues “yo era otra cosa, yo era cazador, orero y destructor de montaña”, señala al agregar que en algún momento del proceso sintió que había recibido muchas capacitaciones pero “no se estaba viendo el fruto” hasta que llegó Caminos de Osa y, luego, la agencia Horizontes y los cruceros de National Geographic.

El producto Caminos de Osa impulsó a 35 emprendimientos a entrar al mercado y lograr un encadenamiento necesario para que proyectos de turismo rural comunitario generen ingresos a sus propietarios.

El reto de iniciativas como éstas es mantenerse en el tiempo. De acuerdo con Daniel Villafranca, para que un proyecto se consolide se necesitan de cinco a siete años de financiamiento y trabajo.

A este gran reto se sumó otro, mientras Caminos de Osa se apuntaba hacia su aniversario número siete: la pandemia del COVID-19, que durante meses detuvo el turismo.

Los emprendedores que visitamos están positivos y aseguran que la pandemia pasará, el turismo regresará y poco a poco se levantarán.

En la actualidad existe incertidumbre en cuanto al número exacto de emprendedores que se mantienen en Caminos de Osa. La secretaria de la Junta Directiva de la Asociación Caminos de Osa, Susana Matamoros, afirma que algunos proyectos pudieron haber cerrado porque las familias abandonaron la zona.

Existe la posibilidad de que algunos emprendedores no aparezcan en su página web porque no cuentan con un sello de calidad que la asociación creó para evaluar la calidad y servicio, lo cual no implica que no cumplan los requisitos sino que quizá no hayan aplicado al proceso.

Matamoros opina que durante la pandemia todos cerraron sus puertas de forma sólo temporal, ahora poco a poco se están recuperando pero “el poquito turismo que ha llegado es para ir a Corcovado”.

La dirigente comunitaria afirma que la asociación cuenta con una persona que trabaja unas horas a la semana para actualizar su página web, pero para vender los caminos necesitan contratar personal y ahora no tienen la capacidad económica para ello.

La logística es complicada, ya que se necesita una coordinación precisa y muchos emprendedores, sobre todo los que están localizados en sitios muy alejados o en la montaña, no tienen correo electrónico, internet y a veces ni señal de teléfono, señala.

Rancho Quemado. Península de Osa, Puntarenas. Mayela López/El Colectivo 506

Matamoros añade que en la última asamblea, realizada antes de la pandemia, la participación fue muy baja.

“Culturalmente, en Osa existe una situación: algunas personas si no se les da el transporte y alimentación no llegan. Algunos viven en zonas alejadas donde no hay servicio de autobús y se les complica llegar”, explica.

Existe una iniciativa con la Junta de Desarrollo Regional de la Zona Sur (Judesur) que busca fondos para la asociación con el fin de que ésta pueda adquirir una póliza de responsabilidad civil para los turistas, también para poder construir una oficina y para mejorar la página web. Sin embargo, estos fondos aún no se ejecutan, asevera.

Pese a la falta de fondos provocada por el poco turismo en el último año, Matamoros asegura que esperan en el mes de abril hacer una actualización para verificar cuántos proyectos siguen activos en el proyecto.

Los emprendedores que nos abrieron sus puertas consideran que Caminos de Osa es un gran proyecto que los educó y los lanzó al mercado.

El mayor aprendizaje fue que muchas veces los proyectos se logran de forma más visible y fuerte “cuando uno se une a otras personas para lograr un objetivo”, asegura Enoc Espinoza, de Sierpe Azul Exclusive Tours.

El turismo rural comunitario en la Península de Osa enfrenta el reto de permanecer unido para mantenerse en el tiempo y continuar protegiendo la biodiversidad que encierra este territorio. Y nosotros tenemos el reto de seguir visitándolos.

Aprenda más sobre Caminos de Osa, Horizontes Nature Tours, y la Fundación Horizontes Foundation. Puede apoyar a varias organizaciones mencionadas en este reportaje por medio de Amigos of Costa Rica, que recibe donaciones (deducibles de impuestos en los EEUU) para organizaciones sin fines de lucro en Costa Rica, incluyendo a Caminos de Osa, la Asociación de Desarrollo Integral de Rancho Quemado, y la Fundación Horizontes. Agradecemos a la Fundación Horizontes por apoyar nuestro periodismo mediante la donación de los costos del viaje inolvidable de El Colectivo 506 a Osa.

Rancho Quemado. Península de Osa, Puntarenas. Mayela López/El Colectivo 506
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Mayela Lopez
Mayela Lopez
Mayela Lopez es fotógrafa y periodista independiente radicada en Costa Rica, interesada especialmente en el fotoperiodismo y la fotografía documental. Ha trabajado para medios como Grupo Nación, la Agencia France Presse (AFP), Revista América Economía (Chile), Periódico Nuestro Diario (Guatemala) y la Agencia Mexicana de Noticias. Mayela Lopez is a freelance photographer and journalist based in Costa Rica, especially interested in photojournalism and documentary photography. She has worked for media such as Grupo Nación, Agence France Presse (AFP), América Economía Magazine (Chile), Nuestro Diario newspaper (Guatemala) and the Mexican News Agency.

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